El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) anunció un nuevo listado de plaguicidas para combatir la Lobesia botranaen los cultivos de uva de mesa y vino.
De acuerdo a lo informado por el organismo, en el marco de la nueva estrategia desarrollada para enfrentar la polilla del racimo de la vid, se constituyó una Mesa de Trabajo público/privada de manejo de plaga que, entre sus prioridades, evaluó los plaguicidas utilizados con anterioridad y redefinió la nómina.
Los criterios de evaluación consideraron el uso del producto comercial y/o ingrediente activo en distintos países de Europa y/o Estados Unidos, y el juicio de expertos nacionales e internacionales, que consideró, entre otros elementos, la información no confidencial de los ensayos de eficacia a nivel de laboratorio realizados por las empresas.
SAG informó que solicitará a la brevedad una ‘Declaración de Eficacia’ para cada uno de los productos a sus representantes y dueños. Entre la información requerida, deberán indicar si también se recomendarán para uso en arándanos y ciruelos, especies que ingresarán al Control Obligatorio durante la próxima temporada en las Áreas Reglamentadas por vid vigentes a la fecha en las regiones de O´Higgins, Maule y Bio Bio en el caso de arándanos; y Metropolitana, O´Higgins y Maule para ciruelos.
Considerando la necesidad de una mejora continua en los procesos, SAG detalló que “la Mesa de Manejo de la Plaga ha definido que se trabaje en perfeccionar el procedimiento para evaluar los productos para la próxima temporada y generar protocolo(s) estandarizado(s) para la realización de ensayos de eficacia en terreno, a nivel nacional”.
“Todos los documentos serán informados oportunamente y estarán disponibles para las empresas interesadas en someter a evaluación plaguicidas nuevos o que hayan estado considerados en nóminas anteriores”, informó SAG.
Lobesia en La Araucanía
Junto con el nuevo listado de plaguicidas, la directora ejecutiva del Programa Nacional de Control de Lobesia botrana, Grisel Monje, dio a conocer en La Araucanía -IX Región- los dispositivos que se utilizarán para combatir la plaga en la región.
Se trata de 1.800 trampas que se instalarán en los próximos meses en predios de vid, huertos de arándanos y parrones caseros de zonas urbanas. En estos últimos además se utilizarán emisores de confusión sexual, medida que se implementará en 150 hectáreas, considerando 500 confusores por hectárea.
SAG detalló que las trampas tipo delta tienen como fin monitorear la plaga, y los emisores de confusión sexual producen una nube de feromonas para confundir a los machos, evitando que el insecto encuentre a la hembra para la reproducción, disminuyendo así las posibilidades de multiplicación de la plaga. Cabe destacar que ambos dispositivos no provocan problemas a la salud de las personas.
En su visita a la zona, donde vio en terreno las actividades de vigilancia fitosanitaria que ejecuta el Programa Nacional en la región y sostuvo reuniones con personal de plantas exportadoras, productores de arándanos y equipos técnicos de municipalidades, Monjes señaló que las regiones Metropolitana, O´Higgins y el Maule concentran la mayor presencia de brotes de Lobesia botrana, y que en La Araucanía sólo se ha detectado en parrones caseros de zonas urbanas, por lo que es posible erradicarla de la región si existe un trabajo en conjunto entre el sector público-privado y la ciudadanía.
Esta plaga afecta principalmente a las producciones de uva, sin embargo, ha habido algunas detecciones en la zona central en otras especies frutícolas de exportación como los arándanos.
Por ello, la estrategia del Programa Nacional contempla medidas en esta especie y en otros hospederos bibliográficos en las zonas con presencia de la plaga como en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y Aysén donde no se ha encontrado polilla del racimo de la vid.
Dato
La polilla del racimo de la vid o Lobesia botrana (Lepidoptera Tortricidae) fue detectada por primera vez en Chile en 2008 en la zona de Linderos, Región Metropolitana.
Originaria de Europa, ésta plaga ataca a los viñedos, donde su larva provoca un daño directo al alimentarse de los racimos, produciéndose una pudrición y deshidratación de las bayas, situación que hace disminuir los rendimientos y calidad de las uvas de mesa para consumo fresco.
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