“Nos hemos dado cuenta de que tenemos que tener una vía de comunicación más clara, más sencilla y directa con los vecinos de Malvinas Argentinas. Somos una empresa de científicos, pero también debemos tener un diálogo más coloquial y más claro”.
El que habla es Adrián Vilaplana, a cargo de la comunicación institucional de Monsanto, quien explicó a La Voz del Interior las nuevas directrices en materia de relacionamiento de la multinacional con la comunidad de Malvinas Argentinas.
Es en esa localidad que la compañía tiene frenada, por la férrea oposición de grupos ambientalistas, la instalación de una planta de procesamiento de semillas de maíz.
“El cambio de estrategia –subrayó Vilaplana– tiene que ver con ponerle rostro a la empresa. No tenemos nada que esconder. Hay una nueva mirada de cómo encarar la comunicación y el diálogo”.
Entre las acciones que ya se llevan adelante y que se acentuarán está la de llevar a vecinos de Malvinas a visitar una planta similar a la que pretende poner en marcha aquí. Se trata de la instalación que la empresa posee desde 1994 en la ciudad bonaerense de Rojas. Según Monsanto, ya son “más de mil” los malvinenses que hicieron un tour allí.
“Estamos trabajando mucho y decididamente con la comunidad. Cuando el vecino va, recorre y se saca las dudas le cambia la opinión”, indicó Vilaplana, quien cuestionó al “activismo más acérrimo” de haber “llenado de miedos y ?de mitos a los vecinos de Malvinas”. “La gente se va a sacar las dudas conociendo cómo trabajamos”, reforzó.
Al mismo tiempo que se reorienta la tarea comunicacional, desde Monsanto aseguran que se “trabaja muy fuerte” en la elaboración del nuevo estudio de impacto ambiental que deberá presentar a la Provincia, después de que a comienzo de este año la administración delasotista le rechazará uno.
“El nuevo estudio tendrá validaciones internacionales, será más sólido desde lo técnico y tendrá en cuenta, además, el apartado de la salud, que es un requerimiento de ?la nueva Ley Ambiente”, indicó el vocero.
Ante versiones periodísticas que mencionaban la posibilidad de una posible mudanza de la planta a San Luis o Buenos Aires, la compañía negó esa posibilidad: “El objetivo es Córdoba. No hay ningún plan para mover el proyecto”.
Hasta el momento, Monsanto dice que invirtió en Malvinas 60 millones de dólares, de los 100 millones previstos para la primera fase. La planta terminada requerirá de 400 millones de dólares.
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