viernes, 1 de julio de 2016

CHILE: Con tecnología in vitro INIA recupera a la frutilla blanca


En el entorno del proyecto FIA se produjeron las plantas para repoblar territorio de Nahuelbuta Investigadora chillaneja Cecilia Céspedes, espera la primera cosecha comercial para el verano 2018
Un interesante trabajo desarrolla INIA Quilamapu en Chillán en el entorno del proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, “Valorización del Cultivo de Frutilla Blanca (Fragaria chiloensis) mediante el rescate de ecotipos locales y el fomento de su producción agroecológica, entre pequeños agricultores del territorio de Nahuelbuta”, con la reproducción in vitro de plantas de frutilla blanca chilena cuya existencia en ambientes naturales de la cordillera de Nahuelbuta, donde crece espontáneamente, ha perdido sanidad y vigor.
El viernes pasado una remesa de mil plantas hijas de originales de Nahuelbuta, pero que resultan más sanas y vigorosas que las silvestres, que fueron reproducidas en Chillán, volvieron a su lugar de origen, en el límite de la Octava y Novena regiones, para ser entregadas  a  cerca de 30 pequeños agricultores, para que recuperen este recurso frutal de la zona, que es especialmente apreciado en la preparación de borgoña o clery, por su intenso aroma y sabor.
La iniciativa que incialmente favorecerá a Contulmo y Purén, comenzó a ser  ejecutada en diciembre de 2014, con  una inversión de 60 millones de pesos aportados por FIA, más  otros aportes de INIA y de los dos municipios involucrados, lo que implica unos 105 millones en total.
A la fecha se han logrado avances significativos, aunque aún queda lo más trascendente ya que si bien ya se realizó el trasplante de la variedad reproducida en los laboratorios de Chillán, ahora hay que comprobar cómo marcha su desarrollo en terreno, donde las plantas originarias no se están desarrollando a plenitud.


Cuatro variables de plantación
“En esta ocasión correspondía plantación de las primeras mil frutillas, que son para la Escuela Manzanal Bajo en Purén. Lo que hicimos con cuatro sistemas distintos, el primero, plantación tradicional, como lo hacen los agricultores, el segundo, camellones con compost, el tercero camellón con compost y control de malezas con cubierta de corteza de pino, y por último camellones con compost, control de maleza con corteza de pino y riego. Son distintos tratamientos para ver en cuál se adapta la frutilla y produce mejor, se enferma menos y tiene mejor rendimiento”, explicó Cecilia Céspedes, investigadora de INIA Quilamapu y directora técnica de la oficina de INIA en la Provincia de Arauco, el Centro de Transferencia Tecnológica y Extensión CTTE Arauco Sustentable.
La investigadora, que se especializa en producción orgánica y reciclaje de residuos orgánicos,  trabajará con los pequeños agricultores que son parte del proyecto, que periódicamente reciben capacitaciones sobre el desarrollo de este fruto, y así que también se preparan para recibir las próximas mil plantas que en julio llegarán a la localidad de Pichihuillinco en Contulmo. “Yo creo que van a funcionar bien, pero para tener resultados hay que esperar toda la temporada de verano, la frutilla se cosecha en diciembre, pero estas plantas que son nuevas, no esperamos que este año tengan cosecha, sino que el siguiente. Pero sí vamos a medir vigor, número de hojas tamaño corona y ver cuáles están funcionando mejor”, manifestó Cecilia Céspedes.
La iniciativa puede dar nuevas pautas para este cultivo, que a nivel de la Provincia de Ñuble también tiene expresión en forma silvestre en algunos sectores de Coelemu y Cobquecura en la costa. También tiene presencia en San Fabián de Alico, Coihueco, Pinto, El Carmen, Pemuco y Yungay.

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