Esto es porque el sector pasó de pagar impuestos cuando exportaba a cobrar reintegros, generándose una importante mejora en el tipo de cambio real efectivo y la firmeza de la demanda China, que tiene la potencia de absorber volúmenes crecientes a precios relativamente estables o incluso ligeramente crecientes, rescató el trabajo.
Un aspecto muy importante del proceso en curso, según Ieral, es que la cadena se encuentra generando volúmenes exportables bajo una fase de ciclo ganadero “en equilibrio”, tal como sucediera durante el período 2004-2006, con una participación de hembras en faena que no ha superado el 45%, y que, por ende, no compromete a priori el tamaño del rodeo de vacas/vientre.
Destacó además que la mejora en el margen bruto de exportación de los envíos a países de ingresos medios-bajos, en 2016 el valor de esta integración se encontraba $20,6 por encima del costo implícito de la hacienda (pesos por kilo, a precios constantes de enero de 2018), con un margen bruto equivalente al 32% del costo de la hacienda requerida. En 2017 este diferencial se ubicó en $23,5 (pesos por kilo), con un margen bruto equivalente al 41% del costo de la hacienda.
Todo esto hace presuponer la continuidad del proceso de expansión en el periodo actual, dado que nada indica que haya una desaceleración tal de la demanda de los países de ingresos medios/bajos que haga retroceder los precios internacionales y/o que se traslade a una suba muy fuerte del precio en dólares de la hacienda local, ambos escenarios parecen remotos o lucen hoy con baja probabilidad de ocurrencia, resaltó el análisis.
Sin embargo Ieral advirtió que en relación al precio de la hacienda, éste se encontraba en un nivel muy bajo a comienzos de enero pasado, no tanto su valor en dólares sino su poder de compra de bienes y servicios locales, siendo este el más bajo desde mediados y fines de 2009.
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