miércoles, 18 de septiembre de 2013

Siguiendo el camino del té

 La cuenca yerbatera argentina está concentrada en la provincia de Misiones y el Nordeste correntino. Comparte, como peculiaridad, la misma cuenca que la producción tealera. No es extraño, entonces, que la mecanización de la cosecha de yerba mate haya seguido, acaso, el ejemplo del té.

La cuenca yerbatera argentina está concentrada en la provincia de Misiones y el Nordeste correntino.

Fue, de hecho, uno de los primeros esbozos con que se soñó en Las Marías: una máquina cosechadora y podadora de té. Corría 1970 cuando, en cooperación con el Inta, se estudió la factibilidad de la idea, e incluso Las Marías llegó a importar de la Unión Soviética una podadora y cosechadora de té Sakartvelo, utilizada en aquel entonces en los cultivos de Georgia.

La cosecha tealera en Las Marías era todavía manual, aunque ese mismo año aparecieron en sus teales los primeros atisbos de mecanización: un cabezal de corte motorizado, montado sobre una estructura con ruedas de bicicleta, del que los operarios tiraban desde el costado de los líneos.

Los planos de una máquina que pudiera cosechar tanto yerba como té finalmente quedaron en el papel. Pero ese trabajo no fue en vano: movida principalmente por el impulso de Pablo Navajas Artaza, en la empresa virasoreña comenzó a mirarse el futuro y aunque aún no hubiera máquinas, era imprescindible repensar el modo tradicional de plantar yerba mate.

Las plantaciones estilo “cuatro vientos”, de plantas equidistantes entre sí y entre líneas, pronto fueron cediendo terreno a plantaciones de mayor densidad, en curvas de nivel para proteger al suelo de la erosión, e implementando prácticas culturales que determinarían, con el correr de los años, una mejora sustancial de los cultivos y del trabajo en los yerbales.

Y mientras las nuevas plantaciones comenzaban a mostrar sus frutos, hacia 1977, y no exentos de fracasos y constantes reingenierías, ya tomaban forma los primeros prototipos de cosechadoras. En 1979, en yerbales de Jardín América se hicieron las primeras pruebas de la Mark I, un prototipo de cosechadora de yerba mate autopropulsada, diseñada para plantaciones tradicionales, que Las Marías presentó en un concurso patrocinado por el Banco Provincia de Misiones.

Al año siguiente, el gobierno correntino otorgó un apoyo para seguir trabajando en el modelo, cuya patente había sido cedida a la Fundación Victoria Jean Navajas, y al mismo tiempo Las Marías encara el diseño de una nueva máquina pensada para operar en plantaciones de alta densidad.
Los dos modelos de cosechadora –Mark I y Yerutí- fueron presentados en Las Marías a mediados de 1981.

Las mejoras eran notorias –sobre todo porque no extraían totalmente las hojas de la planta, lo que favorecía la protección ante las heladas- pero seguían siendo prototipos. Años después, sería el turno de “La Australiana”, un modelo construido en el país oceánico en base al diseño y la ingeniería de Las Marías, y que incorporaba un microordenador que comandaba todas las funciones hidráulicas.

Fue presentada a mediados de 1989 y, en la edición de ese año de la Fiesta Nacional de la Yerba Mate, resultó el principal atractivo de la muestra.

Un nuevo modelo de cosechadora –el que llega hasta la actualidad- apareció en 1993, continuado por otro similar dos años después. La cosecha mecánica había llegado para afianzarse. Y el mejor trabajo en los yerbales, también. 

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