sábado, 9 de abril de 2011

En el Sur, una nueva frontera para obtener altos rindes


En la zona de Choele Choel, en la puerta de la Patagonia, Javier Esteves logra rindes promedio de 95 quintales en maíz, pero también picos de 180 quintales; la latitud y el riego son sus mejores aliados

Si el norte argentino se transformó en la última década en una de las nuevas fronteras que los productores se lanzaron a abrir y ganar para la agricultura, sobre todo para la soja, en el Sur también hay zonas que tienen sus atractivos y oportunidades para aquellos que son emprendedores de la producción agrícola. Una de esas regiones parece ser el llamado Valle Medio del Río Negro, en la provincia homónima, un "oasis" regado por el agua de ese río. Allí, a 35 kilómetros de Choele Choel y 5 kilómetros de Pomona, Javier Esteves está al frente de Copahue, un establecimiento de 9875 hectáreas con 450 que pertenecen a las islas del río. En ese lugar, Esteves hizo en esta campaña 500 hectáreas de maíz bajo riego, pero también suele hacer soja, alfalfa y girasol para semilla.



El maíz es un avión en materia de rendimientos: los rindes promedio alcanzables se ubican en 95 quintales por hectárea. Pero también suele haber picos de 180 quintales. El agua es todo. Es limitante porque caen entre 270 y 280 milímetros por año, con cierta concentración otoñal. Pero también es una oportunidad vía el riego. De hecho, para el cereal allí aportan vía el riego unos 700 milímetros por hectárea. Sin embargo, la región tiene la gran ventaja en la latitud: se encuentra casi en el mismo nivel que Illinois y otras zonas del cinturón maicero norteamericano. "La latitud es central porque, por el eje de rotación de la Tierra con respecto al Sol, a medida que uno se aleja del ecuador los días se alargan en verano y se acortan en invierno. Copahue [el establecimiento del productor] está a una latitud donde la temperatura es de clima templado, con influencia del mar, cercano, pero los días de verano son más largos que en la zona agrícola central de la Argentina", expresó Esteves, que hoy maneja la mayor empresa productora de maíz en la provincia.



Según el productor, esta característica hace que los cultivos reciban más "horas sol" en Choele Choel que en Pergamino o en la zona de Venado Tuerto. Fotosintetizan más, lo que redunda en mayor potencial de producción, y el agua usada para el riego no tiene limitaciones, ya que es de una calidad insuperable y casi no hay nubosidad.



"La zona posee mayor energía de crecimiento de las plantas que el Alto Valle, con un total de 5000°C de suma de temperaturas activas mayores o iguales a 10°C, que se distribuyen en 275 días", comentó. Así, durante 275 días al año hay temperaturas medias superiores a 10°C por día, y que sumadas acumulan 5000°C, con un promedio de 18,2°C/día. "Esto hace que la energía solar para fotosíntesis sea similar a la zona templada agrícola del país para ese período", explicó el productor. "Lo anterior permite afirmar que en el área del establecimiento pueden cultivarse todas las especies comunes a las regiones templadas, incluyendo la región pampeana", señaló.



También hay consideraciones favorables para los cultivos en el Valle Medio por otros elementos de juicio, como el período libre de heladas. "La frecuencia media anual de heladas es de unos 39 días por año, mientras que en el Alto Valle es de 60/70 días por año", indicó.



En este contexto, el período libre de heladas es del orden de los 191 días, lo que lo hace semejante a las zonas productivas del norte de Buenos Aires. "La fecha media de la primera helada es el 27 de abril, con un desvío típico de 14 días. En cambio, la fecha media de la última helada es el 3 de octubre, con un desvío de 17 días", precisó. Entre otros datos del establecimiento, Copahue tiene forma de rectángulo. "El Norte limita con el canal de desagüe de la Usina Céspedes. Al Este limita con los brazos sur y norte del río Negro y al Oeste está ubicado el canal San Antonio-Pomona", describió.



El campo tiene suelos "en formación", como los llamó Esteves, aluvionales producto de arrastre y sedimentación sobre el cauce antiguo del río Negro. Son muy variables, desde arenosos pasando por francos franco-arenosos/arcillosos con afloramientos de canto rodado.



El maíz

Sin duda, el maíz bajo riego tiene sus secretos. Y uno de ellos es justamente la disponibilidad y calidad de agua para el establecimiento. De hecho, sobre uno de sus vértices se encuentra la estación de generación hidroeléctrica Usina Céspedes. "Esta es una gran ventaja, porque la principal fuente de agua para regar gran parte del valle proviene del desagüe de la misma (aproximadamente unos 50 m3 por segundo)", indicó el productor.



Copahue tiene 500 hectáreas bajo riego por el sistema de pivotes centrales divididos en 9 equipos y 50 hectáreas por inundación. "Los equipos en el establecimiento están alimentados por energía eléctrica a través de una línea de media tensión propia", explicó.



La primera vez que allí se hizo riego por pivote central fue en 1989 con dos equipos para 80 hectáreas destinados para el cultivo de papa. "Posteriormente, hubo una decisión empresarial de aumentar la escala productiva, por lo que se colocaron siete pivotes más", expresó.



Con un sistema de producción bajo siembra directa desde 2000, los materiales que se usan para maíz son de ciclo completo o intermedio. Las fechas de siembra habituales para el cereal van, según explicó el productor, desde el 20 de octubre hasta el 20 de noviembre. "La densidad de plantas a lograr en maíz es de 75.000 a 85.000 plantas por hectárea", contó. "Los niveles de fertilización de base varían de 40 a 60 unidades de fósforo por hectárea y los maíces normalmente se refertilizan con nitrógeno dos veces, entre 2 y 6 hojas con 50 kilos de N en cada aplicación", añadió.



No parece haber grandes problemas con los insectos en el cultivo. "No hay mayormente problemas de insectos, salvo la oruga de la espiga ( Helicoverpa zea ), a fin de ciclo, pero de forma muy leve. De igual modo, tampoco hemos tenido presencia de enfermedades", relató.



Con lluvias erráticas, el riego aporta en el caso de la empresa el 100 por ciento del agua en el ciclo del cultivo. Puntualmente para el cereal, aplican aproximadamente 700 mm por hectárea.



Según el productor, en riego el costo del milímetro de agua aplicado asciende a 0,22 dólares por milímetro. Mientras tanto, en el riego por inundación con un regador cada 80 hectáreas el costo se calcula aproximadamente entre 0,12 y 0,15 dólares por milímetro.



Además de promedios alcanzables de 95 quintales, en los lotes también se logran 180 quintales. De todos modos, vale aclarar que con suelos "en formación" y heterogéneos hay incluso sectores con 30 quintales.



Una vez cosechado, el destino del maíz es la venta. "Al maíz se lo embolsa y vende directamente desde el establecimiento de acuerdo con negocios establecidos. Luego de varios años y de ser el mayor productor de maíz del Valle, tenemos una cartera de clientes que todos los años nos compran el 100% de la producción. Principalmente el destino de los granos son feedlots ubicados en Bariloche, Trelew, Comodoro Rivadavia y Esquel", detalló.



Respecto de la producción de maíz y soja en la zona, según Esteves, no hay demasiados datos en cuanto a estadísticas. "Estimamos que en el Valle Medio se siembran aproximadamente 1500 hectáreas y si sumamos el Valle Inferior el total asciende a 3000 hectáreas. De soja no se deben sembrar más de 500 hectáreas en toda la provincia", concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.