En la primera reunión de Comisión Directiva de este año, la Sociedad Rural Argentina decidió cerrar las cuentas que tiene en el Banco Nación.
La medida se tomó como respuesta al bloqueo financiero que el banco impuso a productores de soja. En circulares enviadas a sus clientes el banco informó que sólo podrán solicitar líneas de crédito, hacer uso del descubierto y de la tarjeta Agronación, entre otros servicios, aquellos productores que demuestren no tener existencias de soja.
De esta manera, el Banco Nación incurre en el incumplimiento de su carta orgánica, que en el artículo 3 establece que uno de los fines de la institución es “apoyar la producción agropecuaria, promoviendo su eficiente desenvolvimiento”.
Por eso entendemos que la decisión que la entidad financiera lleva adelante tiene como único fin extorsionar y perjudicar al productor al obligarlo a vender hasta el último grano.
Hoy, la única forma que tiene el campo para defenderse de una inflación cercana al 40% anual es vender escalonadamente la producción, no sólo de soja, sino de cualquier otro producto. De lo contrario, perdería poder adquisitivo y no sería posible hacer frente al pago de sueldos, impuestos, servicios, insumos y todos aquellos gastos que se presentan a lo largo del año.
Por más que desde el campo se haya alertado a las autoridades sobre el error en el que estaban cayendo, el Banco Nación continuó incumpliendo su estatuto.
Es por eso que, frente a la intransigencia, decidimos interrumpir la relación financiera con esta entidad pública que ha decidido abiertamente perjudicar al campo, desconociendo sus responsabilidades y funciones.
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