sábado, 1 de julio de 2017

Aftosa, riesgo latente !!!


La noticia sobre la aparición de un brote de fiebre aftosa en el municipio de Tame (Arauca) tiene varias aristas con implicaciones sobre el desarrollo de la ganadería colombiana, que demandan la atención de las autoridades competentes. No se trata solo, como lo vienen haciendo las instituciones encargadas de la sanidad animal, de detectar, controlar […]
La noticia sobre la aparición de un brote de fiebre aftosa en el municipio de Tame (Arauca) tiene varias aristas con implicaciones sobre el desarrollo de la ganadería colombiana, que demandan la atención de las autoridades competentes.
No se trata solo, como lo vienen haciendo las instituciones encargadas de la sanidad animal, de detectar, controlar y erradicar el foco de infección, sino de determinar el origen del mismo. En particular, se debe esclarecer si, como se ha dicho en algunos medios, el problema se derivó del contrabando de ganado proveniente de Venezuela.
El propio director de la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) ha indicado que Venezuela supone un riesgo para sus vecinos en materia de fiebre aftosa, ya que esta nación no tiene el estatus de libre de aftosa. Además, debido a la crisis económica que se vive en ese país, los programas de vacunación que allí se adelantan se han visto fuertemente afectados.
Por tanto, y dada la extensa frontera que se comparte con Venezuela, el riesgo de que se presenten nuevos brotes en otras regiones del país se ha aumentado, lo que debe hacer sonar las alarmas entre las autoridades colombianas.
Ello es aún más importante considerando que dos zonas con una gran concentración del hato ganadero, como son la Costa Atlántica y los Llanos Orientales, están en riesgo por su cercanía a la frontera con Venezuela y por los vínculos comerciales, formales e informales, que por décadas se han tenido con las localidades fronterizas.
Las medidas que se adopten por parte de las instituciones encargadas de la sanidad animal y del control del tráfico fronterizo de personas y mercancías deben dirigirse a controlar dicho tráfico y aplicar rigurosamente los protocolos establecidos en materia de transporte de ganado en pie, carne de res y la leche y sus derivados.
Pero las cosas no paran allí, pues este tipo de control debe cubrir, además, otras especies animales, como son los porcinos y los equinos, pues en Venezuela se presentan enfermedades que en Colombia no existen o están controladas.
El riesgo que implica la presencia de la aftosa proveniente de Venezuela en una frontera tan extensa y en medio de la crisis que vive el país vecino, representa todo un reto para las autoridades colombianas, pues, de una parte, se debe asegurar la ejecución responsable y eficaz del programa de vacunación contra la fiebre aftosa (que por décadas viene adelantándose de forma relativamente exitosa) y, de otra, garantizar, al mismo tiempo, que el estatus sanitario del país (que es la base sobre la cual se fundamenta la expansión de las exportaciones de carne de Colombia) se va a mantener.
Los esfuerzos realizados por parte del país para mantener y conseguir abrir nuevos mercados externos para la exportación de carne se pueden venir al traste si no se asegura el estatus sanitario.
Está en manos de las autoridades nacionales y regionales entender que el problema del brote de aftosa tiene, en esta oportunidad, connotaciones que van mucho más allá de un problema focal.-

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