La erupción del volcán Puyehue y las cenizas que éste dejó en la región, terminó de colapsar la situación de la ganadería ovina, que se encuentra en crisis desde hace cuatro años debido a la extensa sequía que viene sufriendo. Además, los vaivenes de los precios de la lana y el continuo aumento de costo que hacen que la producción sea inviable principalmente para los pequeños y medianos productores.
La familia rural es la más afectada por esta erupción, dado que la ceniza cubrió la meseta donde pastorean sus ovinos, cubriendo los pocos pastizales que dejó la sequía y causando problemas de salud a los animales, los cuales mastican el polvo volcánico. Este también se incrustó en su lana, haciéndola más pesada y afectando la calidad de su textura. Al no contarse con reservas forrajeras o posibilidades de llevar sus ovejas a otros campos y al “recibir” una ayuda insignificante del Gobierno nacional y provincial por esta problemática las condiciones se vuelven más críticas día a día.
Esta situación se hace extrema, dado que en la Patagonia no hay posibilidades de reconvertir estos establecimientos y volcarse a producciones alternativas, y donde el valor de la mano de obra es un 20% superior a otras zonas productoras del país, cuyo costo representa más del 50% de los costos de producción.
La gran relevancia, geopolítica, social, ocupacional y económica que tiene esta actividad principalmente en la Patagonia, que ocupa un tercio del territorio nacional, ya que permite el arraigo de trabajadores y sus familias, para impulsar el crecimiento y desarrollo de esta región.
Por ello consideramos de suma importancia que el Gobierno Nacional, y mas específicamente la presidente de la Nación nos escuche y que se genere un verdadero compromiso de las autoridades con esta gravísima situación en la cual se contemple una política de Estado para esta actividad, donde se combinen medidas de corto plazo para enfrentar la difícil situación de los pequeños y medianos productores, sus familias y su personal con medidas de largo plazo donde:
1) El productor cuente con reservas alimenticias para poder hacer frente a una situación de sequía y extrema como la resultante por la erupción del volcán Puyehue, y que además se promuevan programas de suplementación estratégicas y se fomente la implementación de pasturas.
2) Se trabaje en conjunto con el RENATRE para poner en marcha los convenios de corresponsabilidad gremial.
3) Se eliminen los derechos de exportación a la lana y a la carne ovina, que en la actualidad se encuentran en niveles de entre el 5 y el 10% en el primer caso y en el 5% en el segundo caso.
Sra. Presidenta de la Nación no le de la espalda a la Patagonia que fue su arraigo por varios años y por la cual usted sostuvo que “la Patagonia también existe”, porque donde se pierde una oveja, se pierde un ovejero y su familia, impulsando el abandono de los campos y por ende el desarraigo.
Existen en el mundo oportunidades para la producción de lanas y de carne ovina, pero la actividad necesita ser escuchada por su gran relevancia, social, ocupacional y económica y que solo podrá ser sustentable en el tiempo si está acompañada de una Política de Estado que fomente el arraigo, para brindar sustentabilidad al desarrollo, crecimiento de la producción y del trabajo, y en definitiva para otorgar un mayor bienestar a toda la población rural de esta región.
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