martes, 1 de abril de 2014

Colibacilosis porcina, previniendo un riesgo latente


Cuando realizo visitas técnicas a las diferentes granjas porcinas, grandes y pequeñas, siempre escucho sobre las diarreas causadas por la Escherichia coli (E. coli), sobretodo en neonatos, ya sea que se está previniendo o tienen casos clínicos.
Lo importante es saber si realmente es esta bacteria la que está afectando a nuestros animales, y si realmente estamos haciendo un plan integral para controlar la presentación de la enfermedad y no sólo usar un “antibiótico preventivo”.
En el año 1885, Theobold Escherich fue el primero en describir a la E. coli en lactantes, llamándose en ese entonces a esta bacteria como Bacterium coli commune. Pero no se le consideró patógeno en cerdos hasta varios años después.
Actualmente se considera que siempre lidiamos con casos clínicos de diarreas de neonatos en menor o mayor grado, presumiendo que este microorganismo es el causante.
Lo que debemos recordar es que la E. coli es un habitante normal en los intestinos (delgado y grueso) de los animales, pero sólo algunas cepas son patógenas, y esas cepas van a diferir según sus antígenos somáticos, frimbriales y flagelares.
Las cepas que se encuentran comúnmente en grandes cantidades en los porcinos sanos no son patógenas. Sin embargo, bajo ciertas condiciones algunas cepas que si son patógenas proliferan en mayores cantidades, particularmente en animales estresados, y se produce la enfermedad. Como sucede en otras enfermedades, la colibacilosis puede estar asociada a otra bacteria.
La colibacilosis en los porcinos ha sido reconocida durante mucho tiempo presentándose a tres edades diferentes:
- Colibacilosis neonatal o “diarrea de los lechones”.
- “Colibacilosis o diarrea post destete” en cerdos poco después de destetados.
- “Enfermedad de los edemas” en cerdos en crecimiento o engorde.
En los lechones recién nacidos, la colibacilosis ocurre normalmente entre el primer y tercer día de nacido, y generalmente ésta es dramática por que puede llegar a una mortalidad de 10 a más del 50%.
En los recién destetados, generalmente la enfermedad se da entre el primer día de destetado y 10 días posteriores, ayudado muchas veces por el estrés del cambio de alimento y ambiente. En este caso, la mortalidad no es tan alta y rara vez excede el 5 a 10%. Sin embargo, la colibacilosis reduce el desempeño por la deshidratación y menor consumo de alimento.
En cerdos en crecimiento, la denominada enfermedad del edema, se debe a que la E. coli produce una toxina que daña las paredes de pequeños vasos sanguíneos (incluyendo el cerebro) y producen la acumulación de fluido (edema) en los tejidos del estómago e intestino.
¿Cómo puedo diferenciarlas de otras enfermedades?
En la práctica muchas veces es difícil diferenciar la colibacilosis de otras enfermedades, aunque algunas lesiones durante la necropsia nos permiten un direccionamiento, como es la presencia de edemas.
Sin embargo, dependiendo de las diferentes edades en que podemos encontrar la enfermedad, la podemos confundir principalmente con coccidia, rotavirus, gastroenteritis transmisible (GTE) y salmonelosis.
Como prueba de campo, y que sirve mucho para diferenciar una diarrea vírica o por E. coli, es el de hacer una prueba con papel tornasol. Se debe mojar el papel con la excreta acuosa, la de E. coli es alcalina (cambia a color azul) mientras que la de infecciones víricas es ácida (cambia a color rojo).
El siguiente cuadro nos puede dar una visión de los agentes infecciosos que tal vez podemos encontrar en campo, muchas veces asociados entre ellos, pero que si bien es una información de Norteamérica, refleja una realidad en esta etapa de producción. (Cuadro 1).
Tipos de Escherichia Coli
Actualmente se consideran los siguientes tipos:
1. Enterotoxigénico (ETEC): productor de enterotoxinas que producen una secreción de líquidos y electrolitos por parte de las células epiteliales del intestino, lo que consideramos diarrea.
