El acuerdo de fusión entre Bayer y Monsanto se encamina a su aprobación antimonopolio en los Estados Unidos. El mismo se daría hacia fines de mayo, tal como afirmó ayer una fuente consultada por Reuters. Sería un paso trascendental en la intención del gigante alemán de conformar el principal conglomerado mundial del negocio de semillas y pesticidas.
La autorización del acuerdo en el país de origen de la primera fabricante de glifosato llegaría en menos de un mes, a no ser que “haya una complicación de último minuto”, afirmaron. Para encaminar la operación, Bayer acordó vender más negocios de cultivos a la también alemana BASF, para cumplir compromisos con la Unión Europea y otros reguladores que ya le dieron el visto bueno pero con condiciones.
BASF comunicó que acuerdo abarca todo el negocio de semillas de hortalizas que opera bajo la marca global Nunhems; productos para el tratamiento de semillas bajo las marcas Poncho, Votivo, Copeo e Ilevo; la plataforma de I+D para el trigo híbrido y para la agricultura digital XarvioTM; el negocio de la colza de Bayer en Australia; algunos herbicidas a base de glifosato en Europa; la investigación de canola calidad juncea y otros proyectos de investigación de herbicidas no selectivos y nematicidas.
La adquisición complementa el acuerdo firmado entre ambas compañías en octubre de 2017, que incluía la compra del negocio global de glufosinato de amonio, un herbicida no selectivo de Bayer; negocios de semillas para cultivos claves en mercados específicos y recursos de mejoramiento para esos cultivos, junto con la marca comercial LibertyLink. Se trata de un negocio que genera ventas por ¥1500 millones de euros el año pasado. El precio de compra en efectivo para la adquisición integrada es de ¥7600 millones de euros.
De concretarse, Bayer-Monsanto controlará más de una cuarta parte del mercado mundial combinado de semillas y pesticidas.
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