martes, 3 de septiembre de 2013

URUGUAY: Tallos y hojas de maíz para generar combustible


El hongo T. reesei y la bacteria E. coli se han asociado para convertir un material resistente de una planta residual en isobutanol, un biocombustible que coincide con las propiedades de la gasolina mejor que el etanol. Miembros del equipo de investigación, de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, subrayan que el principio también se podría utilizar para generar otros productos químicos valiosos, como los plásticos.
Xiaoxia 'Nina' Lin, profesora asistente de Ingeniería Química y líder de la investigación, dijo que posee “la esperanza de que los biocarburantes producidos de una manera tan eficiente puedan llegar a sustituir a los actuales combustibles derivados del petróleo”.
De acuerdo a lo informado por el diario español ABC en la sección Ciencia, el isobutanol emite el 82 % de la energía térmica que proporciona la gasolina cuando se quema, en comparación con el 67 % del etanol, que tiene tendencia a absorber agua y corroer tuberías y motores, pero el isobutanol no se mezcla fácilmente con agua. Muchos investigadores sostienen que el isobutanol podría reemplaz el etanol
Se estima que la producción de isobutanol no haría subir los costos de los alimentos.
Para llegar al producto, el equipo de científicos e investigadores usaron tallos y hojas de maíz, pero su ecosistema también debe ser capaz de procesar otros subproductos de residuos agrícolas y forestales, según publica la publicación “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
DEL AZÚCAR AL ISOBUTANOL.
La nota de ABC de España añade que el laboratorio de James Liao, en la Universidad de California (Los Angeles, EEUU) aportó bacterias de E. coli que habían sido alteradas genéticamente para convertir los azúcares en isobutanol. El grupo de Lin puso las dos especies de microbios en un biorreactor en el que introdujo tallos y hojas de maíz. Los colegas de la Universidad Estatal de Michigan habían tratado previamente la fibra para que fuera más fácil de digerir. Los hongos convirtieron la fibra en azúcares que alimentaron las dos especies de microbios con suficiente sobrante para producir isobutanol.
El equipo obtuvo 1,88 g de isobutanol por litro de líquido con este ecosistema.

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