Si el feedlot está sano, engorda mejor
Las enfermedades transmisibles generan la mayor pérdida económica. Las respiratorias, las más peligrosas
La prevención de enfermedades dentro del feedlot es una estrategia clave para la productividad del sistema. “El objetivo es mantener el ganado saludable durante el engorde. Para lograr esto existen realmente sólo 3 estrategias que se pueden adoptar: prevención, tratamiento y control”.
La afirmación pertenece al médico veterinario José Ángel Giraudo, profesor titular de la cátedra de Enfermedades de los rumiantes de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC).
El profesional fue uno de los disertantes en el Simposio de Feedlot , realizado en el marco de las 31ª Jornadas de Actualización en Ciencias Veterinaria 2012, organizadas en Villa Carlos Paz por el Colegio Médico Veterinario de la provincia de Córdoba.
Según Giraudo, las enfermedades transmisibles son las que ocasionan mayores pérdidas económicas bajo la forma de mortalidad, costos de tratamiento o disminución de la productividad.
“El impacto de las enfermedades subclínicas casi siempre es más perjudicial que las pérdidas por mortalidad. El complejo respiratorio es la principal causa de pérdidas económicas en todos los engordes, a esta le siguen las enfermedades que afectan el tracto digestivo por errores alimenticios y las que afectan el sistema nervioso y algunas intoxicaciones”, enumeró el médico veterinario y docente universitario.
Seguimiento. Tasas de mortandad de 0,8 a dos por ciento durante todo el engorde se consideran normales en los engordes argentinos, según comentó el especialista. “En Canadá y Estados Unidos consideran normales tasas de 0,5 a 1,5 por ciento, siendo las enfermedades respiratorias las responsables de más de la mitad de estas muertes. El 60 por ciento de las muertes ocurre los primeros 30 días de ingresados, especialmente durante el período de adaptación”, sostuvo.
Sobre los programas nacionales de control sanitario, Giraudo mencionó el plan de control y erradicación de tuberculosis, recientemente aprobado.
“A través de los frigoríficos se rastreara la presencia de esta enfermedad en los engordes o del establecimiento abastecedor y se tomaran medidas obligando a su control. Debe considerase además, que otras enfermedades como la sarna y la garrapata deben denunciarse”, agregó el profesional.
El docente recordó también que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) aplica un programa que controla la prohibición de utilizar proteínas de origen animal en las raciones y anabólicos.
El bienestar animal es una nueva exigencia que se va incorporando a la producción en los engordes a corral.
“Es un nuevo concepto que sociedades desarrolladas, especialmente los países de Europa, están exigiendo a sus propios productores y a los productores de los países proveedores de carne. Dichas exigencias no son más que aplicar medidas racionales y de sentido común para el manejo de los animales”, indicó Giraudo.
El técnico identificó al barro y el calor como los principales focos de estrés que tienen los animales en engordes y son causas de menor consumo, o patrón de consumo errático.
“Cualquier interrupción en el patrón de consumo puede producir acidosis, tal es el caso en los mayores consumos durante la noche en días muy calurosos y en las variaciones del consumo ante la presencia de tormentas”, observó. Durante el Simposio también se abordaron temas vinculados con manejo sanitario y el diseño de dietas.
Darío Colombatto, docente de la Facultad de Agronomía (Universidad Nacional de Buenos Aires) ilustró a los asistentes al simposio sobre experiencias reales en establecimiento de engorde y la búsqueda de soluciones a sus problemas particulares.
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