sábado, 27 de julio de 2013

Los principales enólogos del país consideraron auspicioso el futuro de los vinos tucumanos

De primer nivel. Los profesionales que llegaron a Tucumán trabajaron, para la identificación de las características organolépticas de los vinos, sobre la base de estándares de calidad internacionales.

Evaluar la calidad de los vinos tucumanos. Ese era el motivo del viaje de los siete enólogos que vinieron desde Mendoza, a principios de julio, invitados por el IDEP (Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán), el Ente Autárquico de Turismo (EAT) y la Cámara de Bodegas y Viñedos del Tucumán, que trabajan en el desarrollo de un Plan Estratégico y de posicionamiento de la marca "Vinos del Tucumán". Referentes en el mundo del vino en Argentina y reconocidos internacionalmente como Susana Balbo (Bodega Dominio del Plata), Fernando de La Mota (Bodega Mendel y NQN), Edgardo del Pópolo (Bodega Dominio del Plata), Rodolfo Sadler (Grupo Peñaflor), Alejandro Vigil (Bodega Aleanna y Grupo Catena), Marcelo Pelleriti (Grupo Catherine Peré-Vergé, Francia, y Bodega y Viñedos Monteviejo) y José Luis Mounier (Finca Las Nubes), cataron los vinos de siete productores tucumanos.


Evaluar la calidad de los vinos tucumanos. Ese era el motivo del viaje de los siete enólogos que vinieron desde Mendoza, a principios de julio, invitados por el IDEP (Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán), el Ente Autárquico de Turismo (EAT) y la Cámara de Bodegas y Viñedos del Tucumán, que trabajan en el desarrollo de un Plan Estratégico y de posicionamiento de la marca "Vinos del Tucumán". Referentes en el mundo del vino en Argentina y reconocidos internacionalmente como Susana Balbo (Bodega Dominio del Plata), Fernando de La Mota (Bodega Mendel y NQN), Edgardo del Pópolo (Bodega Dominio del Plata), Rodolfo Sadler (Grupo Peñaflor), Alejandro Vigil (Bodega Aleanna y Grupo Catena), Marcelo Pelleriti (Grupo Catherine Peré-Vergé, Francia, y Bodega y Viñedos Monteviejo) y José Luis Mounier (Finca Las Nubes), cataron los vinos de siete productores tucumanos.
"Es la primera vez que se realiza esta experiencia en Tucumán. Estamos muy conformes con los resultados obtenidos, porque confirman que los vinos es un sector que puede crecer significativamente, y nos marcan el rumbo a seguir en el desarrollo de la industria vitivinícola", comentó Juan Luis Fernández, director ejecutivo del IDEP.
Estuvieron bajo la lupa de los profesionales, muestras de 58 vinos producidos por Las Arcas de Tolombón, Posse, Chico Zossi, Las Mojarras, Altos La Ciénaga, Río de Arena y Finca La Churita.
"En Tucumán hay un gran potencial: un presente en el que trabajar y un futuro promisorio. Creemos que puede ser una zona que podrá competir en los mercados internacionales", afirmó el ingeniero Vigil, enólogo jefe de todas las bodegas del Grupo Catena.
Una de las claves para ingresar y consolidarse en el mercado, opinó Pelleriti, de quien se destaca su experiencia laboral con Michel Rolland en Chateau Le Gay y Chateau Montviel, en Francia, y de haber sido el primer enólogo argentino en haber obtenido 100 puntos Parker por su Chateau La Violette 2010, es "que todos tengan buenos vinos. No sirve que haya mejores y peores. Hacer vino es pasión, cosechar es digno y la vitivinicultura requiere dedicación. El apoyo del Gobierno al sector es fundamental. Esta es una industria que genera empleo: desde el que cosecha o el personal de la planta, hasta el que hace corchos o se ocupa de la distribución, son parte de la cadena".
Cata a ciegas 
Sentados en la misma mesa y con la asistencia de una sommelier, los siete enólogos probaron una por una las muestras.
Bajo la coordinación de Dolores Lávaque, de la Consultora STG (contratada tras el convenio firmado por la Cámara, el IDEP y el EAT), la cata se realizó a puertas cerradas y luego se hicieron las devoluciones a cada bodega.
"Se recibieron los vinos, se hicieron análisis químicos en el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) y se sacaron todas las etiquetas o rótulos y se codificaron con cuatro dígitos, al azar, para que nadie supiese qué muestra era de quién. De esta manera, la cata se hizo 100% a ciegas y se indicaron, en las fichas, los datos químicos, de la región, algo sobre clima y suelo y la añada", detalló Lávaque.
Para realizar este trabajo se utilizaron planillas de cata profesional, utilizadas para concursos internacionales. Se analizó el aspecto visual de los vinos, pero más enfáticamente el aroma y sabor en boca. Los enólogos tomaron notas individuales, hicieron una puesta en común de detalles para corregir y realizaron sugerencias técnicas.
De esta evaluación surgieron las recomendaciones y comentarios específicos para cada bodega y cada productor. "Lo más importante fue que se logró una identificación del estilo de vinos que da el terruño y los elaboradores de la región. Además, les dieron a los productores sugerencias sobre variedades y otras prácticas agrícolas enológicas", explicitó Lávaque, que lleva adelante el Plan Estratégico de Vinos del Tucumán.


