La inversión en el sector promete ser imponente tras el cambio en las condiciones macroeconómicas. El interés se palpa en la cantidad de eventos técnicos que convocan al debate.
Los cálculos indican que la ganadería bovina dejaría de ser la cenicienta del agro argentino, castigada duramente durante una década, para pasar a liderar en el corto plazo el impulso productivo del sector. Así lo afirmó un estudio técnico de la Sociedad Rural Argentina, que plantea que el desembolso de los ganaderos sería del 39% sobre los u$s58.000 millones que la actividad agropecuaria en conjunto inyectarán este año a la economía nacional en concepto de inversión y gastos. Serían cerca de u$s22.500 millones, superando incluso a la agricultura, rubro en el cual los “paquetes tecnológicos” han ido elevando constantemente los niveles de inversión.
Pero de los largos años de ostracismo ganadero no se sale de un día para el otro. Retomar impulso en materia tecnológica, de gestión y planificación empresaria, eficiencia productiva o apertura de mercados requiere un esfuerzo especial. De ahí que el tema gana terreno en la agenda del agro y se multiplican eventos, como congresos y seminarios, donde debatir al respecto. Se vienen realizando en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires y todo indica que habrá más.
A la cabeza
“El productor destinará 13.765 millones de dólares a la reposición de hacienda. Se espera un aumento de la participación en la faena de novillos pesados destinados habitualmente para exportación, con el beneficio de que la mayor cantidad de kilos por cabeza, a su vez, generará más cantidad de carne para el mercado interno”, indica el trabajo dado a conocer el 20 de junio por la Rural Argentina.
El mismo informe, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la entidad, afirma que el sector invertirá también u$s3.446 millones en gastos directos, principalmente suplementación, confección de pasturas y sanidad, entre otros. “Además, inyectará 2576 millones de dólares en gastos indirectos, principalmente en estructura y financiamiento. Por último, el sector ganadero adquirirá bienes de uso durable por 1075 millones de dólares‘, detalla.
Los técnicos ruralistas advierten que esta expectativa estimula a una mayor demanda de semillas forrajeras. Incluso estiman que la tendencia se afirme para la siembra de primavera, “sumando la conformación de reservas, la renovación de alambrados, molinos y aguadas, entre otros insumos necesarios para mejorar la productividad”.
La semana pasada, durante la Primera Jornada Córdoba Ganadera -organizada por el Grupo Agrovoz- se planteó, entre otros temas, el retorno de las vacas a campos que habían cedido a la agricultura. “Integrar granos, silaje y pasturas en zonas agrícolas es rentable. Lo indispensable es hacerlo con eficiencia”, aseguró Marcelo De León, técnico del Inta Manfredi y especialista en forrajes conservados.
Néstor Latimori, técnico del Inta Marcos Juárez, planteó diferencias en el uso forrajero entre planteos de cría e invernada: “no hay que producir la pastura en los bajos ni en campos marginales. Esto puede ser una opción para la cría, pero para la invernada debemos utilizar los mejores suelos que, en el caso de tener cría propia, los va a potenciar”. Según este planteo de intensificación, la invernada no supera los 12 meses y el bache de invierno en la pastura es cubierto por reservas confeccionadas con silaje y el aportes de verdeos.
Más grandes. Se espera un aumento de la participación en la faena de novillos pesados destinados habitualmente para exportación, con el beneficio de que la mayor cantidad de kilos por cabeza.
Salir del estancamiento
Esta semana también hubo un cónclave específico en la provincia de Santa Fe, con la realización del 3º Congreso Ganadero de la Sociedad Rural de Rosario. Durante dos días hubo un intenso programa con especialistas que se enfocaron en las claves para potenciar el negocio.
El asesor privado Juan Elizalde apuntó a la eficiencia como objetivo de la inversión en tecnología. “Se trata básicamente -dijo-, de mejorar los índices reproductivos en las vacas de cría sin tratar de aumentar tanto el stock, para no generar una demanda mayor de forraje (sobre todo en zonas marginales donde la cría no es tan fácil de realizar) y entonces trabajar sobre lo que uno tiene”. Por ejemplo, para mejorar la ganancia de peso y la condición corporal en la recría, así como las cargas de recriados en pasturas. En en el caso del engorde a corral, sugirió “mejorar toda la tecnología” para apuntar a una mejora en la eficiencia de conversión, que “hoy es todavía muy factible de mejorar”.
