El caso de Eduardo Barrios, productor del Sudeste
En un establecimiento cercano a Mar del Plata se aplica toda la tecnología agrícola disponible. Siembra directa y por ambientes, dosis variables, fertilización y riego llegan a todos los cultivos de la rotación, incluido el girasol que ya alcanza los 4.000 kilos por hectárea y va por más.
Tener un buen campo es un privilegio, manejarlo bien es un mérito. Las 900 hectáreas de Eduardo Barrios y su familia están ubicadas en una de las mejores zonas agrícolas del país, en el partido bonaerense de General Pueyrredón, entre Mar del Plata y Chapadmalal, a unos 3 kilómetros del mar. Un “campazo” dicen los vecinos. Pero lo que sale de la media es el accionar innovador y emprendedor que le pone Barrios, un ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Católica que además tiene dos especializaciones en la UBA, una en siembra directa y otra en fertilidad de suelos.
Mientras que los rindes girasoleros de la zona rondan los 2.600 a 2.800 kilos por hectárea, Barrios ya obtuvo 4.000. Y va por más. En 1998 comenzó con la siembra directa y dos años después completó todas sus rotaciones con ese sistema. En 2004 incursionó en la siembra por ambientes, diferenciando los tratamientos en lomas, medias lomas y bajos. En 2010 empezó a usar dosis variables en todos los cultivos, entre ellos, el girasol.
En un lote de su campo que se encuentra cercano a un arroyo, por lo tanto con aporte de napa, Barrios encontró que los rendimientos del girasol crecían hasta 3.800 a 4.000 kilos por hectárea. Eso lo llevó a analizar la posibilidad de utilizar riego y en 2011 instaló el primer equipo que, en dos círculos, cubre 140 hectáreas. El año pasado siguió incrementando la superficie regada con otro equipo con el que cubre otras 120 hectáreas en tres círculos. Así llegó a regar girasol en la campaña 2013/14.
Esta experiencia llevó a Barrios a concluir que la oleaginosa es el cultivo que presenta el mayor diferencial de rendimiento, con lomas que producen 1.800 kilos por hectárea y bajos que alcanzan los 4.000 kilos. “Aunque en la campaña 2013/14 el girasol estuvo afectado por un ataque de isoca que no pudo ser controlado por la prohibición de realizar fumigaciones aéreas en el partido de General Pueyrredón, en un lote con riego al que se aplicaron 80 milímetros al cultivo -40 antes y 40 después de la floración- los rendimientos estuvieron en el orden de los 3800 a 3900 kilos”, relató Barrios tras destacar luego que en esta última campaña el diferencial de rendimientos entre los lotes de secano y los regados no fue tan alto porque se trató de un ciclo húmedo.
Para este productor del sudeste bonaerense, el girasol es el mejor antecesor de trigo, el cultivo que en esa región define los resultados económicos de la rotación. Como parte de su estrategia, Barrios apunta a las siembras tempranas de trigo para aumentar los días de llenado y, consecuentemente, los rendimientos de ese cereal. “El girasol es propicio para ese manejo, dado que deja un rastrojo “caliente” que es ideal para trigo y colza. En tanto que el maíz tiene el problema que deja muy altos volúmenes de rastrojos que dificultan la siembra de trigo y los lotes con soja recién se pueden sembrar con granos finos cuando las temperaturas ya están muy bajas”, explica el productor al tiempo que considera al girasol como un muy buen antecesor de la colza, cultivo que no es afectado por la utilización de cultivares de girasol CL.
Además de los aspectos agronómicos, los resultados económicos de los distintos cultivos resultan definitorios en la decisión de siembra. Barrios señala que el margen de soja es uno de los peores, mientras que el girasol le ofrece ingresos en marzo que constituyen una ventaja financiera dado que le permiten manejar mejor la comercialización del trigo. También encuentra ventajas frente al maíz, ya que un lote de maíz con riego, con un rendimiento de 12.000 kilos por hectárea que se coseche con un 18% de humedad, tiene un margen similar al de un girasol que rinda 3.800 kilos. Además, el costo del girasol es el 50% del costo del maíz.
Para el futuro, Barrios señala que el desafío es buscar híbridos de girasol que respondan a esas condiciones de alto potencial de rendimiento y seguir investigando en materia de fertilización ya que hasta ahora no han tenido respuesta en aplicaciones superiores a los 100 kilos de urea por hectárea.
Secretos de manejo
Eduardo Barrios considera que los factores clave para el éxito del cultivo de girasol en el sudeste bonaerense son:
• Disminuir las densidades de plantas
• Fertilizaciones adecuadas al rinde esperado
• Momentos de riego complementario
• Utilización de insecticidas lo más residuales posible
• Utilización de materiales CL
Los pasos de las siembras variables
• Un muestreo de suelos sectorizado por ambiente genera 2 recomendaciones de fertilización que se acompañan con 2 densidades de siembra.
• Se realiza la prescripción para la siembra y fertilización variable del cultivo de girasol.
• Después de la cosecha se busca la correlación de lo informado por la cosechadora y los mapas productivos utilizados.
Fuente: ASAGIR.-
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