Desde el Instituto Vasco de investigaciones agrarias apuestan por la vacunación del ganado bovino contra la paratuberculosis y aseguran que mejora el estado sanitario del rebaño.
La paratuberculosis, según explican desde el Instituto Vasco de investigaciones agrarias (NEIKER), es una enfermedad de curso lento producida por una micobacteria. “La incidencia va aumentando lentamente, las pérdidas económicas son un lento goteo. Pero llega un momento en que después de tanta lentitud entran las prisas, cuando las pérdidas económicas son ya ostensibles”, señalan.
Además, destacan que la paratuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los rumiantes domésticos, que a nivel lesional se caracteriza por producir una enteritis granulomatosa, y cuyos signos clínicos más evidentes son diarrea, pérdida de producción y de peso, pelo áspero y, en las fases más avanzadas, edema submandibular.
A pesar de los años que se lleva investigando en esta enfermedad todavía quedan muchos aspectos en los que profundizar y, a modo de revisión, en octubre del año pasado se publicó la segunda edición del libro titulado “Paratuberculosis. Organism, Disease, Control, 2nd Edition”.
En la redacción de este libro participaron investigadores de todo el mundo, y se estructuró en 23 capítulos en los que se trataban temas relacionados con el agente etiológico, patogenia, diagnóstico, epidemiología y su posible carácter zoonósico.
Así, al grupo de micobacterias de NEIKER se le asignó el capítulo correspondiente al control mediante vacunación. “Por todos es conocida nuestra apuesta por la vacunación como herramienta de control de esta enfermedad. Es fácil encontrar en la literatura trabajos que avalen esta apuesta en base a los resultados epidemiológicos y económicos observados, principalmente en pequeños rumiantes pero también en ganado bovino”, explican desde el instituto vasco.
Sin embargo, su uso en el ganado bovino sigue estando prohibido o al menos muy restringido en la mayoría de los países. Esta prohibición se suele fundamentar en base a la posible interferencia con el diagnóstico rutinario de la tuberculosis y en el miedo a no poder diferenciar los animales vacunados de paratuberculosis de las infecciones naturales de tuberculosis.
“Indudablemente ambos puntos son preocupantes, pero tal y como hemos podido demostrar, existen alternativas de diagnóstico que nos permiten salvar estas dificultades”, aseguran los investigadores de NEIKER.
En este sentido, han podido observar que la vacuna inactivada frente a paratuberculosis tiene también un efecto no específico sobre el sistema inmunitario de los animales que hace que mejore de forma general el estado sanitario del rebaño y por tanto el número de bajas. Estos resultados han dado lugar a un artículo científico aceptado en Vaccine que será publicado próximamente
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