Según Juan Marcos Olivero Vila, capacitador del Movimiento CREA, planteó que hace casi 40 años que la ganadería está estancada en lo que respecta a stock y a producción. “Más allá de que hay empresas que han mejorado y mucho sus planteos, desde un punto de vista global, la producción nacional es la misma, mientras que la población en el mismo período ha crecido un 60%”, advirtió.
Desde el punto de vista económico, y de cómo está el negocio hoy, dijo: “hay una buena situación en cuanto al precio de la hacienda (tanto si se los mide en pesos/kg, como en dólares/kg), lo cual es bueno para aquel que ya tiene la hacienda, pero también es más caro para quien hoy quisiera entrar al negocio, o para quien quiera agrandarlo”.
Política nacional
A comienzos de junio, durante el Congreso de Fundaciones de Lucha Sanitaria desarrollado en la ciudad de Santa Fe, el Subsecretario de Ganadería de la Nación, Rodrigo Troncoso, remarcó la imposibilidad de pasar del 55% de destete de promedio nacional al 75% de manera simultánea en todo el país. “Hay regiones que no lo permiten, tenemos que ser muy conscientes de qué tenemos como base para poder mejorar y hasta dónde, para no genera expectativas exageradas”, dijo en referencia los objetivos para el sector de la nueva administración. Específicamente a la posibilidad de un plan ganadero respondió con un acciones que impulsen el desarrollo regional. “Es difícil hablar de plan bovino si no contempla el ovino, caprino, porcino, avícola, como algo integral”, afirmó, y puso como ejemplo definir cómo debieran usarse la materia seca que puede producir una región. “A partir de ahí empezar a discutir”.
Lo que Troncoso reveló a Campolitoral es la intención de modificar el sistema de tipificación por calidad de la carne bovina. “Hoy no hay parámetros modernos, se maneja con los de la Junta de 1973 y no está relacionada con lo que se produce; entonces estamos trabajando en ver cómo generar una tipificación que clasifique la carne de acuerdo a diferentes calidades”, adelantó. “A partir de poder clasificar, el productor puede tener información de lo que está haciendo para saber si responde a lo que el mercado demanda”. De tal modo, explicó que “el Estado no se mete en el negocio, pero sí genera información que permite a la cadena que se equilibre la transferencia de recursos o la generación de valor”.
“En la provincia hay 28.144 Renspa’s hoy, se han perdido 5604 desde el 2006, año en que se implementaron los ROE y se suprimieron las exportaciones. ¿Vamos hacia la concentración? Teníamos 7.640.000 cabezas en ese año, mientras que hoy tenemos un millón menos”
José “Peco” Alonso
Pte Sociedad Rural Las Colonias
Animarse y avanzar
En Rosario, Elizalde planteó que el productor “debería mejorar en cada una de las fases de la cadena”, planteándose qué tecnologías tienen que aplicarse tranqueras adentro, buscando la que mejor se adapte a cada productor que no es la misma para todos. Por otro lado, destacó la importancia de “tratar de influir para que en la cadena de la carne se logren determinadas objetivos que hoy no se tienen, como disminuir el diferencial de precio entre el novillo y la vaquillona pesada; trabajar más con algunas ventajas de los machos enteros y exigirle al Estado Nacional y Provincial que alcance profesionalismo e idoneidad necesarios para explorar y buscar nuevos mercados y poder colocar nuestras carnes en países donde todavía no se ha logrado”.
Entre los oradores también estuvo el José “Peco” Alonso, titular de la Sociedad Rural de Las Colonias, quien se refirió a la potencialidad de la ganadería santafesina. Su diagnóstico partió de un análisis cuantitativo del sector: la provincia de Santa Fe tiene 3.4 millones habitantes y 6,5 millones de cabeza de Ganado Bovino, casi 2 cabezas/hab. A su vez el país tiene 43 millones de habitantes con 51 millones de cabezas 1,2 cabeza/hab, “lo que marca que la provincia está en desventaja en relación al resto del país”. Pero, con el 14% del rodeo nacional bovino, en la provincia los índices de destetes rondan el 50% “¿Son bajos? ¡Es la realidad!”, se sinceró.
