
Luis Ribera, director del Centro de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Texas A&M, en College Station, dijo que los productos agrícolas de Texas no deberían sufrir ningún efecto a largo plazo en la comercialización.
"Es posible que las instalaciones de Del Monte en Galveston (una de las cuatro que tiene en los EE. UU.), que reciben bananas, piñas y melones de Centroamérica y Sudamérica, se vean afectadas, pero tendremos que esperar a ver cómo se desarrolla todo".
Mientras, las tiendas de alimentación de todo el sureste de Texas se esfuerzan por reponer sus lineales y proporcionar productos de primera necesidad.
"Las principales cadenas de comestibles cuentan con planes de emergencia y reaccionan deprisa en situaciones como huracanes y otros desastres naturales", añadió. "Sé que estas empresas tienen un muy buen sistema de distribución y los proveedores pueden satisfacer los envíos en tres o cuatro días en la mayoría de los casos".
"Una cosa que es posible que hagan también es reducir su inventario en otros puntos y enviarlo a las tiendas que necesitan los productos. Los principales problemas son la accesibilidad, cómo llegar a los sitios, y también la electricidad. ¿Tienen electricidad para hacer funcionar las tiendas?".
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