Los científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
(USDA) Jeffrey Pedersen y Jeffrey Steiner fueron invitados por la Embajada
de Estados Unidos en la Argentina a visitar nuestro país y el 9 de
septiembre ofrecieron una conferencia de prensa organizada conjuntamente
por MAIZAR y el INTA.
“La Argentina tiene una gran oportunidad para desarrollar la producción de
etanol a partir de biomasa”, explicó Steiner, líder del Programa Nacional
de Sistemas de Producción de Biomasa durante la reunión de la que
participaron técnicos del INTA e integrantes de MAIZAR, y vaticinó un
aumento de la demanda de etanol de ese origen.
En los Estados Unidos, alrededor del 40% del maíz producido se destina a
la generación de etanol, cuya producción creció desde cero a once billones
de galones en los últimos diez años.
Los rendimientos de maíz crecen en algunas regiones de Estados Unidos pero
en otras se mantienen estables. Para sostener el crecimiento, el USDA
comenzó a buscar materias primas alternativas al maíz para la elaboración
de biocombustibles “Hay que trabajar regionalmente para entender la
capacidad que tienen los cultivos para adaptarse a los ambientes de las
distintas regiones. Para optimizar la producción hay que desarrollar
regionalmente materias primas adaptadas a cada localidad”, dijo Steiner.
Por eso, están estudiando la producción de sorgo en la Argentina. Al
respecto, Javier Mallo, líder de la Comisión de Sorgo de MAIZAR, añadió
“El sorgo dulce puede ser un complemento interesante a la caña de azúcar
para aumentar los volúmenes de producción de etanol”.
Además, Steiner explicó que las cadenas de valor deben ser analizadas
desde el demandante hacia atrás. Existen demandas de diferentes tipos de
biocombustibles según las industrias que los utilicen: “La industria de la
aviación, por ejemplo, demanda otro tipo de combustibles”. Por eso, hay
que desarrollar biocombustibles con las características requeridas por
cada industria.
Según explicó Pedersen, principal investigador del equipo de desarrollo
para el sorgo dulce del USDA, los Estados Unidos está desarrollando un
germoplasma de sorgo orientado a responder las necesidades de producción
de etanol a partir de biomasa. “El sorgo puede ser un gran complemento
para la industria de caña de azúcar en la Argentina”.
Pedersen es padre de cerca de 40.000 líneas de sorgo del USDA que son de
acceso público y que pueden ser importadas a nuestro país con la
autorización previa del Gobierno y con el compromiso de informar acerca de
los resultados obtenidos con esas líneas.
Actualmente, está probando las viejas variedades de sorgos azucarados que
se utilizaban para producir melazas, que por su alto contenido de azúcares
fermentables son ideales para la producción de etanol. Sin embargo, sus
plantas se desarrollan hasta los tres metros de altura, por lo que la
cosecha se debe realizar en forma manual, algo imposible para la
producción a gran escala.
Por eso, hay nuevas líneas en desarrollo. “Si quieren que el sorgo baile
lo puedo hacer bailar, pero me tienen que decir que música quieren que
baile”, dijo Pedersen confiado en que hoy la investigación puede crear
nuevas variedades para las necesidades de cada ambiente e industria.
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