Ante el colapso del trigo, la colza canola representa una alternativa eficaz que permite mantener la producción invernal, refinanciar al productor en momentos clave y diversificar la matriz agrícola con gran potencial de agregado de valor. La seguna oleaginosa mundial tiene atributos para crecer.
En la zona central de Santa Fe, las recientes precipitaciones instalaron nuevas urgencias a los productores. Sin embargo, se avecinan decisiones importantes respecto de la campaña de invierno.
En diálogo con Campolitoral, la Ing. Agr. Edit Weder (de AFA Humboldt), destacó que en zonas mixtas, la tendencia por estos días indica que los chacareros se decidirán por verdeos de invierno “para mantenerse”. Según dijo, la opción mayoritaria será un rygrass perenne o un trigo forrajero para transformar el grano en carne o leche, “aprovechando el perfil ganadero y lechero de la zona”. Pero si bien las reservas se llevarán el mayor hectareaje en la zona, todavía es tiempo de analizar las alternativas agrícolas, entre las cuales la colza asoma con sus ventajas de siempre.
Según el Ing. Agr. Leonardo Coll, investigador de la Experimental de INTA Paraná a cargo del grupo de ecofisiología vegetal y manejo de cultivos, el potencial del cultivo es muy grande, sobre todo por la retracción del mercado del trigo. “Además, la campaña pasada los rindes medios de Entre Ríos fueron mejores que las dos campañas anteriores: de 1.400 a 1.500 kg/ha. y ese es otro factor positivo”. A nivel precio, si bien no es el de las campañas anteriores (U$S 500/tn) estamos en el orden de los U$S 300 al productor. Nada despreciable.
Para Coll todavía es prematuro hacer pronósticos. “El tema está por verse en función de las perspectivas del trigo, pero el año pasado se pudo vender la totalidad de la producción de colza, y dependiendo del rinde, el productor GANÓ DINERO o salió derecho. Aparte año a año se va conociendo más el cultivo y los errores son muy pocos”, agregó.
Muñeca
Respecto de las claves del manejo, dijo que son muy sencillas. “La primera es la combinación de la elección del cultivar y la fecha de siembra. Para la zona de Entre Ríos y Santa Fe se aconsejan cultivares primaverales de ciclo largo con siembras en abril. Pasando la primera quincena de mayo se aconsejan ciclos cortos. Después e eso, las heladas más frecuentes ponen en riesgo el cultivo y los rindes potenciales caen”. El segundo aspecto clave es la nutrición. “La nutrición, la fertilización con fósforo, nitrógeno y azufre es fundamental”, manifestó.
A nivel sanitario, alertó sobre la aparición de alternaria y otras patologías como el phoma, sobre todo si no se rota el cultivo, “pero eso pasa por la mala elección del cultivar o por hacer colza sobre colza, pero en general las plagas son manejables”, sostuvo.
A la hora de destacar las virtudes del cultivo, enfatizó que su aceite comestible (si bien en Argentina no tiene tradición) presenta alta calidad. “Es el mejor para la salud por el elevado contenido de ácidos con Omega 3. En Europa el biodiésel se hace con colza porque funciona mejor que el de soja a bajas temperaturas, por eso importan bioidiésel y grano. Aspiramos a llegar a las 100 mil hectáreas, pero es difícil de predecir en este momento. Entre Ríos ha tenido un 50 % de su área sembrada en las últimas campañas y esta cayó por los malos rindes y las mejores perspectivas del trigo”.
Para Coll, esta merma del cultivo habla mal del sistema productivo argentino, “ya que colza no compite con el trigo. Detrás de la colza se puede hacer sorgo, soja de primera y un maíz tardío: una rotación que se debería usar más, porque la superficie agrícola disponible en invierno es muy alta (solo se usa de un 15 a un 20%), el resto es barbecho”.
Actualmente, en INTA están estudiando temas como el consumo de agua del cultivo y el mejor espaciamiento de hileras. En agosto de 2014 se realizó en Passo Fundo, Brasil, el Primer Simposio Latinoamericano de colza y la delegación argentina presentó un par de trabajos relacionados con el cultivo y ensayos con fertilización. “A nivel regional, Chile trabaja fuerte en el cultivo (usan la producción para abastecer a la industria del salmón). Brasil viene lento pero crece con los años con un plan para llegar a las 400 mil hectáreas, y Uruguay tiene una empresa que trabaja fuerte con el tema”, explicó.
Rentabilidad se busca
“Hoy con el contexto del trigo la colza es una alternativa rentable para el productor y puede diversificar un poco el riesgo”, le dijo a Campolitoral el Ing. Agr. Mariano Andrés Gómez de la empresa Nuseed, que lidera el mercado de semillas y esta semana lanzó nuevos productos para la zona.
“La potencialidad del cultivo habla de un cultivo noble y estable en el rinde que ya está presente en el planteo de muchos productores, por eso nuestra intención es acompañar al productor y también al distribuidor con un buen precio, brindando las herramientas para que el productor tenga un año productivo en colza”, dijo. “Si bien la idea original nuestra es complementar al trigo, en las últimas campañas lo reemplaza. En otros años se repartía”. agregó.
