martes, 10 de septiembre de 2013

Los precios del girasol, cereal y maíz caen por las grandes cosechas mundiales

 

 La crisis de precios sigue asolando los campos cordobeses. Las lonjas no pueden ofrecer grandes precios y ven cómo éstos se desploman, semana tras semana, para ajustarse a la exigencia. Pese a que las previsiones de precios para la campaña del girasol no eran muy optimistas, no se esperaba un desplome como el producido. Hundimiento que ha afectado también en los cereales y que amenaza con ser el factor común en el maíz. Sólo la soja está subiendo. «Estamos en un mercado global y los grandes productores mundiales están teniendo buenas cosechas. La UE ha producido un 15 por ciento más y Estados Unidos está teniendo recogiendo mucho maíz. Eso está afectando a los precios. El año pasado hubo malas cosechas y eso subió los precios», explica Ignacio Fernández de Mesa, presidente de Asaja Córdoba y de la Cámara de Comercio de Córdoba, que gestiona la lonja cordobesa. El directivo matizó que las importaciones son inevitables porque España sólo es autosuficiente en cebada.

En Córdoba se han sembrado unas 59.000 hectáreas de girasol, de las que viven unos 3.000 agricultores. Esta extensión de siembra superará las 60.000 toneladas de pipa en esta campaña pese a las malas condiciones de la primavera por la humedad y los ataques de gusanos, pájaros y conejos.
Gasto por hectárea

A estos problemas, que han elevado los costes de producción, hay que sumar la ruptura del mercado en precios muy inferiores a los de la campaña pasada. Asaja Córdoba calcula que los gastos de una hectárea de este cultivo ronda los 350 euros. Sin embargo, la producción a duras penas supera la tonelada por hectárea. Los precios actuales, de 330 euros por tonelada, obligan a vender por debajo de los costes de producción.

«Los buenos precios de la soja están manteniendo las harinas, pero los aceites siguen al mismo precio», aseguró Ignacio Fernández de Mesa, señalando otro de los problemas de rentabilidad del girasol. Los fabricantes de este aceite tendrán que trasladar, según informes de Asaja Córdoba, está situación de los precios a los lineales de los supermercados.

En los cereales, las noticias no son mejores. Las grandes cosechas están creando un exceso de oferta que tira de los precios hacia abajo. En el caso del trigo, las cantidades se están manteniendo, aunque son algo inferiores al año pasado. El duro está, en el mejor de los casos, a 255 euros la tonelada. El blando, para piensos, se paga a 200. «Este año hay superproducción de cereales por las buenas cosechas de los grandes países productores. Esto hace que los precios estén por debajo de los del año pasado. Esta bajada se produce porque no somos autosuficientes y tenemos que importar de todo», explicó el presidente de Asaja.

Las previsiones para el maíz, que entrará en lonja esta semana, tampoco son halagüeñas. Es un cultivo de fuertes gastos y presenta unas perspectivas similares de caída, aunque aún sin precios estipulados. «La tonelada todavía no tiene precio, pero podemos decir que las previsiones no traen buenos augurios. Las grandes cosechas en Estados Unidos y Ucrania van a tirar de los precios hacia abajo», explicó Fernández de Mesa. Según informes previos a la campaña de maíz de Asaja Córdoba, los riegos cordobeses se pueden quedar sin un cultivo fundamental para conseguir el nivel de facturación que permita, sin obtener beneficios, pagar las numerosas cargas que soportan este tipo de explotaciones en la provincia.

Por otro lado, esta caída de las materias primas no está afectando a los precios de los piensos para el ganado, que siguen en su luna de miel. «Debería de incidir de una manera directa, pero no lo está haciendo. Está claro que no está repercutiendo en los precios del pienso. Tendría que haberse producido una bajada del producto hace tiempo y no lo ha habido», explicó el presidente de Asaja Córdoba. «Tendría que haber repercutido porque la gente compra al día y eso debería de significar un desplome de cara al ganadero», añadió.

Los fabricantes de piensos cambiaron su modelo de adquirir las materias primas hace un par de años. Antes del período de subidas constantes de los precios y los costes de producción, los productores adquirían materias primas a tres o seis meses vista, lo que daba una estabilidad a los precios de la alimentación animal. Esa práctica dejó de ser rentable por las constantes subidas y las empresas de piensos pasaron a comprar al día, para no generar pérdidas innecesarias. Esa es la razón por la que, desde las organizaciones agrarias, no se entiende que los precios de los piensos no estén retrocediendo al mismo nivel que la materia prima.

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