Cuesta creerlo, pero los combativos federados, ahora quieren dialogar con el ministro de agricultura, quien sabe más de obediencia partidaria que de consensos con la cadena agropecuaria, y sobre todo con los productores.
Pero no cuesta creer que las tres entidades restantes no concurran a este “diálogo”, ya que para participar, primero hay que reconocer que la política agropecuaria del kirchnerismo, aplicada durante estos años, ha sido exitosa y se está en todo de acuerdo con ella.
Nuevamente cuesta creer que Federación Agraria, cuyos dirigentes amenazaban poco menos que prender fuego a los campos o a volcar los trenes, ahora quieran el diálogo con un representante cabal del intervencionismo de estado siempre cuestionado. Acá creo que vale aclarar que algunas veces se habla de “intervención virtuosa del estado” como si la palabra virtud existiera en el kirchnerisno. Ya no podemos ser tan ingenuos.
¿Se va a dialogar con Domínguez, o sólo se hacen preguntas o planteos para que los responda Moreno, Echegaray o peor aún el ex presidente Kirchner?
¿Podemos concebir un diálogo, delinear una política, sabiendo de antemano que va a estar sujeta al otorgamiento o no de los ROES, de los Pre-Roe o a cualquier otro capricho oficial?
Recuerdo el 25 de Mayo de 2.008 en el maravilloso acto de Rosario, la polvareda que levantó el dicho de Buzzi de que “la Argentina va a salir adelante pese a los Kirchner”. Hoy encerrados por las consecuencias de ese “pese a los Kirchner” debemos centrar nuestros esfuerzos en los legisladores, y no en Ministros que piden permiso a Moreno para hacer lo que hacen.
El campo no puede convalidar este agregado de valor por parte de los amigos del poder; ellos le sacan valor al productor comprando a los precios viles que marca la Secretaría de Comercio, y venden sus productos más caros que en el resto de los países del mundo. Pan de molde, quesos manufacturas cárnicas son más baratas en la Comunidad Europea que en la Argentina kichnerista.
Debemos ser cuidadosos con nuestras acciones políticas si realmente representamos a los productores; pero si nuestra ambición es acceder a la política, todo puede ser, aunque haya que dormir con el enemigo
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