También quedaron impresionados con el involucramiento de los productores en asuntos sanitarios
La misión sanitaria de Japón regresó a su país muy conforme con lo visto en Uruguay, habiendo recibido una muy buena impresión de cómo funcionan las barreras sanitarias y del involucramiento de los productores en las campañas sanitarias.
Los auditores que finalizaron su tarea el pasado viernes como paso previo a la habilitación de ese país para las carnes uruguayas, consideraron que el sistema uruguayo es confiable, destacó a El Observador el coordinador de la Dirección General de los Servicios Ganaderos, José Gallero.
El sistema que aplica Uruguay para el control de la fiebre aftosa – punto central en el interés de los tres expertos visitantes- fue muy bien visto y por ejemplo en uno de los predios ganaderos visitados mientras se estaba vacunando contra la citada enfermedad, se tomó la lectura de algunos animales que habían sido inoculado y luego en el escritorio del establecimiento se ingresó al portal de Sistema Nacional de Información Ganadera (Snig), donde se vió que los animales estaban correctamente registrados, explicó el funcionario.
También en el Laboratorio de Virología que funciona en la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave), observaron todo lo relativo a los muestreos de cero vigilancia lo que les causó una muy buena impresión. Sobre todo interesó conocer en detalle los controles de frontera en cuanto a cómo se inspecciona la mercadería que ingresa al país y los requisitos que aplica el MGAP para la importación de animales en pie.
En este marco las barreras sanitarias son consideradas como un punto clave por este país de alta exigencia sanitaria. Los técnicos nipones estaban muy preocupados por conocer qué tipo de controles hace Uruguay y que certificaciones se piden para los animales que se importan en pie.
A nivel de frigoríficos les interesó especialmente todo lo referido a la inspección de la vigilancia epidemiológica de enfermedades vesiculares, haciendo énfasis en la fiebre aftosa, quedando muy conformes, aseveró Gallero.
Consultado sobre como vieron el involucramiento de los productores en las campañas sanitarias, destacó que precisamente esa es una de las fortalezas fundamentales de Uruguay. “Cada vez que viene una misión sanitaria, como por ejemplo cuando se hizo la evaluación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y en otras auditorías, sobresale el involucramiento y el conocimiento que tienen los productores ganaderos sobre sus responsabilidad en la vigilancia epidemiológica”.
La información previa que tenía de Uruguay se vio facilitada por toda la información enviada por el MGAP y además porque uno de los auditores estuvo trabajando últimamente en la misión de Japón en Uruguay. El cuestionario que ellos habían enviado con preguntas en cuanto a la estructura de recursos humanos, físicos, financieros y de vigilancia, se había respondido oportunamente y por lo tanto estaba en su conocimiento, dijo Gallero.
Ahora hay tres etapas posteriores a cumplirse en Japón, en primer lugar el informe que deben realizar los auditores, la evaluación que efectuará la comisión de salud animal y luego le comunican el resultado al grupo de análisis de riesgo, el que finalmente le comunica la información a Uruguay. Luego hay otras etapas, una de elaboración de los certificados y finalmente de los protocolos.
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