Científicos estadounidenses han creado las primeras vacunas que previenen la metritis, una de las enfermedades más comunes en el ganado vacuno.
La infección no sólo afecta la salud de los animales y a la rentabilidad de la explotación, sino que también conlleva un uso de antibióticos sistémicos en la industria lechera, más que cualquier otra enfermedad.
Un equipo de investigación de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) han desarrollado nuevas vacunas frente a la metritis que previenen que la infección se establezca en el útero y reducen los síntomas una vez que la infección se instaura, lo que podría ahorrar importantes cantidades de dinero a la industria ganadera y ayudar a frenar la creciente epidemia de la resistencia a antibióticos. El trabajo se investigación se ha publicado en la revista PLOS One.
La metritis se produce después del parto de la vaca, momento en el que la vagina y el cuello del útero quedan abiertos y las bacterias aprovechan para fijarse en el útero. Las vacas que sufren metritis presentan fiebre, inflamación, falta de apetito, depresión y una capacidad reproductiva reducida.
La enfermedad afecta alrededor del 25 % de los casi 9 millones de vacas lecheras que existen en Estados Unidos, con un coste aproximado de 400 dólares por pérdidas de producción y por gastos en tratamientos.
Ricardo Bicalho, profesor asistente de medicina de la producción lechera de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cornell, ha declarado que la metritis es la primera causa del uso sistémico de antibióticos, que se distribuyen por todo el organismo en lugar de actuar en una región específica. Tres de las vacunas creadas en su laboratorio disminuyeron la incidencia de metritis y redujeron los síntomas en las vacas que las recibieron, mostrando alternativas a los antibióticos para abordar la enfermedad.
Los científicos crearon vacunas multivalentes, cócteles complejos con varios componentes que han identificado como importantes en el desarrollo de metritis según su investigación en torno a la enfermedad.
Los investigadores probaron cinco combinaciones de varios ingredientes y administraron tres de ellas por vía subcutánea y dos por vía vaginal. Las tres vacunas subcutáneas fueron efectivas y redujeron de forma significativa la incidencia de la enfermedad en un 83 %. Las vacas que se vacunaron por vía subcutánea presentaron presentaron menor incidencia de la fiebre posparto y de metritis puerperal, periodos de enfermedad más cortos y mejoraron su rendimiento reproductivo comparado con aquellas que no recibieron ninguna vacuna.
Los investigadores han quedado sorprendidos por la fuerza de protección que producen estas vacunas, ya que esperaban un efecto protector, pero no tan fuerte como el encontrado.
Una vacuna efectiva frente a las enfermedades uterinas tendrá un impacto significativo positivo en la industria láctea, limitando el uso de antibióticos y disminuyendo las pérdidas económicas debidas a estas patologías. Los científicos esperan poder simplificar las vacunas complejas identificando qué componentes son los más importantes y retirando el resto.
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