miércoles, 24 de julio de 2013

Efecto Moreno, fuera de Argentina: crónica de cómo el país se bajó de los ranking del mundo como proveedor de alimentos

Las políticas erráticas del funcionario no sólo impactan en el plano local. Se perdieron mercados que costaron años construir y hay sectores que han quedado relegados de la competencia. El “granero del mundo” se aleja de las góndolas y los vecinos ocupan “agradecidos” esos espacios.
Durante los momentos más álgidos que se vivieron en el marco de la reciente crisis que desató la escasez detrigo, desde el Gobierno optaron por emparchar el problema con “creatividad“.
Así, la Subsecretaría de Defensa al Consumidor publicó dos recetas con tips para obtener, en el hogar, desdemilonguitas hasta pan con harina integral y semillas. 
Paralelamente, comenzó a funcionar la “maquinaria Moreno“, esa que pone primera y avanza para lograr su objetivo, cualquiera sea el precio y las consecuencias.
En cuestión de horas, el secretario de Comercio Interior logró que las cerealeras, que ya tenían 2 millones de toneladas de trigo listas para ser embarcadas, frenaran todos sus envíos. No sólo eso. En pocos días también logró que estas empresas, en general multinacionales, se comprometieran a volcar esos granos al mercado interno, para evitar que se desate lo que era una inminente crisis por escasez de algunos alimentos clave.
Desde sectores oficiales se llegó a sugerir que la actitud de Moreno era una suerte de “gesta heroica“, dado que había desafiado a estas empresas, obligándolas a devolver parte del trigo que éstas estaban por “llevarse” alexterior, desabasteciendo el mercado interno.
Así, el discurso oficial volvió a hacer hincapié en la necesidad de salir en “defensa de la mesa de los argentinos”, es decir, potenciar su política de garantizar que en las góndolas haya alimentos en abundancia y a bajos precios. 
Pero lo cierto es que estos inconvenientes que se fueron sucediendo en el negocio del trigo están lejos de ser un caso aislado: son apenas la punta del iceberg de un escenario mucho más preocupante. 
Para los expertos, cada vez que Moreno buscó garantizar excedentes de alimentos en el mercado interno, laArgentina no paró de perder negocios en el exterior, con el agravante de que, pese a este “sacrificio”, losprecios domésticos no sólo no bajaron sino que fueron escalando junto con la inflación. 
Para Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación ExportAr -que durante años recorrió decenas de países para fomentar productos con sello argentino-, el “efecto Moreno“, se está convirtiendo en una gran hipoteca a futuro, dado que en los últimos años se fueron destruyendo cadenas de valor y se han frenado proyectos de inversión, al tiempo que se desplomó la reputación de las empresas nacionales como proveedoras a nivel internacional.
En tanto, Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), aseguró a este medio que “por Moreno, todos terminaron perdiendo: los empresarios hoy tienen menos rentabilidad que cuando el Gobierno empezó a intervenir los mercados y los consumidores actualmente tienen que pagar los alimentosmucho más caros que antes. Lo suyo fue desacierto tras desacierto”.
Por su parte, Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA) destacó el hecho de que lo que hoy sucede con el trigo, es lo que se está viviendo, con mayor o menor intensidad, en otros sectores estratégicos: “El ambiente no es propicio para que las empresas inviertan en la producción de alimentos comocarnelácteosyerba matearrozazúcar aceite de oliva“.
Carne: auge, gloria y crisis del “bife argentino”Elizondo recuerda con amargura los momentos en que, años atrás, promocionaba en las tiendas más exclusivas de Londres, las bondades de la carne argentina.
“Todo eso se perdió. Hoy los frigoríficos locales no llegan a cubrir ni siquiera la Cuota Hilton“, disparó el experto, en referencia al cupo sin aranceles que otorga como beneficio la Unión Europea para los cortes ultra Premium, un negocio altamente rentable pero que el Gobierno también viene retacéandoselo a las empresas locales.
Según Schiariti, “el problema de la carne empezó cuando Moreno comenzó a aplicar restricciones a las exportaciones, que llevaron a que los envíos se desplomaran y se desincentive la producción”.
Desde CICCRA brindaron una radiografía que sirve para ilustrar la decadencia en la cual entró el negocio de la carne: 
• En 2008 la Argentina llegó a contar con 60 millones de cabezas de ganado. En la actualidad, hay 50 millones de animales, es decir, un 17% menos.
• En lo que va del año cerraron siete nuevos frigoríficos, elevando la cifra total a 128 plantas desde que se intervino el mercado. La cámara estima que se perdieron 15.000 puestos de trabajo, bastante más que los empleos que generó la “bendecida” industria electrónica de Tierra del Fuego. 
• Uruguay, con un 80% menos de cabezas de ganado, ya superó al país en cuanto a exportaciones de carne,tanto en valor como en volumen.
Así las cosas, la Argentina se despidió de las “grandes ligas” y pasó a ubicarse en el pelotón de fondo en cuanto al abastecimiento mundial. 
En la siguiente infografía se puede observar cómo, tras estar ubicada en el tercer puesto, ha ido quedandorelegada del top 10 del ranking de países exportadores de carne, un hecho inédito en décadas: 
“Los mercados que estamos perdiendo serán muy difíciles de recuperar. Para volver a entrar a algunas plazas va a haber que pelear con aquellos competidores que ya ocuparon nuestro lugar, como son los frigoríficos deBrasilUruguay e incluso Paraguay“, disparó Elizondo. 
Schariti, en tanto, no sólo aseguró que “el problema de la carne no se solucionó”, sino que anticipa que “el año próximo los consumidores van a enfrentar un nuevo marco de escasez y con un mayor ritmo de suba de precios”. 
Lácteos: 3.500 tambos menos 
