El derrumbe de precios, el alza de costos y retenciones reduce cada vez más las chances de que la soja salve para la próxima campaña. Piden reducir alta carga impositiva
Los precios de la soja a cosecha deberían ser entre 30% y 70% superiores a los actuales para que plantar la oleaginosa sea rentable en todo el país.
En medio del derrumbe del valor internacional de las materias primas agropecuarias, con la soja valiendo 28% menos que a principios de año (y 40% desde los máximos de fines de abril pasado).
La soja volvió a caer ayer en Chicago, en la racha negativa más larga desde 2008. Ayer terminó en torno a u$s 336 por tonelada, tras haber tocado un nuevo mínimo desde febrero de 2010, el lunes, hasta u$s 372,7. Al cierre de septiembre, el contratos más activo perdió 21% en apenas tres meses y acumula un retroceso de cinco meses, el período bajista más largo desde noviembre de 2008.
En ese contexto adverso, un trabajo firmado por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) dan cuenta de la enorme preocupación de los productores de cara al inminente inicio de la siembra para el próximo ciclo, en un contexto de caída internacional del precio de la soja, la suba de costos de producción en quintales y la elevada presión impositiva sobre el cultivo, en particular las retenciones.
Bajo el título Semáforo rojo para la soja, las tres cámaras indicaron que para los modelos productivos de la campaña 2014/15 sean rentables, el precio a cosecha debería subir 30% por lo menos.
Para las entidades técnicas, la actual situación es una combinación de caída de precios internacionales, aumento de costos de producción en quintales y derechos de exportación, lo que provoca que el cultivo sólo sea rentable en algunos (apenas cinco) departamentos del sur de Santa Fe cercanos a Rosario.
De acuerdo con cálculos desarrollados por CREA, indica el informe, muchos productores, que habían descartado al maíz por su magra o nula rentabilidad y tenían esperanzas en la soja, se encuentras muy preocupados también con esta última alternativa.
Al respecto, ejemplificaron que en Salta, una de las zonas productivas que mayor crecimiento en soja tuvo en los últimos años, haría falta un rinde 70% superior al histórico para cubrir los costos (implantación, protección, cosecha y retribución por el uso de la tierra equivalente a un alquiler de mercado) de la soja 2014/15.
El trabajo, indicó, que esos cálculos no contemplan el impacto de malezas resistentes a distintos principios activos de herbicidas, que aumentan los costos de protección en 32 dólares por hectárea promedio.
Las entidades señalaron que la caída de precios y los altos costos perjudicarán a todos los eslabones de la cadena sojera sino se modifica alguna variable de la ecuación de ingresos y costos que exhibe la oleaginosa en la actualidad.
En ese marco, indicaron que si aumenta 10% el precio percibido por el productor, el resultado económico se tornaría positivo en 3 de las 17 zonas CREA consideradas. Con 20% de incremento, en 9 de las 17 zonas se obtendrían utilidades.
Acsoja, Aapresid y CREA postula ron que los resultados negativos relevados se evitarían si se redujera la elevada presión impositiva sobre el cultivo. Y enfatizaron que en una campaña agrícola condicionada en mayor medida que lo habitual por serias limitantes climáticas y de mercado internacional, esta medida sería particularmente efectiva.
En medio del derrumbe del valor internacional de las materias primas agropecuarias, con la soja valiendo 28% menos que a principios de año (y 40% desde los máximos de fines de abril pasado).
La soja volvió a caer ayer en Chicago, en la racha negativa más larga desde 2008. Ayer terminó en torno a u$s 336 por tonelada, tras haber tocado un nuevo mínimo desde febrero de 2010, el lunes, hasta u$s 372,7. Al cierre de septiembre, el contratos más activo perdió 21% en apenas tres meses y acumula un retroceso de cinco meses, el período bajista más largo desde noviembre de 2008.
En ese contexto adverso, un trabajo firmado por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) dan cuenta de la enorme preocupación de los productores de cara al inminente inicio de la siembra para el próximo ciclo, en un contexto de caída internacional del precio de la soja, la suba de costos de producción en quintales y la elevada presión impositiva sobre el cultivo, en particular las retenciones.
Bajo el título Semáforo rojo para la soja, las tres cámaras indicaron que para los modelos productivos de la campaña 2014/15 sean rentables, el precio a cosecha debería subir 30% por lo menos.
Para las entidades técnicas, la actual situación es una combinación de caída de precios internacionales, aumento de costos de producción en quintales y derechos de exportación, lo que provoca que el cultivo sólo sea rentable en algunos (apenas cinco) departamentos del sur de Santa Fe cercanos a Rosario.
De acuerdo con cálculos desarrollados por CREA, indica el informe, muchos productores, que habían descartado al maíz por su magra o nula rentabilidad y tenían esperanzas en la soja, se encuentras muy preocupados también con esta última alternativa.
Al respecto, ejemplificaron que en Salta, una de las zonas productivas que mayor crecimiento en soja tuvo en los últimos años, haría falta un rinde 70% superior al histórico para cubrir los costos (implantación, protección, cosecha y retribución por el uso de la tierra equivalente a un alquiler de mercado) de la soja 2014/15.
El trabajo, indicó, que esos cálculos no contemplan el impacto de malezas resistentes a distintos principios activos de herbicidas, que aumentan los costos de protección en 32 dólares por hectárea promedio.
Las entidades señalaron que la caída de precios y los altos costos perjudicarán a todos los eslabones de la cadena sojera sino se modifica alguna variable de la ecuación de ingresos y costos que exhibe la oleaginosa en la actualidad.
En ese marco, indicaron que si aumenta 10% el precio percibido por el productor, el resultado económico se tornaría positivo en 3 de las 17 zonas CREA consideradas. Con 20% de incremento, en 9 de las 17 zonas se obtendrían utilidades.
Acsoja, Aapresid y CREA postula ron que los resultados negativos relevados se evitarían si se redujera la elevada presión impositiva sobre el cultivo. Y enfatizaron que en una campaña agrícola condicionada en mayor medida que lo habitual por serias limitantes climáticas y de mercado internacional, esta medida sería particularmente efectiva.
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