El productor chaqueño Jorge Pinto describió un oscuro panorama por las campañas pasadas, que dejan en difícil situación para el futuro al hombre de campo.
El NEA está entre las regiones más castigadas por los vaivenes climáticos y de políticas oficiales en lo que hace a la producción agropecuaria. Lejos de los puertos, lo cual achica el margen de rentabilidad, sufrieron sequías que pisaron los rindes a niveles antieconómicos. Jorge Pinto es productor chaqueño y nos trae un panorama del estado del sector primario en aquella zona.
“Esta zona agrícola ganadera tiene entre 800 y 900 milímetros de lluvia al año. El cultivo regional es el algodón y desde hace 25 años comenzó a ampliarse el desmonte y avanzar tanto la soja como el maíz. Según el año, eventualmente se intenta hacer algo de trigo, mientras que algunos innovadores introdujeron algo de garbanzo, que anduvo bien”, describió Pinto.
Sobre la última campaña, dijo: “Fue desastrosa. Llovió menos de 200 milímetros durante todo el ciclo del cultivo, lo cual afectó todo el norte de Santa Fe, el Este de Santiago del Estero y Centro-Oeste de Chaco. El cultivo más influyente, la soja, no pasó de los 400 kilos. Hubo quienes ni pasaron la cosechadora”.
“Lo único que cosechamos más o menos bien fue el girasol. Para la hacienda fue complicado por la falta de pasturas. La cadena de pagos hasta la campaña pasada se mantuvo, pero se está comenzando a resentir”, advirtió el productor. En el último tiempo “hay falta de fondos, gente que no puede cumplir con sus compromisos, entonces pide refinanciaciones. Algunos no van a poder emprender la nueva campaña. No tenemos resto para hacer la gruesa”.
“El costo de indiferencia está en 2300 kilos. Nos encontramos a 800 kilómetros de los puertos, con un alto costo de transporte. Hoy tenemos rentabilidad bajo cero”, subrayó.
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