Recientemente varios medios latinoamericanos han informado sobre la detección del virus de influenza aviar H5N2 en una granja de ponedoras en el estado de Sinaloa (México).
Tras detectar el brote entre el 21 y el 24 d julio, las autoridades mexicanas procedieron a poner la granja afectada, Huevo campeón, en cuarentena y a sacrificar las más de 500.000 aves que allí se alojan. De acuerdo con autoridades, el virus detectado es de baja patogenicidad. Sin embargo, un brote de baja patogenicidad en México no debe tomarse a la ligera.
Desde hace meses, Estados Unidos, ha sufrido los estragos de un brote de influenza aviar H5N2 de alta patogenicidad. Y bien es sabida la gran mutabilidad de los virus de influenza aviar. Solo en este país, el virus ha acabado con unos 48 millones de aves.
H5N2, viejo conocido en México
Por otro lado, el virus de influenza aviar H5N2 es un viejo conocido de las parvadas mexicanas. Solo hay que echar la vista atrás, hasta marzo de 1994, cuando se detectó por primera vez el virus de influenza aviar de baja patogenicidad H5N2.
Solo unos meses más tarde, en diciembre de ese mismo año, se detectaron los brotes del virus H5N2 de alta patogenicidad que condujeron a grandes pérdidas, tanto económicas como de stock. La proximidad de Estados Unidos y la historia pasada de México con este virus son motivos más que suficientes para mantenerse alerta. No debe bajarse la guardia dado que los científicos parecen concluir que la aparición de los brotes en Estados Unidos tiene mucho que ver con las rutas migratorias de aves silvestres y así también podría llegar el virus de alta patogenicidad a México.
¿Y si se diera un nuevo brote de influenza aviar en México?
Apenas México acaba de recuperarse de otro virus de influenza aviar de alta patogenicidad, el virus H7N3, cuya aparición en 2012, provocó grandes pérdidas económicas y de stock reproductor en la industria nacional.
No hay duda de que la mutación del virus de baja patogenicidad a uno de alta patogenicidad podría desencadenar un nuevo desastre para la industria avícola mexicana. Por eso, es muy importante mantener las medidas de bioseguridad en las explotaciones y, ante cualquier aparición de signos clínicos en las aves, reportarlo a las autoridades competentes para tratar de evitar que el virus se propague a otras explotaciones .
Recientemente varios medios latinoamericanos han informado sobre la detección del virus de influenza aviar H5N2 en una granja de ponedoras en el estado de Sinaloa (México).
Tras detectar el brote entre el 21 y el 24 d julio, las autoridades mexicanas procedieron a poner la granja afectada, Huevo campeón, en cuarentena y a sacrificar las más de 500.000 aves que allí se alojan. De acuerdo con autoridades, el virus detectado es de baja patogenicidad. Sin embargo, un brote de baja patogenicidad en México no debe tomarse a la ligera.
Desde hace meses, Estados Unidos, ha sufrido los estragos de un brote de influenza aviar H5N2 de alta patogenicidad. Y bien es sabida la gran mutabilidad de los virus de influenza aviar. Solo en este país, el virus ha acabado con unos 48 millones de aves.
H5N2, viejo conocido en México
Por otro lado, el virus de influenza aviar H5N2 es un viejo conocido de las parvadas mexicanas. Solo hay que echar la vista atrás, hasta marzo de 1994, cuando se detectó por primera vez el virus de influenza aviar de baja patogenicidad H5N2.
Solo unos meses más tarde, en diciembre de ese mismo año, se detectaron los brotes del virus H5N2 de alta patogenicidad que condujeron a grandes pérdidas, tanto económicas como de stock. La proximidad de Estados Unidos y la historia pasada de México con este virus son motivos más que suficientes para mantenerse alerta. No debe bajarse la guardia dado que los científicos parecen concluir que la aparición de los brotes en Estados Unidos tiene mucho que ver con las rutas migratorias de aves silvestres y así también podría llegar el virus de alta patogenicidad a México.
¿Y si se diera un nuevo brote de influenza aviar en México?
Apenas México acaba de recuperarse de otro virus de influenza aviar de alta patogenicidad, el virus H7N3, cuya aparición en 2012, provocó grandes pérdidas económicas y de stock reproductor en la industria nacional.
No hay duda de que la mutación del virus de baja patogenicidad a uno de alta patogenicidad podría desencadenar un nuevo desastre para la industria avícola mexicana. Por eso, es muy importante mantener las medidas de bioseguridad en las explotaciones y, ante cualquier aparición de signos clínicos en las aves, reportarlo a las autoridades competentes para tratar de evitar que el virus se propague a otras explotaciones .
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