Si bien la campaña todavía no arrancó, “queremos llegar a los 100 mil kilos. Hemos tenido altibajos, no solo por el precio sino por el clima. Es un cultivo distinto, que requiere ciertos cuidados a la hora de la siembra, la variable de la fertilización y en cosecha, pero teniendo esos puntos bien aceitados, se trata de un cultivo muy estable”, manifestó.
Sanidad sencilla
A la hora de analizar el aspecto sanitario a tener en cuenta, el Ing. Agr. Omar Valetti en el lanzamiento de Nuseed remarcó que hay una serie de enfermedades comunes y que son problemas similares en los países productores de colza. “La incorporación del cultivo en la rotación no han podido zafar de ellas. Una es phoma, la más problemática a nivel mundial. En Europa y Canadá la vienen combatiendo con las herramientas de la resistencia genética. Y en ese aspecto debemos tener cuidado al introducir nuevas variedades o híbridos que tengan un buen comportamiento frente a esas enfermedades. Ante un efecto menor de un fungicida, la salida la aporta la genética”, dijo el especialista.
Valetti también destacó la presencia de una serie de enfermedades de fin de ciclo, comunes a la colza pero más acordes a las malezas crucíferas, como la alternaria, parecida a la del girasol, que tiene un impacto a fin de ciclo aunque se pueda incorporar en etapas tempranas. “Produce un manchado que minimiza el llenado de grano, el peso y el rinde”.
A nivel global, destaca que es un cultivo atado a los aspectos coyunturales del trigo, que obligan al productor a analizar qué hacer, y surgen así los cultivos alternativos. “Las legumbres -por ejemplo- tienen mercados muy específicos, pero la colza es el segundo oleaginoso del mundo, con más de 70 millones de toneladas dando vueltas en el mundo y eso la califica en un escalón superior a un cultivo alternativo”, expresó.
Para el especialista, la escasa demanda o canalización de negocios agropecuarios hizo que no creciera el área. “Yo creía que la creciente demanda de biodiésel de este cultivo o como materia prima motorizaría un crecimiento. En Europa no tienen la disponibilidad de tierras para crecer, y su legislación obliga a cortar los combustibles, y en el Hemisferio Sur hay dos países que lo pueden hacer: Brasil y Argentina, y después Uruguay y Paraguay. Nosotros tenemos superficie para hacerlo, pero esto dependerá del nivel de negocios que lo fomenten”, analizó.
Finalmente, hizo hincapié en las ventajas de manejo: “es un cultivo que se siembra y cosecha como el trigo, incluso antes, y en noviembre puedo estar liberando el lote para una soja de segunda con una fecha de siembra parecida a una de primera, y esas ventajas en un escenario de rotación son muy buenas”.
“El tema está por verse en función de las perspectivas del trigo, pero el año pasado se pudo vender la totalidad de la producción de colza, y dependiendo del rinde, el productor GANÓ DINERO o salió derecho. Aparte año a año se va conociendo más el cultivo y los errores son muy pocos”
“Es un cultivo distinto, que requiere ciertos cuidados a la hora de la siembra, la fertilización y en cosecha, pero teniendo esos puntos bien aceitados, se trata de un cultivo muy estable”.
Mariano Gómez
“Las legumbres tienen mercados muy específicos, pero la colza es el segundo oleaginoso del mundo, con más de 70 millones de toneladas y eso la califica en un escalón superior a un cultivo alternativo”.
Omar Valetti
Para tener en cuenta
La colza pertenece a la familia de las brassicae y se estima que se origina en el sur de Europa o del Mediterráneo. Según el manual de enfermedades en colza elaborado por Norma Formento para el INTA, también se la conoce como CANOLA, acrónimo del inglés Canadian Oil Low Acid. Su aceite posee menos del 2% de ácido erúcico y su harina es inferior a 3 mg. de glucosinolatos. Los principales productores mundiales son la UE con 19.7 millones de tn. (30%), Canadá con 15 millones (23%), China con 13.8 millones (21%), e India con 7 millones (11%). En el ciclo agrícola 2013/14, se ubicó en el segundo lugar dentro de las oleaginosas, con el 13 %, solo superada por la soja (58 % de la producción mundial). El consumo humano de su aceite está limitado a Alemania y Francia, siendo el principal objetivo la obtención de biodiésel y harina para la alimentación animal. En Argentina la colza se conoce desde la década del 30 y a través de los años la superficie sembrada manifestó incrementos y disminuciones marcadas. En 1992 se alcanzaron las 51.000 has. sembradas. El área de siembra coincide con las áreas trigueras y se desarrolla bien bajo condiciones de climas templados a templados fríos con buena humedad ambiental. El 85% de la producción nacional se obtiene en Buenos Aires y La Pampa, y el 15 restante en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Santiago del Estero. En el ciclo agrícola cayó el área sembrada (16%), aunque la producción total experimentó un crecimiento del 14 % por el rinde promedio de 1.042kg/ha.
Sanidad. El monitoreo permite la detección precoz de patologías comunes. Bien manejado es un cultivo predecible y estable.
Para la zona de Entre Ríos y Santa Fe se aconsejan cultivares primaverales de ciclo largo con siembras en abril. Pasando la primera quincena de mayo se aconsejan ciclos cortos. Después de eso, las heladas más frecuentes ponen en riesgo el cultivo y los rindes potenciales caen
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