La Comisión Nacional de Trabajo Agrario dictó la resolución 11/2011 la cual obliga a los empleadores a cumplir con determinadas condiciones de trabajo para los trabajadores temporarios.
Resulta ponderable la búsqueda de mejores condiciones de trabajo para el trabajador rural no permanente, y en ese tema hemos realizado aportes y sugerencias, para colaborar en la búsqueda de una norma superadora, realista y factible.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas lamentamos que el dialogo haya sido reemplazado por la fuerza de las decisiones unilaterales y que, en consecuencia, se haya dictado una norma cuyo contenido, presenta exigencias de difícil cumplimiento, que evaden la realidad productiva, social y económica del país.
Creemos que es una aspiración general encontrar en todos los casos normas superadoras, pero también se trata que dichas normas tengan un correlato con las posibilidades concretas de cumplimiento. Sino resultan un mero discurso y lo que es peor, se complica al sector con normas imposibles de llevar a cabo.
Muchas economías agropecuarias quisieran tener señales telefónicas, tendido de electrificación o simplemente buenos caminos de acceso. Lamentablemente esto no ocurre. Sin embargo se exige al sector lo que el estado mismo no ha hecho, no ha cumplido o no ha querido realizar.
En oportunidad de tratarse el proyecto que finalmente fuera receptado en la resolución, pedimos, un tiempo prudencial y la incorporación de la problemática regional, conforme pautas culturales, usos y costumbres, factibilidades climáticas, etc. Sin embargo una urgencia en avanzar – rápido y mal – anteponiendo la repercusión mediática por sobre la solución de los problemas sociales, nos negó la posibilidad de establecer una reglamentación, justa, realista y útil.
No es sorpresa que en los últimos tiempos, las convocatorias a Confederaciones Rurales Argentinas, sean meramente formales para convalidar decisiones unilaterales tomadas con anterioridad. Lamentamos dicho proceder, que priva a los productores de un marco de convivencia y racionalidad, dentro de la búsqueda del consenso necesario para toda actividad económica.
La Resolución 11/2011 tiene en su concepción la matriz de lo impuesto a la fuerza, su cumplimiento será sin duda el reflejo de aquella improvisación. Es una lástima terminar mal una idea coherente y necesaria.
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