viernes, 20 de septiembre de 2013

Uruguay y China negocian por el maíz


Urgido por las condicionantes que plantean los planes de uso y manejo de suelos y los mejores márgenes de la soja se acelera la búsqueda de alternativas a las gramíneas
Las compras de soja por parte de China han cambiado el paisaje y planteado el desafío de los planes de uso y manejo de suelos: se precisan más gramíneas en las rotaciones. Pero actualmente los márgenes y riesgos apuntan a priorizar la oleaginosa. Detrás de la expansión sojera están las compras de China. Pero estas podrían diversificarse.
El gobierno le está dando prioridad al maíz en las negociaciones comerciales con China. Un cultivo más caro y sensible a la falta de agua, pero con mayor potencial productivo. En octubre se reunirá en Montevideo la comisión bilateral Uruguay-China. El tema del maíz estará sobre la mesa como ya lo hizo el ministro Tabaré Aguerre en junio durante su reunión con su par chino en el marco de una conferencia de ministros de Agricultura en China. En junio de 2012 se formó un comité bilateral para tratar temas fitosanitarios que hasta ahora no se ha reunido aunque desde Uruguay ya se envió información respecto al maíz.
La estrategia apunta a líneas de largo plazo en Uruguay –el mayor uso de gramíneas de verano en la rotación– y en China, donde la autosuficiencia en el abastecimiento del cereal está quedando atrás. La apuesta de China es regional, con Argentina ya habilitada para ingresar con maíz y Brasil en pleno proceso de negociaciones para entrar en la próxima campaña.
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca tenía en principio a la cebada como el grano prioritario para lograr el acceso a China. Finalmente, se decidió, por varias razones, colocar el maíz como punta de lanza dentro de las negociaciones por rubro agrícola.
Uruguay se está consolidado gradualmente como un proveedor de maíz en el mercado, como ya lo es en soja y trigo. En el acumulado de 2013 hasta la segunda semana de setiembre se dieron en Uruguay solicitudes de exportación de maíz por 271.968 toneladas contra 203.752 toneladas de todo 2012. Este es un año récord. El segundo mayor volumen se dio en 2010 cuando las solicitudes totalizaron 237.252 toneladas. Actualmente, con un descenso en los precios internacionales por la recuperación de oferta en Estados Unidos, los valores en Uruguay no lucen atractivos, ubicándose en torno a US$ 200/t en Nueva Palmira.
Desde el lado de la demanda hay razones de peso para apuntar a China. El gigante asiático es desde hace años el principal demandante de soja a nivel mundial de la mano de un cambio en la dieta que es irreversible. En los tres últimos ejercicios agrícolas las importaciones chinas supusieron más del 60% de las compras globales. Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés), China comprará 69 millones de toneladas en la campaña 2013/2014, el 66% del comercio global de la oleaginosa.
La producción doméstica representará apenas 15% del consumo con una cosecha que ha perdido lugar frente a otros cultivos. En otras palabras, Beijing tiró hace tiempo la toalla en cuanto a asegurar internamente un parte relevante de su demanda por soja.
Uruguay se ha visto beneficiado de este comportamiento no solo en la soja, sino recientemente en carne vacuna, donde se convirtió en un año en el principal importador en volumen a lo que sigue los productos lácteos y la carne ovina.
En el último año las señales desde Beijing parecen indicar que el maíz seguirá el camino de las importaciones crecientes. En 2012 el ministro de Agricultura chino, Han Changfu, expresó en la presentación del plan quinquenal que China no dependería de proveedores externos para el abastecimiento de granos y que el maíz no se transformaría en una nueva soja. En una conferencia durante agosto el funcionario apuntó a un crecimiento “gradual” de las importaciones de maíz.
Más recientemente, Xu Xiaoqing,  director del Departamento Rural del Consejo Estatal de Desarrollo, un think tank del gobierno, dijo en una conferencia en Beijing que China podría importar entre 20 millones y 30 millones de toneladas para cubrir sus necesidades domésticas.
“Nuestras necesidades de maíz crecen, lo que significa que en el futuro veremos algunas importaciones aunque no al mismo nivel que en la soja. Importar 20 millones de toneladas no sería un asunto serio ya que es cerca del 10% del consumo total”, agregó Xu al Financial Times.
Las cifras muestran claramente que 20 millones o 30 millones de toneladas representan un porcentaje bajo del consumo total chino. Pero hay varias lecturas tras esos números.
Por un lado, supone que China abandona la autosuficiencia para el maíz y que se mantendrá esa política para el trigo y el arroz. Hasta los últimos años Beijing contemplaba cuotas de importaciones hasta el 5% del consumo doméstico. Como se ve en las gráficas, empieza a marcarse un desfasaje en el ritmo de aumento de la producción y del consumo. Desde el ciclo 2007/2008 al 2013/2014 la cosecha aumenta 38,5% mientras las importaciones crecen 49,3%.
Si bien el gobierno sostiene que un aumento en las importaciones no significaría un cambio relevante como porcentaje del consumo, esta expansión marcaría un mojón al comercio mundial. Entre 2007/2008 y 2013/2014 las importaciones mundiales crecieron solo 4,1% con un promedio de casi 95 millones de toneladas. En tanto, el consumo aumentó 19,8% pasando de 773 millones a 927 millones de toneladas, lo que marca que la producción acompañó la demanda.
Un dato importante para entender la dinámica del creciente consumo chino lo dio Reuters hace dos semanas cuando informó que importadores privados de ese país compraron 800 mil toneladas de sorgo estadounidense al completarse el cupo que tenían para importar maíz para el ciclo 2013/2014. Y el precio del sorgo estadounidense puesto en China es más barato que el del maíz producido en ese país.
En la región Argentina y Brasil ya han dado pasos concretos para acceder con maíz al mercado chino. A principios de agosto ingresó el primer embarque argentino de 60 mil toneladas luego que en diciembre entraran dos contenedores a modo de prueba con 50 toneladas. El acceso efectivo a nivel comercial se dio más de un año después de recibir la luz verde tras la firma de un protocolo fitosanitario. A principios de setiembre funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil señalaron a Reuters que esperan exportar maíz a China para el ejercicio 2013/2014 aunque no se esperan volúmenes relevantes en el corto plazo. Además de lograr un protocolo sanitario los privados tendrían que conocer el sistema de cuotas que otorga el gobierno chino tanto a corporaciones estatales como a importadores privados.


Menos área de primera


La soja ha sido la estrella de la expansión del área agrícola, pero el maíz ha acompañado con algunas interrupciones la tendencia alcista. De acuerdo a los datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), el promedio de superficie destinada a maíz entre las zafras 2002/2003 y 2006/2007 fue de 50.430 hectáreas. En las dos últimas campañas el área maicera superó las 100.000 hectáreas. No hay datos de DIEA respecto a la zafra pasada aunque operadores privados la estimaron en torno a 150.000 hectáreas. Luego de las últimas lluvias comienzan los trabajos de siembra del área de primera de maíz que este año caería. Los números realizados por los productores y empresas presentan rendimientos de equilibrio para área de primera arrendada por encima de los 5.000 kilos por hectárea. La necesidad de rotaciones y, en menor medida, las exigencias del plan de uso de suelos podría hacer que el área caiga moderadamente debido a los precios más bajos y márgenes apretados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.