viernes, 30 de enero de 2015

Ganancias: los que menos ganan ya pagan 217% más


Es porque no se actualizaron las escalas salariales y entonces hay más trabajadores alcanzados por el impuesto. Para los que más ganan, el aumento respecto a 2014 es menor
Los trabajadores que menos ganan alcanzados por el impuesto a las ganancias, y que están casados y con hijos, en proporción, son los más afectados por la falta de actualización de este gravamen y el congelamiento de las escalas sobre las que se aplican sus alícuotas. En proporción, y con el mismo salario real, esos trabajadores pagarán en 2015 un 217,1 % más de lo que pagaron en 2014.


Por ejemplo, un trabajador casado con 2 hijos que en 2014 tuvo un ingreso de bolsillo de $ 16.000 le descontaron por Ganancias $ 7.605. Pero en 2015, con un sueldo 30% superior gana $ 20.800, lo que supone el mismo salario real, se le descontará por el impuesto a las ganancias $ 24.115 para todo el año. Es decir, un 217,1 % más.
Por la estructura del impuesto, el mayor incremento del peso de Ganancias se verifica en los sueldos más bajos alcanzados por el impuesto y entre los trabajadores con cargas de familia.

Para el mismo ejemplo, pero con un ingreso neto de 2014 de $ 20.000, el incremento es del 124,5%. Y para $ 25.000, la suba es del 80,6%.

En todos los casos, hay un enorme incremento en el descuento de Ganancias, más allá de la inflación o de la suba nominal de salarios, pero con mayor incidencia sobre los ingresos más bajos.

Eso pasa por los saltos que se producen en las alícuotas que son más elevados en los primeros tramos y por las escalas sobre las que se aplican esas tasas congeladas desde 2000. Desde entonces, la inflación fue 1060%.


Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) “el incremento de la presión del impuesto a las ganancias se verifica en todos los niveles de ingresos. Pero en una cuantía decreciente, ya que la falta de ajuste de los parámetros de los tramos de escala afecta con mayor impacto a los trabajadores de niveles medios de ingresos que ven como sus ingresos nominales quedan año a año alcanzados por alícuotas mayores, que a los de ingresos altos que ya tenían una parte significativa de sus ingresos alcanzados por la tasa máxima. Esta situación supone un claro deterioro a la progresividad del tributo y una real discriminación en contra de los trabajadores de ingresos medios”. Así, un impuesto por definición progresivo ha pasado a ser regresivo perjudicando a bancarios, operarios de siderurgia o petroleo, choferes o empleados de comercio.

Un aspecto de esa regresividad es que los que superan en muy poco el mínimo no imponible y demás deducciones, no pagan la alícuota más baja –del 9%– sino del 27% o 31% y rápidamente quedan gravados con el tope máximo del 35%, equiparándolos a personas de altísimos ingresos.

Si se hubiesen actualizado tanto las deducciones como las escalas según la inflación, pagarían ganancias los que ganan más de $30.000 de sueldo neto mensual,   arrancando con una tasa del 9%. Y pagarían 35% los que tengan un ingreso superior a $ 130.000 mensuales.

Otra distorsión es la aplicación de mínimos no imponibles diferentes y que el alcance del impuesto no depende de lo que gane el trabajador sino de la situación salarial que tuvo entre enero-agosto de 2013.

Así, un trabajador que entre enero y agosto de 2013 ganaba menos de $15.000 de sueldo bruto no paga Ganancias, aunque gane ahora más de esa cifra, por ejemplo $ 50.000. Y los que ahora ganan menos de $15.000, pagan Ganancias si en 2013 estaban alcanzados por el impuesto -aunque ahora cobren menos de $ 15.000-.

Para los solteros que ganaban en ese período entre $15.000 y 25.000, el mínino no imponible es $9.020 mensuales. Y los que ganaban más de $25.000, el minino no imponible se reduce a $7.517 mensuales.

De esta manera, trabajadores que están ganando el mismo sueldo pueden no pagar o pagar por  el impuesto a las ganancias sumas muy distintas porque no depende de los ingresos de este año sino de la realidad salarial que tuvieron entre enero-agosto de 2013.

En tanto, la renta financiera está exenta, el gasto público está sospechado de sobreprecios y los intereses de la deuda son 4, 5 o 6 veces superiores a los internacionales.

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