Esta clase usa las fimbrias para adherirse a la mucosa intestinal, como las conocidas F4 (K88), F5 (K99), F6 (987P) y F41. Normalmente las E. coli responsables de diarreas en neonatos suelen producir F5, F6 o F41 y los que producen F4 están también asociados a diarreas durante el resto de la lactación y destete.
2. Enteropatógeno (EPEC): que lesiona las células epiteliales del intestino. Todas las cepas EPEC poseen una proteína (Intimin), que permite su adherencia profunda.
3. Productor de toxina Shiga (STEC): son las cepas productoras de la enfermedad del edema. Producen Stx2e y enterotoxinas.
Muy importante es saber que en un animal podemos encontrar variedades de E. coli. Sin embargo, más importante aún es saber que un cerdo sano o aparentemente sano, puede causar la enfermedad a otros cerdos del mismo corral.
Las madres siempre van a contener E. coli enteropatógena en el intestino, y mucho más cuando se aproximan al parto. La infección de los lechones se inicia por la contaminación proveniente del medio, luego del nacimiento.
En cerdos neonatales la fuente de contaminación son las heces en el corral de maternidad. En los destetados, la contaminación se debe al contacto con animales de otras camadas e inclusive de la misma de la que proviene. Por lo tanto, la higiene es el factor más importante para el control de la enfermedad.
Signos clínicos y lesiones
En la colibacilosis neonatal y post destete es ya muy conocido lo que vamos a encontrar, pues los que estamos relacionados al medio porcino de todas maneras lo hemos visto alguna vez. 
- Diarrea: puede ser severa y tener alguna consistencia o líquida. La severidad generalmente se da por la edad, cepa involucrada y estado inmunitario, y es fatal por la falta de atención. Puede haber muerte súbita inclusive sin que se vea diarrea.
- Deshidratación: las costillas y columna pueden llegar a marcarse notoriamente. La piel pierde flexibilidad, los ojos se hunden y el pelo es áspero.
- Color de las heces: varían desde amarillento claro hasta blancuzco en la colibacilosis neonatal y diferentes tonos de marrón en el post destete.
- No se detecta sangre en las heces.
- Normalmente no existen vómitos.
Al hacer la necropsia se puede apreciar dilatación del estómago, muchas veces con la leche sin digerir en los neonatos. También dilatación del intestino delgado con ligera congestión. Sólo en casos de infección por ETEC puede verse shock con clara congestión de las paredes del estómago e intestino.
En la colibacilosis de cerdos en crecimiento, es decir en la enfermedad del edema, la diarrea no es signo constante, pero los signos respiratorios son evidentes. Los animales afectados se observan deprimidos, con párpados hinchados, lo que les da una apariencia de adormecidos. Los cerdos dejan de comer y caen con signos nerviosos.
El daño cerebral es irreversible y la mayoría de cerdos que lo presentan mueren. Los que no mueran, van a recuperarse en 2 o 3 semanas, pues los tratamientos van a eliminar las bacterias pero las toxinas siguen haciendo su efecto nocivo.
En la necropsia, en esta clase de colibacilosis se va a encontrar un edema de la curvatura mayor del estómago e intestinos.
Control y prevención
En toda granja hay una serie de manejos y actividades que normalmente deben seguirse en forma eficiente, no sólo para controlar y prevenir la colibacilosis, sino también otras enfermedades entéricas y respiratorias.
Muchas veces pasamos por alto estos procesos, porque suponemos que los trabajadores lo están haciendo. Sin embargo, en la mayoría de los casos los trabajadores no están bien capacitados, los recursos son insuficientes para el número de animales o simplemente no tenemos un proceso bien determinado.
Sería extenso hablar de todas las actividades a seguir en este tema, pero se podría implantar o evaluar que se esté cumpliendo lo siguiente:
1)Antes del destete:
- Determinar la salud de las madres en lactación. Tener un programa estricto de medicación donde se utilice un antibiótico que baje la carga de E. coli.
- Verificar los partos para que la primera lactancia sea rápida. El calostro como fuente de inmunoglobulinas A es determinante para evitar la colonización de esta bacteria.
- Evitar cualquier factor externo que estrese a la madre.
