martes, 7 de septiembre de 2010

“Cuando se comienzan a dramatizar los conflictos nadie gana y todos perdemos”








Así lo indicó el ex presidente de Uruguay Tabaré Vázquez; “Hay que tener la valentía de asumir que los demás pueden tener razón y a veces más razón que la nuestra”, remarcó

“Las naciones son un territorio, un himno y una bandera, pero son mucho más que eso; tampoco son sólo su pasado y éste, aún siendo tan importante, a su vez no puede limitarse a un calendario evocativo de héroes y batallas”.
Así lo indicó el ex presidente de Uruguay Tabaré Vázquez durante una conferencia ofrecida en el XIX Congreso Nacional CREA 2010 que se está llevando a cabo en la ciudad de Córdoba.
“La historia, que a menudo se escribe con sangre ajena, la hacen los pueblos más allá de adversidades y diferencias; la hacen porque creen que es posible construir y compartir un futuro mejor; claro que es posible. Esa creencia en un futuro mejor, dije mejor, no perfecto, esa voluntad para intentar construirlo entre todos y para todos, eso también es construir Nación”, añadió.
“Ejemplos sobran en la historia de países, algunos de ellos muy poderosos, que desaparecieron por haber perdido confianza en su propio futuro; un ejemplo paradigmático es la Unión Soviética, que sucumbió, entre otras razones, por no haber podido sabido o querido armonizar la amplia gama de nacionalidades que la integraban. En cambio, algunas naciones, con territorios muy pequeños y con escasos recursos, confiadas en sí mismas lograron superar las adversidades; un ejemplo de ello es Vietnam”, apuntó el orador.

“De nada sirve negar la realidad o pelearse con ella; cuando corresponde hay que trabajar para mejorarla y en lo posible sin griterío. Por un instante pensemos, aunque nos resulte doloroso, en nuestra región hace 20 o 30 años atrás y comparemos eso con el presente: creo que hemos avanzando en libertad y democracia. Esta libertad y democracia, que hoy nos parecen tan habituales y que tanto debemos cuidar, no es sólo un tema político; esa libertad y democracia no existían hace 30 años; vaya si lo sabremos los argentinos y uruguayos”, señaló.
“Más allá de las crisis financieras u otras turbulencias globales, en los últimos años nuestra región también ha avanzado en materia de crecimiento económico y reducción de la pobreza; esos avances no fueron casuales; son producto de dos elementos fundamentales: el rescate de la democracia y de la política”, remarcó Tabaré Vázquez.
“Sigue habiendo muchos pobres, sin duda, demasiados, y nos duele en el alma; que habría que avanzar más, claro que sí, pero si alguno de ustedes tiene la fórmula para superar esa situación de manera instantánea, qué esperan para darla a conocer. Tenemos mucho para avanzar en términos de igualdad, porque la nuestra no es la región más pobre del mundo, pero es la más desigual: diez de los quince países más desiguales del mundo son latinoamericanos; no podemos sentirnos orgullosos de eso”, dijo el ex presidente de Uruguay.

“Necesitamos políticas públicas, que son públicas y políticas; públicas por su objetivo, la población como un conjunto diverso; pública en cuanto a la participación de todos, cada cual desde su identidad y en la medida de sus posibilidades y responsabilidades; públicas en el sentido que trasciendan un período de gobierno. Políticas también. La política con mayúscula es un mecanismo imperfecto, pero hasta ahora es el mejor que se conoce para articular la suma de intereses, esperanzas y compromisos que es la sociedad”, comentó.

“A la gobernabilidad más que decretarla hay que construirla entre todos y todos los días, sin retórica ni oropel, sino con convicción; implica una institucionalidad firme, clara, transparente, estable, que posibilite Estados más democráticos y gobiernos más eficientes. Los políticos sólo somos instrumentos: el objetivo final es trabajar para darle más dignidad a la gente. La gobernabilidad también requiere no sólo mayorías políticas y sociales: requiere ciudadanía; de lo contrario la institucionalidad es como una casa confortable pero vacía”, indicó.

“Construir mayorías no es sencillo, pero así es la democracia: requiere en primer lugar respeto por el otro, tolerancia, escuchar, oír, participar, pero requiere también gradualismo: nada se logra de la noche a la mañana, no creo en milagros; hay que poner gradualismo y mucho trabajo, hay que lograr consensos básicos en la sociedad. Los gobiernos pasan; el pueblo queda”, apuntó.

“Muchas cosas han pasado desde mi juventud, pero mis señas de identidad siguen siendo las mismas: aprendí que la sociedad no es una tabla rasa, sino un entretejido de esperanza, compromisos e intereses muy complejos y dinámicos. No hay que caer en el radicalismo imposibilista; tampoco hay que dramatizar los conflictos; la democracia y la política no son en blanco y negro, son el mundo de lo relativo, por eso exige y debemos rendirnos a eso, exige tolerancia, reconocimiento, mucho diálogo y acuerdos que se hagan para cumplirse”, dijo el ex presidente del país oriental.

“Cuando se comienzan a dramatizar los conflictos nadie gana y todos perdemos; aprendimos también que no basta con tolerar al otro como el que le da la razón a los locos; hay que tener la valentía de asumir que los demás pueden tener razón y a veces más razón que la nuestra”, resaltó.

“He aprendido, y no me da tembladera decirlo, que las construcción de una Nación no es cuestión de galeras o botas, sino de gente y ciudadanía, democracia, y respeto entre nosotros. Aquí entre ustedes hay ciencia, pero también conciencia y eso es maravilloso”, finalizó.

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