La producción lechera, clave para la dieta de los argentinos, tampoco se vio exenta de las intervenciones deMoreno
Expertos señalan que el problema para el sector se inició en 2005, cuando el Gobierno elevó las retenciones a las exportaciones. Luego le siguieron más medidas controvertidas, como el cierre de las ventas al mundo y elcongelamiento de precios que afectó a los tamberos.
El objetivo oficial era que el encarecimiento de la leche, afectada por la suba de costos que enfrentó durante años esta industria, no se viera reflejado en el índice de inflación. 
El problema es que, por estos precios congelados, muchos productores no pudieron resistir y seguir adelante con la actividad. Esto llevó a que, en el granero del mundo, hayan desaparecido no menos de 3.500 tambos en estos últimos años. 
La Argentina este año estará produciendo unos 11.000 millones de litros de leche, apenas 11% más respecto de los niveles de 2005, cuando comenzó la intervención, pero dos puntos por debajo de la variación mundial.
Si bien en esta industria el panorama no es tan devastador como en el sector frigorífico, los expertos señalan que se perdió una gran oportunidad de generar exportaciones de más valor agregado y ganar nuevos mercados.
A contramano de la Argentina, Brasil pasó de producir 24.000 millones de litros en 2005 a unos 32.300 millones, es decir, un 34% más. 
Así las cosas, la Argentina hoy explica apenas el 2,4% de la producción mundial de leche, prácticamente lo mismo que hace ocho años. En tanto, la nación vecina pasó de un share del 5% a un nivel cercano al 7%
Trigo: a punto de caer del “top 10″En la campaña iniciada en 2006, justo antes de que irrumpiera la política de intervención oficial, la Argentina ocupaba el cuarto puesto como mayor exportador de trigo y derivados, sólo superada por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, de la mano de 12 millones de toneladas y un share del 10% en el comercio globalde este cereal.
En cambio, para esta última campaña, la crisis de abastecimiento no dio tregua: tras el “telefonazo” de Moreno para que las cerealeras frenen embarques, solamente se pudieron volcar 3 millones de toneladas a la exportación.
Con este nivel de ventas al mundo, la Argentina este año estará sufriendo un dramático derrumbe en el ranking global de proveedores de trigo. Y, por primera vez en décadas, está a un paso de caer del top 10, siendo además superada por otros países con poca tradición en el comercio de este cereal, como Turquía. 
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) recalcaron que estos últimos siete años han sido “destructivos” para la producción triguera, con intervenciones, cuotas de exportación y “otras creaciones lamentables que sepultaron un mercado competitivo y una producción pujante hasta llevarla a los resultados de hoy: la menor superficie sembrada de los últimos 111 años, pérdida de mercados externos y problemas graves para abastecer el consumo doméstico”.
Frente a este escenario, Gustavo López, director de la consultora Agritrend, aseguró a iProfesional que “contrariamente a lo que se viene pregonando a nivel oficial, sobre diversificar y agregar valor a las exportaciones, la Argentina se sigue sojizando”.
“Esta tendencia llevó a que hoy casi el 70% de la producción sean oleaginosas apenas un 30% cereales estratégicos, uno de los niveles más bajos de la historia, algo muy nocivo desde el punto de vista de la sustentabilidad de la actividad agrícola”.
Ambrosetti, de la SRA, lamentó el hecho de que “en todos estos últimos años, la Argentina retrocediera varios puestos como proveedor de alimentos. Esto generó que perdamos mercados internacionales que serán muy difíciles de recuperar”.
¿Hay “vida” detrás de la soja? 
Para los expertos, el comienzo de la decadencia de la Argentina como proveedora competitiva y diversificada de alimentos, comenzó cuando se combinó el “efecto Moreno” a la alta inflación.  
“Hace unos ocho años, el Gobierno empezó a querer evitar que las subas de cotizaciones se reflejaran en los principales productos de la canasta básica”, relató Schiariti, quien recalcó que, automáticamente, se comenzó a aplicar la política de “vivir con lo nuestro” y a considerar a las exportaciones como un negocio que competía con el mercado interno y afectaba su normal abastecimiento.
“La política oficial fue y sigue siendo la de cerrarser al mundo. Es decir, la visión es que los consumidores del exterior no compitan con los argentinos por los alimentos nacionales“, agregó el presidente de CICCRA.
Sin embargo, advirtió que “esto es una acción totalmente de corto plazo. Ya pasó con la carne y ahora con el trigo: cuando intervenís y quitás incentivos para producir, se entra en un círculo vicioso que lleva a que cada vez tengas menos oferta y precios más elevados, que terminan afectando a los mismos argentinos que el Gobierno paradójicamente quiere beneficiar”.
“Por controlar los precios en los mostradores de algunos productos, terminó destruyendo grandes cadenas de valor de numerosos sectores. Se pierden empleos, se gasta menos en transporte y se cierran empresas. Este fue el resultado de esta estrategia de cerrar las exportaciones”, acotó Ambrosetti.
Lo paradójico es que, pese a que desde el inicio de su pelea con el campo, allá por 2008, el Gobierno viene insistiendo con la necesidad de diversificar la matriz productiva y evitar el avance de la soja por sobre otros sectores, lo cierto es que el “yuyito” no paró de acaparar hectáreas desplazar otros negocios.
Así, el trigo, la carne y la leche, entre otros alimentos, vienen siendo víctimas del “efecto Moreno“, que no sólo no logra bajar la inflación, sino que además aleja cada vez más a los productos “insignia” de la Argentina de las góndolas del mundo.

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