. El plan es achicar el margen de derrota en el Conurbano. La intervención en las zonas rurales de La Matanza
Los estrategas de campaña de Cambiemos son conscientes de que para tener posibilidades de ganar la provincia de Buenos Aires el año que viene deben arrasar en el interior y contrarrestar de esta manera el conurbano donde Sergio Massa pisa fuerte.
Para lograr este objetivo la gobernadora María Eugenia Vidal le encomendó a su ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís, comenzar a ejercer un férreo trabajo territorial y afianzar el voto rural en el interior bonaerense.
Desde que asumió en diciembre pasado, la gestión de Sarquís se ha desarrollado con relativa calma en función de que la eliminación de retenciones y la liberación de las exportaciones a los productos agropecuarios jugó muy favor del sector.
En el campo reconocen que el ministro logró trazar buenos vínculos con los directivos de las entidades rurales y también con otros sectores productivos no tradicionales a quienes busca seducir para que los acompañen en las legislativas de 2017.
Otro dato no menor es que, por orden de Vidal, Sarquís viene tejiendo una buena relación con los intendentes del interior rural -inclusive con los que no pertenecen al frente Cambiemos- como una estrategia para sumar voluntades políticas.
De hecho, la semana pasada el ministro estuvo en la inauguración de dos plantas productoras de herbicidas, fungicidas e insecticidas en la localidad de Ezeiza cuyo intendente es el ex ministro de seguridad sciolista, Alejandro Granados.
Sarquís también tiene en carpeta un plan para potenciar las 16.000 hectáreas productivas con las que cuenta La Matanza, gobernado por Verónica Magario (para esto ya se puso en contacto con el jefe de Gabinete matancero, Alejandro “Topo” Rodríguez).
Pero quizás el plan más ostentoso está en los caminos rurales donde el ministro pretende que cada partido y/o intendente cuente con al menos una máquina para la reparación de los mismos. Se trata de un tema clave que genera crecientes críticas en el interior.
Así las cosas, según pudo saber La Política Online con diversas fuentes, si bien a Sarquís no lo seduce la idea de obtener una banca en Diputados, se muestra dispuesto a entregarse a las necesidades electorales y políticas de Vidal.
Es que, al parecer, el ministro de Agroindustria bonaerense le tomó cierto agrado a la gestión en el gobierno de Vidal y prefiere en lo personal continuar en un cargo ejecutivo como ocurre hasta el momento.
“Sarquís está al servicio de lo que disponga la gobernadora para las legislativas”, cuentan en el entorno del ministro, aunque reconocen a su vez que “si es por él, sigue en la función ejecutiva” que, indudablemente, requiere otro ritmo respecto al Congreso.
En este contexto, uno de los puntos fuertes que intentarán explotar los estrategas electorales del PRO a partir de ahora son las expectativas favorables que hay en la provincia respecto al trigo (en Buenos Aires se produce el 70% del total nacional).
Según un reciente informe de la Bolsa de Cereales (BCBA), la siembra de trigo a nivel nacional será durante la presente campaña 2016/17 de 4,3 millones de hectáreas, una cifra 20 por ciento superior respecto al ciclo pasado.
Los datos en la provincia son aún más alentadores. Solo en el sudoeste bonaerense este año se implantarán 515.000 hectáreas versus 440.000 el año pasado, mientras que en el sudeste se pasó de 425.000 en 2015 a 460.000 en 2016.
Como sea, otro de los funcionarios que saldrá a la cancha a afianzar el voto rural es el presidente del Banco Provincia (BAPRO), Juan Curutchet, quien intensificó en las últimas semanas sus recorridas por el interior bonaerense.
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