Contra la realidad misma

Muchas cosas le pasaron al sector agropecuario en la última semana. Por un lado ganó protagonismo el tema climático, por la sequía en el norte del país y el incendio de más de 50 mil hectáreas de campo en Córdoba que llevaron la preocupación de los productores de la zona al extremo. Por el otro, la indiferencia frente al reclamo de los tamberos el miércoles en la puerta del Ministerio de Agricultura elevó la temperatura del conflicto con el gobierno al nivel de los bosques cordobeses.

Durante la protesta, la CEEA dejó en evidencia la crisis que afecta los productores lecheros de todo el país, al informar mediante un comunicado  los motivos de la medida. De acuerdo al análisis de las entidades, desde hace 14 años la producción láctea está estancada y hay 6 mil tambos menos, que desaparecieron dejando a argentinos sin empleo y agrandando el rodeo de los productores más fuertes. 

Pero lo cierto es que el ministro Yauhar no se dio por enterado del descontento. Para él, la protesta tambera “fue exclusivamente política” y se burló de Eduardo Buzzi al señalar que éste “debió llevar una vaca porque no podía traer gente”.

Al contrario de lo opinan los productores, para el funcionario “no hay motivos en el mercado lácteo para este tipo de protestas porque venimos sosteniendo una producción importantísima de alrededor de 12 mil millones de litros de leche”. Es extraño entonces cómo éstas declaraciones salen a la luz ahora, un año y medio después de que acordara con las entidades la realización de un estudio de competitividad que el gobierno jamás entregó a los tamberos.

A pesar de los desencuentros, los lecheros obtuvieron el reconocimiento de la sociedad y de diputados - productores que se solidarizaron con ellos, como Ulises Forte (UCR - La Pampa) y Jorge Chemes (UCR - Entre Ríos). Ambos coincidieron en destacar que “a los tamberos argentinos los está matando la falta de rentabilidad, la avaricia de la industria y la indiferencia del gobierno, que sólo aplica paliativos insuficientes en lugar de establecer políticas de largo plazo que le den perspectivas al sector”.

La situación es aún más peligrosa cuando se observa que la desidia afecta además a los cultivos. Según Ernesto Ambrosetti, jefe de economía de la SRA, este año el productor no va a ganar dinero. “Por primera vez en muchos años, los cuatro principales cultivos (a rindes promedios nacionales) dan negativo, y los rindes que están por arriba del rinde promedio estarían dando neutro, con lo cual la expectativa del productor hoy no es fuerte”. A esto se suman los cambios en el mercado de  arrendamientos, en donde los acuerdos  se están cerrando entre un 20% y un 25% por debajo del año pasado”.

Al revés de lo que sucede en otros países vecinos como Brasil, aquí se castiga al que produce y se lo presiona al máximo. Y esto ocurre aun cuando los reclamos, los números y hasta las mismas urnas le piden al gobierno que revea su posición reacia al diálogo y distanciada de las soluciones.

Agro-noticias.com
Alejandro Cánepa