El pasado martes 18 de mayo, se presentó el informe sobre los resultados y pruebas que se experimentaron durante más de 30 años por la “National Academy of Sciences, Engineering and Medicine” (Academia Nacional de las Ciencias, Ingeniería y Medicina), institución privada que, desde el año 1863 (cuando el Presidente Lincoln firmó la creación de […]
El pasado martes 18 de mayo, se presentó el informe sobre los resultados y pruebas que se experimentaron durante más de 30 años por la “National Academy of Sciences, Engineering and Medicine” (Academia Nacional de las Ciencias, Ingeniería y Medicina), institución privada que, desde el año 1863 (cuando el Presidente Lincoln firmó la creación de la división de Ciencias) se dedica a asesorar a los EEUU en temas relacionados con la ciencia y la tecnología. Dentro de esta institución, se introdujeron: en el año 1964 la National Academy of Engineering (especializada en temas de ingeniería) y, por último, la “National Academy of Medicine” en el año 1970, especializada en temas de Medicina y Salud. Los miembros que componen el equipo multidisciplinar de la Academia son escogidos por sus méritos y relevancia en los diferentes campos en los que trabajan.
El comité de la Academia recibió el encargo de examinar cualquier prueba o evidencia de potenciales efectos negativos y beneficios de los organismos genéticamente modificados comercializados en la actualidad.
Tras analizar más de 900 documentos y estudios científicos, y ser supervisado por un panel de expertos independientes, el resultado final afirma que no hay prueba alguna de que un producto transgénico pueda dañar la salud humana. En realidad, sí hay potenciales beneficios puesto que se usan menos pesticidas en los campos donde se cultivan OMG (Organismos Modificados Genéticamente) y, por consiguiente, se reducen las intoxicaciones provocados por estos. Tampoco hay efectos negativos en el medio ambiente ni en la biodiversidad. Pero si se enumeran ciertos supuestos que pueden resultar negativos en la agricultura, ya que algunos insectos están desarrollando inmunología a los pesticidas usados en estos campos. Esto también ocurre en el caso del herbicida más utilizado en estos cultivos, el glifosato, y del que algunas malas hierbas, igualmente, están desarrollando resistencia.
Asimismo, tampoco confirma este estudio que el cultivo de transgénicos sea especialmente beneficioso para el agricultor, ya que se concluye que no ha habido aumentos en las producciones de maíz, soja y algodón con la llegada de sus versiones transgénicas.
Podéis acceder al informe completo sobre los OMG en el siguiente enlace:
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