Sugieren que debe desarrollarse el ecoturismo y el enoturismo
Hubo plena coincidencia entre ellos. Los siete enólogos que estuvieron en Tucumán, en la "cata a ciegas" convocada por Vinos del Tucumán, opinaron que "explotar turísticamente el Valle Calchaquí resulta la vía más eficaz para posicionar a Tucumán, como provincia productora de vinos".
"Será de suma utilidad, para dar a conocer la región como zona vitivinícola, que se desarrolle el eco y el enoturismo. Y, para llevar adelante esta tarea, es muy importante el trabajo conjunto entre la Cámara y el Gobierno", indicó Alejandro Vigil, enólogo jefe de todas las bodegas del Grupo Catena.
También en este sentido, Susana Balbo, remarcó la importancia de generar un camino o ruta del vino, como una estrategia clave para la comercialización de los vinos.
"Esto significaría una salida de venta directa desde la bodega. Pero, por supuesto, esto implica capacitación de la gente de la zona para recibir turismo internacional, asociatividad y generosidad entre los productores para compartir aciertos y desaciertos y, en lo estrictamente comercial, buscar y mantener la calidad", dijo.
En su devolución, la especialista en torrontés y miembro permanente del Consejo de Wines of Argentina (WOFA) aclaró que "no hay marketing más barato que la calidad" e instó a considerar que el enoturismo puede ser una fuente importante de ingresos: "el turista internacional está acostumbrado a estándares altos y está dispuesto a pagar por ello".
Trabajo conjunto 
Por su parte, el ingeniero y enólogo Roberto De la Mota animó a las bodegas a trabajar coordinadamente y resaltó el valor que tiene contar con el apoyo del Gobierno.
"Para instalar a la región como zona productora de vinos hay que trabajar con el apoyo oficial y, luego, para ingresar al mundo internacional del vino, deben saber que la calidad es una condición sine qua non", manifestó.
Y agregó: "cuidar la calidad requiere de inversión y tiempo para ver los detalles. También es importante acceder a la tecnología y, en este punto, mi consejo es que se tienen que unir para tener asesoramiento, para minimizar los márgenes de error y, también, para poder comprar tecnología 'móvil', que puedan compartir, como por ejemplo una embotelladora".
Tanto para Vigil como para Balbo, la pasión que implica la producción de vinos no sólo debe ser un motor, sino un eje clave a comunicar.
"Hay que contarle a la gente todo lo que hay detrás de una botella de vino. Narrar esas historias", subrayó Balbo.

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