viernes, 18 de agosto de 2017

La sanidad, principal aliada para una mayor productividad en ganadería


La población mundial necesitará más alimentos durante los próximos 50 años que el total consumido en los últimos 7 mil. Según datos de la FAO, la demanda de proteína animal aumentará un 60% para el 2050. En ese entonces habrá sobre la tierra 10 mil millones de habitantes. Se estima que para 2024 las importaciones […]
La población mundial necesitará más alimentos durante los próximos 50 años que el total consumido en los últimos 7 mil. Según datos de la FAO, la demanda de proteína animal aumentará un 60% para el 2050. En ese entonces habrá sobre la tierra 10 mil millones de habitantes.
Se estima que para 2024 las importaciones globales de carne vacuna aumentarán un 40 % impulsada fuertemente por China, pasando de 7,3 a 10,1 millones de toneladas anuales. Para satisfacer exclusivamente esa demanda Argentina tendría que quintuplicar su actual exportación.
¿Tendremos la capacidad de producir tal cantidad de carne? ¿Cómo? Existen tecnologías que hacen posible acompañar el crecimiento exponencial de la demanda. Biogénesis Bagó lleva más de 80 años aportando tecnologías de calidad y asesoramiento técnico en la Argentina y la región, mediante los cuales los productores pueden incrementar sus índices productivos y transformarse en grandes protagonistas de las oportunidades que presentan los mercados internacionales .
La compañía, con un liderazgo reconocido en la Argentina y en Latinoamérica, comenzó una etapa de globalización de sus tecnologías dirigida fundamentalmente a Asia, la región con mayor crecimiento en la demanda global de proteínas animales.
Por su desarrollo en China, hoy Biogénesis Bagó es considerada un ejemplo de liderazgo en cooperación binacional para resolver uno de los principales desafíos sanitarios de la producción ganadera. La planta modelo que la compañía construyó en ese país, en asociación con la farmacéutica china Hile Biotechnology, comenzó recientemente a producir y comercializar las primeras dosis de vacunas contra la Fiebre Aftosa. Además, Biogénesis Bagó, desde su oficina comercial en Shanghái está desarrollando negocios en distintos países del Sudeste Asiático, impulsando exportaciones de alto valor agregado desde Argentina.
Las ventajas comparativas que ofrece la Argentina para la producción ganadera (suelo, clima, mano de obra calificada, tecnología) colocan al país en una posición de privilegio. Sin embargo, será necesario provocar un cambio para dar un salto de escala.
millones de toneladas de carne al año. Esto se traduce en cerca de 50 kilos por animal por año, mientras que en los Estados Unidos se obtienen 130 kilos; y se da un fenómeno espejo en relación a la leche. Claro está: el índice de destete de la producción bovina en la Argentina es del 63%, mientras que en los países de frontera ronda entre el 85 al 90%.
Cabe remarcar que de todos los pilares de la producción animal, la sanidad requiere la inversión más baja pero es la que genera mayor impacto en los resultados. Desde Biogénesis Bagó, estamos trabajando insistentemente en un cambio de paradigma de trabajo. Sabemos que la inversión en tecnología es fundamental pero hay que acompañarla con buenas prácticas y un manejo adecuado, por eso ofrecemos una alianza de trabajo entre el productor, el asesor veterinario y el laboratorio para ordenar el manejo sanitario de forma estratégica.
El objetivo es que cada productor llegue a su frontera productiva, esto es que con los recursos disponibles obtenga los máximos índices productivos posibles en carne y leche. Queda mucho por andar. Hay datos que lo demuestran: en la Argentina solo el 30 % de los establecimientos cuenta con asesoramiento profesional permanente, cifra que en los países líderes alcanza el 80%. Aquí también solo se ejecuta el 50% de la inversión prevista para un plan sanitario productivo, cuando en los países frontera se llega al 90%.
Existen pocos países, como Argentina, que pueden dar seguridad alimentaria a su población y a su vez ser protagonistas en la seguridad alimentaria del resto del planeta. Nuestra carne – motivo de orgullo entre los argentinos y marca país- tiene una oportunidad histórica de resignificarse y dar respuesta a una demanda creciente. Está en todos los que integramos la cadena de valor agroalimentaria aprovecharla.

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