sábado, 14 de septiembre de 2013

Una perfecta armonía entre el agro y lo urbano


En Alemania se demuestra que las prácticas productivas intensivas se pueden compatibilizar con las máximas exigencias en el cuidado del medio ambiente y la seguridad alimentaria.
Con controles estatales y privados cada vez más rigurosos en el cuidado del medio ambiente y en la seguridad sanitaria y calidad y cantidad de los alimentos que producen, los agricultores europeos se esfuerzan cada vez más en hacer más intensivos sus cultivos y mayores sus cosechas.
Por cierto que para ello cuentan por un lado con subsidios que le dan sustento a sus establecimientos, pero por sobre todas las cosas, disponen de un paquete tecnológico acorde con las exigencias.
Así, por ejemplo, en Alemania, uno de los principales países productores de trigo del Viejo Continente, se logran asombrosos rindes de entre 70 y 100 quintales por hectárea sin apartarse de las buenas prácticas agrícolas.
Y el paisaje es testigo de ello. Uno supone que no hay contaminación en una población que está pegada a un lote de cultivo de granos o de horticultura. Se observa también ese equilibrio que tanto se respeta por los espacios verdes que constituyen tupidos montes y bosques. Completan la escena decenas de molinos generadores de energía eólica otra manera de ahorrar combustibles fósiles y de proteger la pureza de la atmósfera.
Todo un llamado de atención para países productores de alimentos, como la Argentina. Esto es lo que los mercados demandarán en el futuro: alimentos cada vez más seguros y saludables y protección del medioambiente.
En Europa, como en otras partes del mundo, en un contexto donde no sobran los espacios cultivables la demanda de productos fitosanitarios para intensificar la producción es cada vez mayor. “La demanda de nuestro productos por parte de los agricultores está aumentando tan vertiginosamente que estamos reforzando nuestra capacidad de suministro para poder abastecer con soluciones agrícolas innovadoras necesarias”, dijo Liam Condon, director general de Bayer CropScience al abrir la Conferencia Global de la compañía que se desarrolló la semana pasada en esta pequeña población ubicada a unos 20 kilómetros al norte de la ciudad de Colonia.
Bayer es una compañía multinacional que este año cumplirá 150 años de vida y tiene en Monheim un imponente centro de investigación agrícola de 550.000 metros cuadrados en el que desarrolla una variedad de fitosanitarios para todo tipo de demanda, como se informa por separado.
“Se espera que el programa de inversión redunde en un incremento significativo del volumen de producción de las sustancias activas clave para la protección de cultivos”, dijo Condon. Y subrayó: “Tenemos que aumentar la productividad agrícola y, al mismo tiempo, avanzar en materia de sostenibilidad asegurando la protección el medio ambiente”.
Además del aumento de su capacidad de suministro en protección de cultivos, otro elemento que forma parte de los planes de crecimiento de la compañía es la puesta en práctica de su estrategia en semillas que, como se dijo en la conferencia global, incluirá plantas de investigación y desarrollo en la Argentina para semillas transgénicas de soja “que podrán proteger el cultivo de insectos, repeler ataques de nematodos y hacerla tolerante a los herbicidas más eficaes”, dijo Condon.
En tanto, en diálogo con LA NACION Mathias Kremer, jefe global de semillas de Bayer CropScience señaló que “el agricultor alemán dispone de todas las herramientas para producir: agroquímicos, productos biológicos, calidad en semillas, que no son transgénicas porque no se permiten en Europa, maquinaria agrícola y otros insumos”. En este país se destinan 16,7 millones de hectáreas a la agricultura, lo que representa el 45 por ciento de la superficie del estado alemán, según datos del Ministerio Federal de Alimentos Agricultura y Protección del Consumidor y de la Asociación Alemana de Agricultores.

El país agrícola

Son 300.000 agricultores, casi todos pequeños. El promedio de las explotaciones es de 58 hectáreas. Producen 45 millones de toneladas entre cereales, frutas y hortalizas y sus principales cultivos son la remolacha azucarera, con 25 millones de toneladas y el trigo, que en 3,2 millones de hectáreas le proporciona una cosecha de 23,9 millones de toneladas, según datos de 2012, según las mismas fuentes.
El presente es producir más y para ello la producción intensiva de Alemania requiere de agroquímicos que protejan sus cultivos de plagas y enfermedades sin comprometer el medioambiente.
Asimismo, por las dimensiones de las explotaciones los subsidios juegan un papel importante en el país. “Para esas fincas pequeñas los subsidios que llegan de la política agrícola de la Unión Europea son importantes. porque si bien la intensidad con la que producen es bastante alta, no queda tanto dinero como para que vivan una, dos o a veces tres familias o generaciones del resultado económico de una finca. Por eso en toda Europa queremos continuar con la aplicación de estas políticas”, subrayó Kremer.
Respecto al debate al uso de agroquímicos el ejecutivo dijo que hay grupos que los resisten “pero podemos decir que hace 20 o 30 años todavía había residuos en los productos agrícolas, pero hoy eso prácticamente ya desapareció, entonces la gente sabe que la producción está bastante segura”.
Pero la pregunta que se hace Kremer es si a un medio o largo plazo Europa podrá competir en los mercados globales sin cultivos transgénicos, “porque todo el mundo los está sembrando, menos Europa, salvo en España, en donde hay una superficie de 130.000 hectáreas de maíz genéticamente modificado.”
Y agregó: “esperamos que dentro de 10 o 15 años se acepte esta tecnología para poder competir en el mercado global, porque sabemos que la tecnología es segura”.
En este contexto en Bayer CropScience existe un nuevo concepto que compatibiliza la producción rentable y eficiente de alimentos de alta calidad con la biodiversidad. El concepto comprende el desarrollo de tecnologías y técnicas que van más allá de los requisitos de cumplimiento, la cooperación de alto nivel con las principales partes interesadas, como los políticos, autoridades nacionales y organizaciones no gubernamentales, y la provisión de información para aquellos que estén interesados en aprender más acerca de la agricultura sostenible.
“Una piedra angular de su programa es una red creciente de granjas en toda Europa donde participan los denominados forward farms (agricultores de avanzada). Hoy ya están en Alemania, Francia, Bélgica, los Países Bajos, el Reino Unido y Polonia, dijo el doctor Birgitt Walz-Tylla, director de Sostenibilidad y Negocios Administración de la compañía.

El paquete tecnológico

La demanda de alimentos exige productividad
  • Liam Condon – Director gral. Bayer CrpScience
    “La demanda de nuestros productos por parte de los agricultores está en aumento”
  • Mathias Kremer – Jefe g. de semillas de Bayer
    “El agricultor alemán dispone de todas las herramientas tecnológicas para producir”

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