En apenas un año, los efectos del libre mercado se hicieron sentir positivamente sobre los productores trigueros argentinos. Y los números son elocuentes con precios posteriores a la cosecha que se mantienen firmes ante la firme demanda por el cereal de ese país.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó como en apenas un año se corrigió el desbalance generado no solamente por las retenciones sino por el sistema de cuotas de exportación. En primer lugar, las mejores expectativas junto a un sinceramiento del mercado cambiario impulsaron la siembra de trigo y, con ello, la producción.
Sin restricciones para exportar, la competencia entre los distintos compradores llevó a que los agricultores recibieron el valor ajustado por su producción. La BCR indicó el viernes 27 que mientras en el último año el precio FOB de exportación del trigo cayó US$ 15 por tonelada, el valor recibido por el productor base acopio en los puertos (FAS) subió US$ 30 por tonelada. Es así que la brecha entre el precio FOB y el FAS se redujo en 80% permitiendo al productor “mejorar su participación en la renta agrícola”.
La BCR indicó que en las últimas semanas el diferencial entre los precios FOB y FAS “se ha alineado a los niveles que mantuvo históricamente hasta el año 2006” cuando se produjo el despegue de los precios internacionales junto a las medidas oficiales que restringieron el comercio.
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