Durante gran parte de los últimos seis años, los mercados globales de granos se han tambaleado entre una crisis y otra, manteniendo los inventarios bajos y los precios de los alimentos altos.
Ahora, mientras máquinas segadoras se preparan en Medio Oeste de Estados Unidos para recoger la mayor cosechas de maíz en la historia del país, un cambio parece inminente, uno que podría transformar al mercado.
El constante temor a la escasez ya no impulsará los precios. En su lugar, los operadores lucharán por una participación de mercado en lugar de competir por suministros.
Los expertos advierten, sin embargo, que aún falta camino por recorrer. Se necesita al menos un ciclo global de cultivos adicional para dejar en el pasado los últimos años de incómodos altos precios de los alimentos.
Los inventarios globales, si bien se están recuperando, aún están lejos de cubrir los cerca de 80 días de demanda que mantienen al pánico bajo control.
La principal preocupación es que los cultivos comerciales se aceleren ahora que los precios del maíz y el trigo han caído casi un 50 por ciento. En tanto, los precios aún elevados de productos como fertilizantes, semillas y combustibles podrían diluir el entusiasmo de algunos agricultores para mantener la producción a máxima velocidad.
"Aún no estamos totalmente fuera de peligro", dijo John Baize, presidente de John C. Baize y Asociados, una consultora de política y comercio agrícola internacional.
"Estamos llegando a donde debemos tener grandes cosechas casi todos los años o tenemos problemas porque la demanda está creciendo muy rápido", agregó.
La abundancia vista en Estados Unidos este otoño boreal ocurre luego de enormes cosechas en otras regiones productoras y exportadoras clave del mundo, incluida Sudamérica y el Mar Negro, que se han recuperado de recientes sequías severas que remecieron a los mercados internacionales de granos y fomentaron disturbios en varios países que dependen de las importaciones.
Estados Unidos padeció hace un año su peor sequía desde la década de 1930.
Datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) que deben entregarse más tarde el lunes subrayarían los años de preocupaciones sobre las cosechas globales, mostrando que los inventarios de maíz del país al 1 de septiembre, antes de la actual cosecha en curso, alcanzaron su nivel más bajo en 17 años.
Los inventarios de soja alcanzarían su menor nivel en nueve años.
Para los operadores de granos, los datos del lunes ya son noticias viejas, y su atención estará puesta en las proyecciones del USDA de que la mayor cosecha global de maíz, soja y trigo resultarían en significativos avances en los inventarios de final de temporada el próximo año.
Los inventarios de soja muestran mejores cifras a pesar de una cosecha menor a lo esperado en Estados Unidos, gracias a cultivos récord en Sudamérica. Los inventarios globales a fines del año comercial 2013/14 se proyectan en un suministro de 69 días, considerando el uso interno y las exportaciones, mostraron datos del USDA.
Los inventarios de final de temporada de los últimos cinco años promediaron poco menos de 64 días.
Los inventarios mundiales de maíz disminuirían a un suministro para poco más de 53 días al final de la actual temporada, casi sin cambios frente a su promedio de cinco años, mientras que los de trigo estarían 10 días por debajo al promedio de cinco años, en unos 75 días, mostraron los datos.
A pesar de los avances, los inventarios están aún lejos de lo que serían considerado "cómodo" según criterios históricos, dijo Ashmead Pringle, presidente de Greenhaven Group.
Sólo cuando los inventarios alcancen el equivalente a un 20 a 25 por ciento de la demanda global anual, al menos una reserva de 80 días, los consumidores podrán estar tranquilos.
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