La producción mundial de carne de cerdo alcanzó 111.5 millones de toneladas en el 2015, resultado de un proceso de recuperación de la oferta en Estados Unidos. En China se experimentan presiones de rentabilidad y eficiencia que limitan el crecimiento de la producción. Así, se prevé que la producción global de carne de porcino en […]
La producción mundial de carne de cerdo alcanzó 111.5 millones de toneladas en el 2015, resultado de un proceso de recuperación de la oferta en Estados Unidos. En China se experimentan presiones de rentabilidad y eficiencia que limitan el crecimiento de la producción. Así, se prevé que la producción global de carne de porcino en el 2016 se ubique en 112 millones de toneladas con un crecimiento anual de 0.5%
Para el 2016, se pronostica el crecimiento anual en la producción de China (0.2%), Estados Unidos (1.4%), Brasil (1.7 %) y Rusia (5.7%), países que en conjunto aportan el 66% de la producción global de la carne de cerdo.
Para el 2016, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (por su sigla en inglés, USDA) espera que la producción de carne de cerdo en México sea de 1.4 millones de toneladas.
Por otro lado, se estima que el consumo de carne de cerdo en México aumente 3.3% durante el 2016, para ubicarse en 2.2 millones de toneladas de carne en canal.
El aumento en el consumo se explica, en parte, por un alza en el precio de la carne de bovino, así como por una mayor disponibilidad de carne porcina.
De esta manera, se prevé que la diferencia entre el consumo nacional y la producción nacional sea de 81,000 toneladas durante el 2016.
La producción y el consumo de carne de cerdo en México reportan tendencia creciente.
El déficit en la balanza comercial de carne de cerdo se ha ampliado, debido a un crecimiento sostenido de las compras de carne en el mercado exterior, que se realizan principalmente de Estados Unidos y Canadá.
Por su parte, se realizan exportaciones a Japón y Corea del Sur. Lo anterior, debido a la demanda creciente de esos mercados, la potencial apertura de nuevos destinos en Asia, así como a las mejoras en el estatus sanitario de la porcicultura nacional.
Las expectativas de crecimiento en la producción mexicana de carne de cerdo se han visto favorecidas por los accesibles precios de los principales granos y subproductos utilizados en la alimentación animal, así como por la continua incorporación de nuevas líneas genéticas, por el mejoramiento de las técnicas de manejo del ganado en granja y por el incremento en los pesos del ganado al sacrificio, que han permitido obtener mayor producción de carne con menor número de animales sacrificados.
La industria porcícola prevé que se logren incrementos en la productividad. También se vaticina una mayor demanda de este tipo de carne en Japón y Corea, así como la apertura potencial del mercado de China.
En la segunda entrega en este mismo espacio, destacaré la importancia económica de la porcicultura para los estados productores, como Jalisco, Yucatán y Michoacán; también explicaré cómo los productores se han integrado a esquemas de redes de valor para su desarrollo.
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