Hoy comienza una etapa clave para el gobierno de Mauricio Macri y para el futuro próximo de todos los argentinos. El arranque de agosto es casi una excusa estadística pero lo que realmente importa es determinar si la recesión está cediendo o si se va a profundizar. Una serie de economistas de diferentes pensamientos consultados […]
Hoy comienza una etapa clave para el gobierno de Mauricio Macri y para el futuro próximo de todos los argentinos. El arranque de agosto es casi una excusa estadística pero lo que realmente importa es determinar si la recesión está cediendo o si se va a profundizar. Una serie de economistas de diferentes pensamientos consultados por El Cronista estiman que lo peor de la caída económica sucedió en mayo y en junio, y que los índices de crecimiento a partir de julio deberían mostrar un repunte.
A esta altura, ya está claro que de haber una mejora económica en estos meses se producirá en forma más lenta de lo que habían pronosticado los principales funcionarios del Gobierno. Por eso, es imprescindible acelerar la puesta en marcha de la obra pública, dinamizar mucho más la actividad agroindustrial y la de las economías regionales, y lograr que el blanqueo de capitales en negro pueda financiar el despegue productivo que todavía demora demasiado en llegar a la economía real.
Hay quienes hablan de una U, de una V o de una L para graficar si lo que viene es una línea ascendente después de tocar el fondo o si vamos a prolongar simplemente esta economía mediocre de la actualidad. Lo importante es que el Presidente y todos sus colaboradores entiendan que el esfuerzo debe estar concentrado en estos objetivos. La frivolidad es un lujo que el Gobierno no se puede dar en este tiempo donde la sociedad carga sobre sus espaldas la ineficacia, los desatinos y los episodios continuados de deshonestidad cometidos en el pasado reciente.
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