sábado, 4 de septiembre de 2010

Advierten por las malezas resistentes






Agricultura / Un problema que preocupa

Especialistas recomiendan cómo trabajar ante biotipos de especies que ahora resultan difíciles de controlar con glifosato, como sorgo de alepo y Echinochloa colona ; buscan nuevas estrategias

Desde que en 2005 se identificó la existencia de sorgo de alepo resistente a glifosato en el NOA, este problema no sólo no paró de crecer, sino que en 2007 se sumó Echinochloa colona como otra maleza que desarrolló un biotipo resistente al herbicida.

Aunque no hay una cifra concreta, algunas fuentes estiman que en al menos 120.000 hectáreas se ha observado la resistencia, la mayoría de sorgo de alepo. "En 2006 se censaron 60.000 hectáreas. Como lo desparraman las cosechadoras por todos lados (las máquinas trasladan las semillas), hoy debe haber por lo menos el doble o, quizá, mucho más. El problema es muy grave", indicó a LA NACION el consultor Luis Salado Navarro.

Según Ignacio Olea, jefe de la sección manejo de malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, de Tucumán, el sorgo de alepo y Echinochloa colona son dos especies que desarrollaron biotipos resistentes al glifosato en esa región, pero, según el especialista, "es difícil" cuantificar la cantidad de hectáreas cubiertas.

De todos modos, Olea precisó: "En mi opinión, el sorgo de alepo resistente a glifosato tiene mayor importancia en Salta, desde Orán a Tartagal, y en Santiago del Estero, en la localidad de Bandera. Allí pueden encontrarse lotes que requieren prácticas de manejo que incrementan los costos entre 50 a 70 dólares por hectárea. Salvo excepciones, en todas las otras localidades todavía se lo está combatiendo con manchoneos de herbicidas. Esa estrategia contiene la difusión, pero no libera al lote del problema".

Salado Navarro indicó que los tratamientos graminicidas "son caros y deben repetirse". Dijo que "en total cuestan alrededor de 60 dólares por hectárea en pulverizaciones de todo el lote afectado".

Trascendió que también se ha detectado el sorgo de alepo resistente en Río Primero, Córdoba.

En el caso de Echinochloa colona, que fue detectada como problema por productores de citrus de Tucumán, hoy se la encuentra a lo largo de la zona citrícola del pedemonte de esa provincia. Se supone que de ahí se difundió a la zona productora de granos de la provincia. También está en Bandera, con casos de lotes donde coexisten los dos biotipos resistentes de las dos especies.

"Todavía nos encontramos en las etapas tempranas de la invasión a los campos, posiblemente porque estos dos biotipos tienen una difusión lenta, ya que sus semillas se trasladan principalmente con las maquinarias o el agua. Afortunadamente, todavía no hemos encontrado en el país otros biotipos similares en especies que posean una mayor capacidad de difusión y donde es el viento quien traslada sus semillas o al polen (como rama negra y yuyo colorado).

¿Qué hacer ante la expansión del problema? Según el especialista, la mayoría de sus recomendaciones incluye el uso del glifosato en mezcla con otro producto específico para el control del biotipo resistente. "Ello sucede así porque lo necesitamos [al glifosato] para combatir a las otras especies de malezas presentes", señaló Olea.

El técnico añadió que las mezclas de glifosato con Diurón o con graminicidas FOP o DIM se recomiendan para controlar al biotipo de Echinochloa, ya sea en citrus o en soja. "De igual modo, lo mezclamos con MSMA para controlar al sorgo de alepo resistente a glifosato en los barbechos químicos destinados al cultivo de granos o con imazetapir o los graminicidas citados para controlar a este biotipo dentro del cultivo de soja", dijo.

"Para los labores de manchoneo de las matas de sorgo de alepo recomendamos a imazapic e imazapir por su buena llegada a los rizomas, comparable a la que produce el glifosato en el sorgo susceptible, pero ambos herbicidas no son selectivos con los cultivos de soja o maíz", agregó el técnico.

Entre otras cosas, se están "evaluando" diferentes recursos genéticos disponibles por su tolerancia a herbicidas. "Las variedades de soja STS, los maíces LL (Liberty Link) o los IMI nos permiten utilizar para el manejo del sorgo de alepo a los herbicidas nicosulfurón, glufosinato de amonio y a los productos aprobados en la tecnología Clearfield. Los híbridos de maíz que toleran al nicosulfurón y, especialmente, al foransulfurón son recomendados para su siembra en lotes con sorgo de alpeo", precisó.

Hoy la recomendación más importante es la menos practicada. Se trata de la rotación de cultivos que, según Olea, conduce "aunque sea de manera reducida, hacia la diversificación en los herbicidas utilizados en un lote (si no se utilizan maíces RG).

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