Una corriente mundial de pensamiento ecologista, basado en muchas “verdades y mitos populares”, más que en las ciencias biológicas, veterinarias y agronómicas; ha puesto sobre las producciones pecuarias una especie de mirada “antropomórfica”. Es decir, asimilar las necesidades de nuestros animales en producción, a las necesidades humanas.
En principio, los animales poseen pulsiones y deseos, por lo general muy distintos a los nuestros. E.g.: los perros, se perfuman revolcándose en el guano o en la bosta de los equinos,….valga este ejemplo escatológico pero revelador.
En el caso de las gallinas productoras de huevo para consumo, sucede que su producción neta total, esta directamente relacionada con el grado de satisfacción de sus necesidades. Un estado “displacentero” afecta directamente sobre las secreciones hormonales que promueven la postura. Una gallina alojada en espacios muy estrechos, con mal acceso al alimento, al agua, con una ventilación inadecuada, con mucho frío o mucho calor (15 ºC, es aproximadamente la temperatura adecuada); atentan contra una producción óptima, en razón de la secreción de adrenalina. Esta es la hormona que deprime la secreción de oxitocina, que a su vez es la hormona responsable de la pulsación uterina y la puesta. Según mi experiencia, las aves alojadas en naves ventiladas, luminosas, con abundante acceso a buenos alimentos y agua, son las de mejor respuesta productiva. Las aves alojadas en baterías superpuestas terminan siendo eficientes, en particular, por el hecho de que la intervención humana es deficiente (como suele ser en nuestro medio y en los tiempos que corren)y no porque efectivamente las aves vean satisfechas en plenitud sus necesidades.
Este tipo de alojamiento suele (repito, según mi experiencia) estar un poco por debajo de los registros de aves alojadas en pirámides de 2, 3, o 4 filas, y a dos pirámides por nave. Solo que este tipo de instalaciones, demanda para manifestar la máxima producción, personal idóneo, dedicado y RESPONSABLE. Como esta condición, últimamente es difícil de conseguir, termina sucediendo que los galpones automáticos demuestran iguales o mejores datos de postura que los semi automáticos. Estas cuestiones que tienen que ver con “el bienestar animal” ocurren también en las vacas de tambo y por idénticas cuestiones hormonales. Las aves conducidas en estado de simi libertad (o semi cautiverio)tienen un dificultoso control sanitario, posible contacto con roedores, vectores de enfermedades zoonósicas.
El huevo es de peor calidad (sucio). La imagen BUCÓLICA de las gallinas sueltas como aves de traspatio, indudablemente forma parte del “IMAGINARIO POPULAR CITADINO”. Como dice el dicho popular: “NI PELADO NI CON DOS PELUCAS”. No es poco frecuente ver alojar aves en jaulas que soportarían solo tres aves de color, alojar 5 blancas que terminan turnándose para comer. Es en estos casos que las performances por ave alojada se resienten, es el caso en donde cuadran las cuestiones referidas al bienestar animal
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