- Considerar la vacunación contra E. coli sobretodo en primerizas. Está demostrado que la mejor opción son las autovacunas y siempre con renovación de las cepas de campo.
- Evitar humedad en las instalaciones o acumulación de heces.
- Considerar si es necesario usar el iniciador antes del destete, pues esto favorece la colonización del microorganismo.
- No tener programas de antibióticos “preventivos” contra E. coli.
2)Primeros días del destete:
- Manejar los lechones evitando el mayor estrés posible.
- Tener bien claro los tamaños de los grupos (cantidad del grupo) y la densidad (cantidad por área del corral).
- Regular la temperatura y fluctuaciones en el corral.
- Mantener la jaula higiénicamente apta (lavado y desinfectado).
- Buena disponibilidad de agua fresca.
- Buena nutrición (calidad), ya sea en harina o pellet, seco o húmedo. Buen reparto del mismo en el transcurso del día para que no les falte ni les sobre demasiado.
3)Semanas post destete:
- Evitar corrientes de aire. Buen manejo de cortinas y puertas de ingreso.
- Manejar las fluctuaciones de temperatura. Es muy útil contar en cada nave con un termómetro ambiental que marque temperaturas máximas y mínimas para hacer correcciones si es necesario.
- Buena ventilación y humedad, así como manejo de excretas a pesar de que cuente con pisos de slats o varillas de fierro.
- Identificar y tratar rápidamente a los animales afectados.
- Eliminar animales muy pequeños y con diarrea constante pues son una fuente de infección en el corral.
- Verificar tasa y uniformidad de crecimiento (edad y peso al destete comparando con la bajada).
- Implantar sistema todo dentro – todo fuera.
Tratamiento
El tratamiento en esta enfermedad es complejo, más aún cuando este microorganismo está asociado con otro, o cuando la deshidratación es severa y rápida.
Siempre es importante conocer la historia de la granja, es decir, que enfermedades son las más frecuentes que tuvieron en esas fases de producción y qué antibióticos han usado. Lo que siempre menciono no sólo en la terapia para esta enfermedad, es que nunca hay una receta que se puede dar como volante a todas las granjas y debemos ser muy responsables en ese sentido.
Los lechones, es decir los cerdos antes del destete, deben ser tratados con antibióticos en forma individual, pero siempre usando además una terapia de soporte, hidratando al animal con suero y electrolitos por vía oral lo que dure el proceso diarreico.
En los gorrinos, es decir los cerdos post destete, la medicación puede realizarse individualmente con inyectables si el número de animales es reducido, o porque se quiere hacer una acción sinérgica con otro antibiótico por otra vía de administración. Lo mejor en estos casos es administrar los antibióticos vía agua o en el alimento balanceado. La terapia de hidratación electrolítica puede ofrecerse en un bebedero, adicionando un acidificante que siempre es interesante evaluar su uso.
En el caso de la enfermedad del edema, la respuesta al tratamiento es mala y se tiene que asumir que la respuesta inmune del animal nos ayude en el control. El uso del flunixin va a ayudar a disminuir los efectos de las toxinas y el diurético elimina gran parte los fluidos en las edematizaciones.
Personalmente, la practicidad y rapidez de respuesta ante la colibacilosis es lo que nos llevará a una respuesta eficaz. Es por eso, si bien el aislamiento del microorganismo y el antibiograma ayuda en la elección del antibiótico, toma mucho tiempo y la mortalidad nos gana la batalla.
Bibliografía
- Kohler, E.; Moon, H. “Enteric colibacilosis of newborn pigs”. Pork Industry Handbook.
- Muirhead, R.; Alexander, M. (2001) “Manejo y Tratamiento de las Enfermedades del Cerdo. Referencias para la Granja” Primera Edición. Editorial Inter- Médica.
- Tzipori, S. (1985) “The Relative Importance of Enteric Pathogens affecting Neonates of Domestic Animals”. Adv. In Vet. Sci. and Comp. Med.
- Wilson, M. (1981) “Enteric colibacilosis”. Diseases of Swine. %th edition: Editado by Leman.
- WordPress.com. (2001) “Colibacilosis porcina neonatal”

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