El ruralista indicó que del total de la superficie provincial más de la mitad de las hectáreas son ganaderas porque solo se puede poner rumiantes en ellas. La carga es de una cabeza por habitante “¿Es baja? ¿Se puede mejorar?”, se preguntó. También indicó que “hay 28.144 Renspa’s hoy, se han perdido 5604 desde el 2006, año en que se implementaron los ROE y se suprimieron las exportaciones. ¿Vamos hacia la concentración? Teníamos 7.640.000 cabezas en ese año, mientras que hoy tenemos un millón menos”.
Sobre este diagnóstico, el dirigente preguntó al público con qué potenciales cuenta el productor ganadero santafesino hoy, y cuáles se perdieron. “Nuestro potencial es el que nos animemos a construir, porque recursos alimenticios y capacidad de mano de obra sobran”, se respondió, e indicó la importancia de evaluar la infraestructura tranqueras afuera y adentro; y los servicios con que cuentan los campos.
A partir de ahí, propuso una serie de medidas para “colocar a Santa Fe a la vanguardia del sector”. Asumiendo condiciones de precio que retribuyan los factores de producción y generen una renta lógica de los activos involucrados, planteó trabajar fuertemente en: un sistema de información consistente para diagnosticar, planear, monitorear y corregir; un plan productivo basado en la construcción de las tecnologías disponibles con el acompañamiento de nuestros profesionales agropecuarios; y un fuerte financiamiento orientado a reconstruir los activos productivos (Retención de vientres, capacidad de recursos humanos, genética, infraestructura, sanidad y control reproductivo, etc).
“El cambio de escenario -dijo en referencia al nuevo gobierno nacional- es la posibilidad de dialogar, de construir, pero en base a ciertas situaciones; no es mágico y exige la participación del sector productivo no solo tranqueras adentro”. Según su visión, “el mayor valor agregado es producir proteínas animales” y la ventaja radica en su demanda ilimitada. Por último, bregó por “la aplicación de una política que favorezca el agregado de valor y el empleo y la producción; todo por construirse, pero depende gran parte de nuestro aporte”.
Sin exportación no habrá crecimiento
Ing. Agr. Oscar Melo.
- Los datos demuestran que a la ganadería le fue muy mal en los últimos años. Mientras la agricultura pasó de 20 a 100 millones de toneladas, en algo más de cuatro décadas, en carnes producimos cada vez menos y perdimos el liderazgo mundial que habíamos mantenido por más de un siglo. Ahora, tenemos menos stock, menos cabezas por habitante, menos frigoríficos, menos consumo y menos exportación. Entonces, no podemos seguir haciendo lo mismo que antes, porque las consignas con las que trabajamos nos llevaron al fracaso. Debemos ser capaces de reformular la actividad para que sea exitosa.
Tal vez lo más importante para la recuperación ganadera es comprender que si no hay exportación, no es bueno incitar a los ganaderos a producir más porque eso aumentaría la oferta interna y lógicamente la carne valdrá menos. Pero el negocio exportador aún no arranca. Ahí está el dilema.
En la Argentina no se ha tomado suficientemente en serio la promoción de la exportación. No se tiene en cuenta que si no hay exportación tampoco habrá un consumo interno sustentable. Es imprescindible fomentar la venta externa de un 15 a 20 % de la producción total para que exista el otro 80 a 85 % para la población, si no la carne será cada vez más escasa y más cara. Tampoco es bueno creer que no se puede exportar, ya que todos los países ganaderos, sin excepción, más allá de coyunturas dificultosas, lo hacen. Si sólo aumentáramos la cantidad de kilos por animal faenado, con el mismo stock, podríamos arrancar. Hay que sentarse y conversar cuáles son los objetivos de la exportación y salir decididamente a promoverlas.-
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