jueves, 1 de junio de 2017

Qué hace falta para que la ganadería explote


La actividad da empleo, genera divisas casi sin insumos importados, pero requiere políticas activas El desafío para la cadena de ganados y carnes es que se logre conseguir rápido una oferta abundante de novillo de más de 450 kilos para poner en marcha la exportación. La estructura productiva […]
Por Raúl Milano (director Ejecutivo de Rosgan). La actividad da empleo, genera divisas casi sin insumos importados, pero requiere políticas activas
El desafío para la cadena de ganados y carnes es que se logre conseguir rápido una oferta abundante de novillo de más de 450 kilos para poner en marcha la exportación.
La estructura productiva vigente garantiza el aprovisionamiento de carne al público con precios relativamente accesibles comparando con las carnes alternativas, pero no es sustentable en el tiempo para un país que necesita crecer.
La transformación del ganado en carne pone es uno de los generadores de mayor empleo genuino, dado que es mano de obra intensiva y casi que no requiere de insumos importados. La carne es 100% argentina, por lo tanto crea un balance favorable de divisas.
La recomposición del stock avanza, ya se tienen más de 53 millones de cabezas dejando atrás los escasos 47 millones de la década perdida. Se reconstruye más por retención que de eficiencia reproductiva, con grandes ausentes como el novillo que está en la mitad del stock histórico de 4 millones anuales.
El crecimiento es más el resultado de las expectativas de los ganaderos que de la presencia de estímulos concretos. La corrección cambiaria, la derogación de los Roes y la rebajas de los derechos de exportación fueron señales muy positivas que ayudaron a cerrar una etapa para el olvido, tras años de sometimiento hoy disfrutan su pasión por la libertad de poder trabajar.
La ganadería es entonces un sector de competencia casi perfecta que prácticamente nunca recibió subsidios, construyó su eficacia en la feracidad de sus tierras y en el expertise acumulado por más de 100 años. Pero ello quita que la acción del Estado en momentos iniciales es imprescindible para ser inteligentes con políticas públicas que motoricen la inercia de un programa completo que traerá con creces devoluciones en lo mediato.
El desarrollo de un programa de novillo pesado no puede hacerse solamente de buenas intenciones y expectativas a futuro, requieren el puntapié inicial de un aporte de capital vía financiamiento que logre utilizar todas las herramientas disponibles como fideicomisos, forward ganadero, warrant ganadero (instrumento indispensable), mercados de futuro.
La aplicación direccionada y por programa utilizando las ventajas de un sector que posee una trazabilidad en todo su stock, con sistemas comerciales transparentes, modelos de confinamiento que dan seguridad y una industria preparada para trabajar en los estándares internacionales más exigentes, son la garantía de fijar objetivos posibles a cumplir.
Hacer un novillo pesado es toda una política de Estado que necesita como siempre un punch inicial para poner en movimiento el sector. El Forward es un instrumento de más de cien años en la agricultura y hace 3 años en la Bolsa de Rosario creó el Forward Ganadero, un instrumento de programación de la venta con entrega de la mercadería a futuro que permite canalizar financiamiento a los actores. Su mayor valor es la posibilidad de endosarlo y que aparezca el financiamiento para financiar a un criador que apueste a comprometerse a realizar un novillo pesado.
El Banco Nación desde su creación trabajó junto al campo, financiando la actividad agropecuaria y generando políticas activas mediante créditos a tasas razonables. No existe forma más equitativa de acompañar el proceso de desarrollo de un novillo pesado que apostando al criador y a su recría.

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