miércoles, 29 de octubre de 2014

EUROPA: El PRRS cuesta entre 3 y 360 euros por cerda al año


La plataforma ConPRRS organiza una jornada formativa sobre el PRRS en Zaragoza
La sesión contó con una serie de presentaciones en las que se ofreció formación y actualización en diversos aspectos relacionados con el PRRS, como la bioseguridad y los puntos críticos, los riesgos, protocolos de muestreo y diagnóstico o epidemiología, entre otros.
La plataforma ConPRRS, compuesta por integrantes del CReSA y las universidades de Barcelona, Lérida y Madrid, ha celebrado una jornada formativa sobre el control e impacto del PRRS el pasado 23 de octubre en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Los expertos que forman ConPRRS son un grupo científico-técnico independiente con contrastada experiencia en esta enfermedad.
Enric Mateu se encargó de presentar la plataforma y a los ponentes. En su intervención destacó que el control del PRRS es un reto a escala nacional en España y que hay múltiples puntos a tener en cuenta, como por ejemplo el coste de la enfermedad que en Europa varía de 3 a 360 €/cerda dependiendo de muchos factores (productividad de la granja, registros, márgenes de beneficio, etc.). Uno de los puntos principales es la necesidad de un plan de control que cuente con la colaboración de todos los implicados y la regionalización o zonalización de la enfermedad. Existen experiencias llevadas a cabo en EE. UU., Holanda o Dinamarca, por lo que sería cuestión de “copiar lo bueno”, ya que no hay que olvidar que las enfermedades son barreras arancelarias y pueden suponer importantes pérdidas económicas y productivas.


Situación actual
A continuación intervino Iván Díaz, que presentó los cuatro pilares del control del PRRS. Díaz destacó que lo principal es conocer la situación actual de nuestras explotaciones, realizando un árbol de decisiones en función de si el brote es activo o no. Es primordial la capacidad de reacción y los protocolos, así como tener un registro adecuado de los parámetros reproductivos. Por ejemplo, ante un brote clínico en maternidad lo primero que habría que hacer es estabilizar a las reproductoras basándonos en el manejo (sistema McREBEL); además, es imprescindible la monitorización, observar dónde está el problema, frente a dónde ha surgido, detectar los puntos calientes y preverlos.
Otro pilar fundamental es la bioseguridad tanto externa (impedir la entrada de una cepa nueva) como interna (impedir que se disemine) en la que el manejo juega un papel primordial.
Por otro lado nos encontramos con la inmunidad de la explotación, Díaz destacó la importancia de un buen protocolo de inmunización de reposición y cerdas: el objetivo es obtener lechones no virémicos. Lo ideal sería comprobar in situ el protocolo y todo el proceso de vacunación.
Como conclusión destacó la importancia de una evaluación real de donde estamos, marcar objetivos, determinar medidas específicas, ser estricto en la aplicación de medidas, así como la flexibilidad y evaluación objetiva de la implementación de las medidas.


Ser o no ser
Qué es y qué no es PRRS, con este título Cinta Prieto dio inicio a su presentación enfocada desde el punto de vista de la granja. Lo primero que se observa es un fallo en la reproducción (abortos, fetos momificados, lechones nacidos débiles, etc.) que depende de la fase reproductiva de la hembra. Los fetos al final de la gestación son más susceptibles que los embriones tempranos debido al cambio de las expresiones de los receptores del virus en los tejidos embrionarios y fetales. Además, durante el primer y segundo tercio de gestación los signos son poco claros y pueden confundirse con otros procesos, alguna repetición acíclica o algún aborto temprano.
En una forma endémica la situación cambia, según la inmunidad previa y la virulencia de la cepa que circula. Lo que observaremos son abortos de forma esporádica y un aumento moderado en la tasa de momificados pero que no llaman la atención, no se suelen detectar. Por otro lado los lechones no viables son los que mantienen una circulación temprana del virus, que dará problemas en las transiciones. Este será el signo más evidente de que el virus sigue circulando y es aquí donde nos tenemos que fijar. Entre las muestras para enviar al laboratorio, Prieto destacó que el suero de lechones nacidos débiles recogido el día del nacimiento es una muestra muy adecuada. Se asume que son animales afectados en útero y, por lo tanto, la probabilidad de encontrar lechones virémicos es alta. Para determinar la dinámica de la infección en los animales en crecimiento se pueden hacer antígenoperfiles o seroperfiles. También se pueden hacer PCR para determinar la viremia, pero hay que tener en cuenta el coste. Cuando las muestras sean de suero o fluidos orales siempre habrá que asegurarse de la técnica diagnóstica que se utilice para evitar que se produzcan errores de diagnóstico.


Todo controlado
A continuación Gerard Martín presentó una ponencia sobre bioseguridad y control del PRRS. Además de la bioseguridad externa e interna nombradas anteriormente, una tercera medida sería la biocontención, es decir, evitar que el patógeno salga de la explotación. Martín señaló que la bioseguridad en una granja es tan débil como el más débil de sus elementos.
A continuación el ponente puso ejemplos de diferentes medidas para parar la diseminación entre fases o lotes de una población porcina, como por ejemplo disponer de una sala de cuarentenas y adaptaciones aislada del perímetro de la explotación, medidas higiénicas, limpieza y desinfección para los operarios como lavarse las manos o cambiarse de botas, etc. El objetivo mínimo debería ser producir una línea de lechones en maternidad y transición negativos al virus, para disminuir el impacto en la explotación de cerdos. Otro punto a destacar sería la entrada de vehículos que transportan animales y personas, que debería quedar perfectamente registrado. El flujo de trabajo que garantice todo dentro-todo fuera debería ser un paradigma.


Todo registrado
Lorenzo Fraile presentó un sistema de alerta de brotes que ayudará a mejorar el conocimiento a tiempo real de las enfermedades porcinas generales mediante un registro de datos práctico y rápido, que dispone de geolocalización por GPS y que funciona en cualquier dispositivo móvil. Como anteriores ponentes, Fraile señaló que la causa más probable es que la “enfermedad entre a cuatro patas” en la explotación, aunque hay otras teorías como el concepto de proximidad, difusión por área, transmisión por aire y área próximas, etc. Fraile destacó la importancia de hacerse muchas preguntas, registrar los datos, ver la existencia de interacciones de virus y bacterias, el coste de los brotes (en infección o en coinfección), observar si hay estacionalidad, etc. Los primeros resultados que se han obtenido, como por ejemplo en el caso de la gripe, muestran la importancia de seguir registrando datos para ver las tendencias.


Conclusiones
Para finalizar las presentaciones Joan Rocadembosch analizó el coste económico del PRRS. Mediante varios ejemplo presentó diferentes casos de repercusiones económicas, entre la que destacó la gran variabilidad entre la fase 1 y 2, que estaba en torno a 4 €/lechón, el valor más bajo era de 1,7 €/lechón y el más alto de 5,4 €/lechón.
Finalmente tuvo lugar una animada y participativa mesa redonda en la que se destacó la importancia de la bioseguridad y la gestión sanitaria de la explotación. Todos los asistentes coincidieron en que es necesaria una correcta organización y canalización de la información, siendo conscientes de que se trata de un problema colectivo y de que tiene unos costes económicos considerables

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