China sigue mirando a Uruguay y desde hace tiempo que dejó de verlo como un simple proveedor de carne. Ahora, sus empresarios ya buscan invertir en agroindustrias.
Este mes, llega otro grupo de empresarios chinos para revisar frigoríficos uruguayos exportadores, dijeron a El País fuentes del ámbito oficial y del empresarial.
Los inversores asiáticos llegarán manejando la posibilidad de comprar una planta que les permita posicionarse mejor en su mercado e incluso, aprovechar las ventajas que tienen las carnes uruguayas, que acceden desosadas y maduradas a los tres mercados de Norteamérica (Canadá, México y Estados Unidos), así como a Corea del Sur y la Unión Europea, entre otros selectos destinos.
Según información recabada por El País este grupo inversor ya estuvo en Uruguay revisando frigoríficos el año pasado —en 2014 hubo por lo menos dos misiones de empresarios chinos buscando comprar carne directamente y mirando frigoríficos— e incluso llegó a reunirse con las autoridades del Instituto Nacional de Carnes (INAC), donde se manifestó el interés de hacerse de alguna empresa exportadora.
Ahora vuelven con el cometido de ir más a fondo y prepararse para un posible negocio.
Incluso, desde fines del año pasado en el mercado cárnico se menciona que ya hay un grupo chino que entró en contacto con una empresa uruguaya y está negociando su compra, pero esta información, hasta el momento, no ha podido ser confirmada.
Interés.
En China, previo al Año Nuevo Lunar se activó bastante el mercado de compras de carne.
“Bajaron los stocks de carne previo a la festividad, que es el gran momento del consumo”, aseguró a El País el broker Daniel Castiglioni, radicado en China y titular de Casti Trader.
Previo al Año Nuevo los precios subieron para el juego de cortes de garrón y brazuelo y las ventas subieron porque los chinos precisaban carne.
“Hacia adelante las perspectivas son buenas, porque los stock bajaron y hay empresas que precisan salir a comprar para armar nuevos stocks”, argumentó el empresario uruguayo. Ahora, según su visión, las perspectivas “deberían ser mejores”, porque los importadores chinos deberían salir a comprar, pero también hay desafíos. Entre ellos, Castiglioni recordó que está la competencia de Australia —que tiene un Tratado de Libre Comercio con China— y Argentina.
“Los argentinos no tendrán mucho volumen, pero seguramente salgan con precios por debajo de la carne uruguaya” y eso complicará las ventas.
“También hay que ver qué pasa con el ingreso de carne brasileña, donde aún faltan algunos papeles por arreglar”, agregó el broker.
Ahora, en China también pesa fuerte la producción de carne bovina y ovina libre de hormonas, la trazabilidad de los cortes que brinda seguridad a los consumidores y el engorde sobre pasturas naturales y eso son atributos que fortalecen la carne uruguaya.
En cuanto a las posibles inversiones de empresas chinas en el Río de la Planta, Castiglioni recordó que ese país precisa ferozmente más alimentos.
“Miran a la región porque hay volúmenes importantes de aprovisionamiento para abastecer la demanda. Pero en caso de Uruguay, hay otra ventaja y es que el cliente chino ya aprobó la carne uruguaya, le gusta el producto y comenzó a pedirlo”, aseguró.
Precio alto.
Pero, para el expresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Luis Alfredo Fratti, más allá de que los chinos precisen mayor cantidad de proteínas y de la seriedad del complejo cárnico uruguayo, hay otro elemento que pesa al momento de pensar en una inversión en Uruguay.
“El precio de exportación que tiene la tonelada de carne uruguaya es atractivo para cualquier empresa (está en un promedio de US$ 4.024 por tonelada bovina) y mucho más para el caso de China, que está creciendo y que está pagando valores más significativos de los que pagaba tiempo atrás”, sostuvo Fratti.
A eso se suma otra fortaleza que “es la garantía de calidad de la materia prima”, agregó.
Por otro lado, Fratti recordó que no es la primera vez que llegan misiones de empresarios chinos a Uruguay sondeando precios de frigoríficos en estos últimos años.
Sin embargo, la desaceleración económica que tiene el país asiático ha llevado a una caída de las exportaaciones uruguayas en el segundo semestre del año pasado.
En efecto, un informe elaborado por el Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay señaló que en el segundo semestre de 2014 las exportaciones con destino a China alcanzaron los US$ 533 millones, 15% menos que en igual período del año previo.
El estudio indicó que la soja siguió siendo el principal producto de exportación explicando cerca del 40% del total colocado en el país asiático, seguido por la carne y despojos comestibles que explicaron el 30%, mientras que la lana superó el 11% de participación (además de la pasta de celulosa colocada desde zonas francas).
Demanda por proteínas rojas en ascenso
La demanda por proteínas rojas en China viene creciendo a un ritmo muy alto —algunos analistas hablan de 30% anual— y el gigante asiático precisa de buenos abastecedores. Un ejemplo claro de eso es la pronta habilitación de Argentina, Brasil que ya puede entrar por los canales formales —hasta ahora su carne bovina y menudencias entraba a través de los canales grises de Hong Kong— y la reapertura del mercado para la carne vacuna irlandesa.
En noviembre de 2014, el gobierno chino oficializó la apertura de mercado para la carne vacuna brasileña y se tenía previsto que ya estuvieran adentro de su mercado el pasado mes de enero, pero el ingreso se alargó un poco. La apertura fue oficializada por el presidente chino Xi Jiping durante la visita a Brasilia.
Argentina estaría vendiendo entre 15.000 y 16.000 toneladas de carne vacuna congelada al mercado chino y ahora apura el ingreso de carne refrigerada.
En 2009 los chinos consumían 5 kilos por persona al año y se espera que em 2025 lleguen a consumir 6 kilos; el incremento pesa mucho en el país más poblado del mundo con 1.300 millones de personas.
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