Así lo indica un estudio de Fundación Ideal. Para el caso de la ciruela desecada, el ajo y la manzana, los promedios son superiores.
La brecha entre lo que percibe el productor y lo que paga el consumidor en una góndola se profundiza. Así lo indica un informe de Fundación Ideal, en donde se destaca que lo que desembolsa el consumidor final es 8,5 veces más caro de lo que recibe el productor en el campo. Así las cosas, los productores tienen la menor participación en la cadena de valor de los últimos 20 años.
“El dato promedio esconde asimetrías que varían según el producto considerado ya que, en algunos productos, la brecha es muy superior. En el caso de la ciruela desecada, el precio minorista es 21,4 veces más alto que el precio pagado al productor. Le siguen el ajo y la manzana para consumo en fresco, por los cuales el consumidor final paga 12,8 y 8,9 veces más de lo que recibe el productor. El resto de los productos considerados exhibe brechas menores al promedio: en el vino genérico la diferencia es de 7,3 veces; en el durazno enlatado, 6,8 veces; en el vino malbec 6,4 veces (promedio); en la pera en fresco 5,8; en el durazno en fresco, 3,7 y en la ciruela en fresco 3,3 veces”, destaca el reporte.
Productores preocupados
El reclamo sobre la diferencia entre lo que se paga por la fruta o la verdura a campo y lo que se le termina cobrando al consumidor, no es nuevo. De hecho, varias administraciones nacionales y provinciales han tomado el tema como bandera pero sin ningún tipo de resultado. De hecho, el problema se acentuó.
El reclamo sobre la diferencia entre lo que se paga por la fruta o la verdura a campo y lo que se le termina cobrando al consumidor, no es nuevo. De hecho, varias administraciones nacionales y provinciales han tomado el tema como bandera pero sin ningún tipo de resultado. De hecho, el problema se acentuó.
En este sentido, Carlos Quinteros, de la Asociación de Productores de Durazno de Mendoza, indicó: “Es un tema muy discutido en la industria. Un kilo de durazno para industria este año se pagó $ 3,30 y al consumidor llega a unos $ 28 pesos la lata. No es una diferencia tan grande si uno tiene en cuenta los costos que lleva elaborar y transportar una lata de duraznos”.
Agregó: “No obstante, si analizamos lo que sucede con el durazno en fresco la situación cambia diametralmente. El producto pasa por un empaque, tiene frío, luego a los mercados mayoristas y de ahí a la verdulerías y supermercados. En este último eslabón se quedan con un margen importante”.
Por su parte, Raúl Aruani, de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas (Aspeff) indicó que “no es algo nuevo. Desde hace un tiempo la brecha se ha vuelto inexplicable. Aunque depende de los mercados, hay productos que llegan con valores que superan 10 veces lo que se ha pagado al productor”.
Aruani apunta directamente a los supermercados e hipermercados quienes pagan poco, pero los productos los venden a precios irracionales en sus superficies.
“Los súper compran directamente a pie de finca o a los empacadores. No compran en los mercados concentradores. Compran muy barato, lo venden caro y para colmo pagan al productor en los plazos que quieren: 60 ó 90 días. Además, si la mercadería se malogra en la góndola, te piden que la repongas sin cargo. Es un negocio redondo para ellos”, indicó el gerente de Aspeff, Aruani.
Según destacan desde Fundación Ideal, la brecha promedio entre el precio final y el precio pagado al productor de esta temporada es apenas un 1% superior con respecto a la brecha de la temporada 2014/2015 (8,4 veces). Es decir, el incremento porcentual en los precios minoristas ha sido similar al incremento porcentual de los precios que recibieron los productores.
Aruani aseguró que han realizado reclamos sobre esta situación ante diferentes oficinas del Estado nacional y provincial pero no han recibido respuesta.
“Hemos alertado a las autoridades sobre lo que sucede. Las diferencias de precios que se producen son grandes. La cadena de intermediación es muy larga y en las áreas de gobierno donde hemos denunciado esto abusos nos dicen que no tienen herramientas legales para actuar en consecuencia”.
El reporte de Ideal sostiene que la aceleración inflacionaria de los últimos años, sumado a la pérdida de competitividad del sector productivo, influyó para que la brecha alcanzara un nivel récord en 2015, y el productor se situara con la menor participación de los últimos 20 años en la cadena de valor”.
Desde los mercados concentradores también se defienden y aseguran que quienes se llevan la mayor parte de la torta no son ellos sino las verdulerías y los supermercados.
“Acá hay que tener en cuenta que nosotros no remarcamos con el 100%. Remarcamos con el 20% o el 30%. De hecho, el negocio en el mercado concentrador cada vez tiene menos rentabilidad. Lo que pasa es que son los supermercados los que fijan los precios. Por lo tanto, la verdulería con tenerlo 15% o 20% más bajo que el súper los venden” dijo, a Los Andes, Juan Perlo, presidente de la Federación Nacional de Operadores de Mercados Frutihortícolas de la República Argentina.
Perlo agregó que “para combatir esto y acercar los precios de los mercados centrales a los consumidores, en todos los mercados están trabajando para habilitar una feria minorista una vez a la semana. Además buscaremos habilitar en las plazas departamentales puestos de venta de verduras y frutas. No es la idea fundir a las verdulerías, sino simplemente mostrarles que deben bajar los precios, porque así no se puede seguir”.-
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