viernes, 28 de septiembre de 2012


Un estricto control impide en Castilla y León que una vaca con EEB pueda pasar al consumo

ESPAÑA :  Un estricto control sanitario impide que en Castilla y León un sólo caso de un animal con encelopatía espongiforme bovina (EEB) pueda pasar a la cadena alimentaria, aunque se puedan registrar casos de animales afectados como los de Asturias, Galicia y Extremadura. Según fuentes del departamento de sanidad animal de la Junta de [...]
ESPAÑA : 
Un estricto control sanitario impide que en Castilla y León un sólo caso de un animal con encelopatía espongiforme bovina (EEB) pueda pasar a la cadena alimentaria, aunque se puedan registrar casos de animales afectados como los de Asturias, Galicia y Extremadura.
Según fuentes del departamento de sanidad animal de la Junta de Castilla y León consultadas por Efe, en Castilla y León este año se ha registrado un caso de EEB, aunque la canal fue analizada en diciembre de 2011, mientras que en Extremadura se registraron el año pasado cuatro casos y en Galicia tres, además de los dos de los que se tiene constancia en Asturias.
De acuerdo con los datos que maneja la Junta de Castilla y León en España se detectaron 34 casos de “vacas locas” en 2010, y 19 en 2011, mientras que en la comunidad autónoma fueron 7 y 3 casos, respectivamente.
Desde que se impuso el protocolo para detectar la enfermedad en España, después que la enfermedad fuera detectada por primera vez en el Reino Unido en la década de 1980, se ha comprobado un descenso paulatino en el número de animales afectados.
La estadística con la que cuenta el departamento de sanidad animal refleja que también se ha detectado casos aislados de encefalopatía espongiforme bovina en países de la UE, como Polonia, Irlanda, Portugal y Francia.
Los responsables del departamento de Sanidad Animal de la Junta de Castilla y León ha advertido que lo importante es detectar los casos y para ello en esta comunidad autónoma se hicieron 105.273 controles de canales de bovino dentro del protocolo dispuesto para detectar la EEB, con el objetivo de evitar que ni una sola res afectada por la enfermedad pase a la cadena alimentaria.
Mediante una “vigilancia activa” de las canales y también de los ejemplares que puedan presentar síntomas compatibles con la enfermedad, así como un seguimiento de los ejemplares bovinos de más de 72 meses.
Entre las medidas que se aplican en Castilla y León y en el resto de comunidades autónomas figura que los cadáveres de bovino no se puedan dejar abandonados y tienen que recibir un tratamiento en plantas específicas.

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