Garantiza que toda la carne comercializada de los mataderos regionales cumple requisitos sanitarios.
El Gobierno regional ha garantizado que la carne comercializada por los mataderos de Asturias cumple con todas las exigencias sanitarias exigidas para su consumo y ha señalado que es “radicalmente falso” que se vendan partidas procedentes de animales afectados por tuberculosis. La Consejería de Desarrollo Rural respondió así a las informaciones difundidas tras la reunión entre la diputada Paula Valero y el portavoz de los ganaderos de Colunga, Gaspar Luis Costales, que habían asegurado que este departamento aprobaba la venta de ternera que había dado positivo en tuberculosis. En un comunicado “ante la alarma social que pudiera crearse” el Gobierno señala que los servicios veterinarios oficiales de los mataderos asturianos se ajustan “escrupulosamente” a los procedimientos de inspección establecidos en la normativa nacional y europea y a los protocolos de la Dirección General de Salud Pública.
De esta forma, afirma, se inspeccionan las canales, vísceras y ganglios de todos los animales “y, muy especialmente, de los reaccionantes a la prueba de tuberculina” con lo que carne comercializada por los mataderos de Asturias cumple “con todas las garantías sanitarias exigidas”.
La Consejería recuerda que no hay ‘falsos positivos’ y que se actúa ante el primer caso
La Consejería subraya además que no tiene entre sus competencias liberar al consumo humano la carne de ternera ya que para ello son preceptivas las inspecciones rigurosas que realizan los servicios veterinarios oficiales designados por la Consejería de Sanidad.
Así, incide en que no existen “falsos positivos” ya que el programa nacional establece que un animal es considerado positivo cuando reacciona a la prueba de la tuberculina, al margen de que la res pueda tener o no desarrollada la enfermedad y presentar lesiones.
Estas pruebas se enmarcan en un programa nacional de erradicación de enfermedades en animales que se aplica igual en todas las comunidades autónomas para ofrecer garantías tanto en salud pública como en producción ganadera, añade la Consejería.
En este sentido, recuerda que cuando en una explotación de bovino aparece un positivo a la prueba de tuberculina, el protocolo exige una segunda prueba en cuanto se disponga de los resultados de los análisis realizados en el laboratorio, en un plazo que suele rondar los tres meses.
Si los resultados obtenidos en la segunda prueba son negativos, la explotación puede recuperar su carta verde en ese momento y que la venta de animales a otra explotación únicamente se puede realizar desde explotaciones que cuenten con este documento.
En el caso de que la explotación no tenga categoría T3 (las que en tres años consecutivos no tienen ningún caso de tuberculosis), es preciso realizar una prueba de tuberculina previa a la venta y las que tienen con la calificación suspendida sólo pueden vender reses con destino a matadero y nunca a otra explotación ganadera.
Por último, el departamento de Desarrollo Rural recuerda que en Pola de Siero no hay actualmente matadero y que el último cerró hace más de quince años
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