Los miembros de la cátedra de Maquinaria Agrícola y del Departamento de Ingeniería y Mecanización Rural de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba materializaron un esperado logro: una de sus criaturas, la máquina para la trilla de vainas de algarrobo, entrará en operaciones en distintos puntos del país para la obtención de semillas de calidad de esta especie forestal nativa.
Al cabo de una licitación y por requerimiento del Ministerio de Agricultura de la Nación, tres máquinas de este tipo producidas en los talleres de la facultad fueron entregadas a tres unidades regionales: la Estación Experimental del Inta Fernández (Santiago del Estero), al Instituto de Investigación Forestal y Agropecuaria (Iifa) del Chaco, y a la Dirección de Recursos Naturales y Gestión de Formosa.
Los tres organismos tienen planes para la obtención de semillas de algarrobo. Para la adquisición de las máquinas, la cartera nacional contó con financiamiento del Banco Mundial para el proyecto Manejo Sustentable de los Recursos Naturales.
Ventana forestal
Si bien el prototipo está disponible y funcionando desde 1993, al servicio de investigadores y del Banco de Germoplasma de Prosopis de la FCA, la demanda de semillas, en cantidad y calidad para reforestación o nuevas plantaciones con destino forestoindustrial abren una nueva perspectiva.
“La máquina no tiene nada que ver con los sistemas tradicionales; el principio de trilla de por sí es una acción mucho más agresiva. El sistema fue confeccionado a base de púas y de flujo axial. Cuenta con dos cilindros de trilla, un cajón de separación que podríamos asimilarlo al cajón de limpieza tradicional, que nos permite separar por un lado la semilla, por otro la harina (la parte azucarada de la vaina) y la parte leñosa, el endocarpo que envuelve la semilla y que es lo más resistente”, explicó a La Voz del Campo el ingeniero Jorge Cosiansi, líder del grupo que diseñó y construyó la trilladora.
Las pruebas iniciales incluyeron desde máquinas de café a moledoras de carne hasta llegar a conformar un proceso de trilla adecuado, recordó el ingeniero Rubén Coirini, otro de los investigadores. Esto por cuanto la semilla del algarrobo es difícil de extraer sin dañar su estructura; está encapsulada dentro de un artejo coriáceo dentro de la vaina, con un recubrimiento de azúcar.
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